/ jueves 21 de julio de 2022

Punto Gélido | La Quinta Batalla

La vida es esa compleja circunstancia que nos invita a que constantemente nos estemos reinventando, es esa consecución de pequeños círculos que una y otra vez nos hacen regresar a un origen, a un nuevo comienzo, siempre después de un fin, de un fin que pudiéramos llamar intermedio. Bajo esta premisa, hoy nos encontramos en el inicio de un nuevo proceso, algunos le llaman la quinta ola, aquí le vamos a llamar la quinta batalla.

En el mes de febrero del año 2020, bajo el asombro de propios y extraños, pero sobre todo ante la incredulidad manifiesta, se nos daba cuenta de la aparición en México de un virus que era altamente contagioso, que era desconocido, por tanto, no se contaba con un tratamiento específico para combatirlo, y debido a ello las personas que enfermaban, en un porcentaje significativo podían perder incluso la misma vida, había comenzado así la primera gran batalla de una guerra. El enemigo había tomado por sorpresa a los mexicanos y desde luego a los habitantes de todo el mundo. Ante el desconcierto, la falta de protección, de estrategia, de equipo y de información, la pandemia tomó grandes dimensiones en muy poco tiempo, los ciudadanos corríamos desesperados sin aparente sentido, ante la amenaza de un enemigo cuya característica principal era su invisibilidad, además de ser altamente agresivo. Éramos pequeñas hormigas en completo caos.

Ante la invasión sorpresiva, los intentos para defendernos nos llevaron a experimentar todo tipo de estrategias; desde la sencillez de lavarnos las manos frecuentemente, pasando por evitar saludar de beso, uso de cubrebocas, sanitizar cuanto espacio fuera posible, cerrar espacios públicos, sin olvidar el popular mensaje de “quédate en casa”, y varias estrategias más que comprendía la aplicación de medicamentos, de remedios, incluso de rituales para tratar de derrotar al virus enemigo. Dejando constancia de ese dicho que versa que, en una guerra, lo primero que se pierde es la verdad.

La primera batalla fue superada no sin antes dejar grandes aprendizajes, y desafortunadamente muchas personas perdieron la vida. Al frente de la batalla siempre estuvieron los valientes soldados de bata blanca, su esfuerzo y dedicación fueron titánicos, incluso a costa de su propia vida. Se cerraba un círculo, pero inmediatamente comenzaba otro, una segunda, una tercera y una cuarta batalla, todo esto en un lapso de dos años aproximadamente. Periodo en el que el trabajo y el talento, aplicados por medio de la ciencia y la tecnología, le permitieron al ser humano desarrollar las estrategias, los mecanismos y los dispositivos para defenderse del agresivo enemigo, es así como surgieron las vacunas, los medicamentos y las técnicas apropiadas para ofrecer escudos protectores a cada persona, y de esta forma comenzar a inclinar la balanza a favor de la humanidad, sin dejar de mencionar, que las bajas en el ejército de la población fueron muy significativas, además de las importantes afectaciones en prácticamente todos los sectores.

Pero en una guerra no hay enemigo pequeño, el menor descuido o subestimación es suficiente para que éste vuelva a tomar fuerza, tan es así, que hoy en el mes de julio del año 2022, el enemigo ha resurgido con fuerza y ha iniciado con la quinta batalla, cierto es que hoy la población en su mayoría cuenta con escudos de protección, además de medicamentos y estrategias, lo que provoca que el virus ya no cause los mismos daños, pero también es cierto que las secuelas dejan marcas imborrables. Es por ello, que el llamado es a redoblar los esfuerzos, y a ser solidarios en el combate que ya inició en esta quinta batalla, solo siendo responsables lograremos vencer temporalmente una vez más al Sars-CoV2, un enemigo que dicen llegó para quedarse.


Leoncio Durán Garibay | Ing. Industrial

La vida es esa compleja circunstancia que nos invita a que constantemente nos estemos reinventando, es esa consecución de pequeños círculos que una y otra vez nos hacen regresar a un origen, a un nuevo comienzo, siempre después de un fin, de un fin que pudiéramos llamar intermedio. Bajo esta premisa, hoy nos encontramos en el inicio de un nuevo proceso, algunos le llaman la quinta ola, aquí le vamos a llamar la quinta batalla.

En el mes de febrero del año 2020, bajo el asombro de propios y extraños, pero sobre todo ante la incredulidad manifiesta, se nos daba cuenta de la aparición en México de un virus que era altamente contagioso, que era desconocido, por tanto, no se contaba con un tratamiento específico para combatirlo, y debido a ello las personas que enfermaban, en un porcentaje significativo podían perder incluso la misma vida, había comenzado así la primera gran batalla de una guerra. El enemigo había tomado por sorpresa a los mexicanos y desde luego a los habitantes de todo el mundo. Ante el desconcierto, la falta de protección, de estrategia, de equipo y de información, la pandemia tomó grandes dimensiones en muy poco tiempo, los ciudadanos corríamos desesperados sin aparente sentido, ante la amenaza de un enemigo cuya característica principal era su invisibilidad, además de ser altamente agresivo. Éramos pequeñas hormigas en completo caos.

Ante la invasión sorpresiva, los intentos para defendernos nos llevaron a experimentar todo tipo de estrategias; desde la sencillez de lavarnos las manos frecuentemente, pasando por evitar saludar de beso, uso de cubrebocas, sanitizar cuanto espacio fuera posible, cerrar espacios públicos, sin olvidar el popular mensaje de “quédate en casa”, y varias estrategias más que comprendía la aplicación de medicamentos, de remedios, incluso de rituales para tratar de derrotar al virus enemigo. Dejando constancia de ese dicho que versa que, en una guerra, lo primero que se pierde es la verdad.

La primera batalla fue superada no sin antes dejar grandes aprendizajes, y desafortunadamente muchas personas perdieron la vida. Al frente de la batalla siempre estuvieron los valientes soldados de bata blanca, su esfuerzo y dedicación fueron titánicos, incluso a costa de su propia vida. Se cerraba un círculo, pero inmediatamente comenzaba otro, una segunda, una tercera y una cuarta batalla, todo esto en un lapso de dos años aproximadamente. Periodo en el que el trabajo y el talento, aplicados por medio de la ciencia y la tecnología, le permitieron al ser humano desarrollar las estrategias, los mecanismos y los dispositivos para defenderse del agresivo enemigo, es así como surgieron las vacunas, los medicamentos y las técnicas apropiadas para ofrecer escudos protectores a cada persona, y de esta forma comenzar a inclinar la balanza a favor de la humanidad, sin dejar de mencionar, que las bajas en el ejército de la población fueron muy significativas, además de las importantes afectaciones en prácticamente todos los sectores.

Pero en una guerra no hay enemigo pequeño, el menor descuido o subestimación es suficiente para que éste vuelva a tomar fuerza, tan es así, que hoy en el mes de julio del año 2022, el enemigo ha resurgido con fuerza y ha iniciado con la quinta batalla, cierto es que hoy la población en su mayoría cuenta con escudos de protección, además de medicamentos y estrategias, lo que provoca que el virus ya no cause los mismos daños, pero también es cierto que las secuelas dejan marcas imborrables. Es por ello, que el llamado es a redoblar los esfuerzos, y a ser solidarios en el combate que ya inició en esta quinta batalla, solo siendo responsables lograremos vencer temporalmente una vez más al Sars-CoV2, un enemigo que dicen llegó para quedarse.


Leoncio Durán Garibay | Ing. Industrial