/ viernes 26 de abril de 2024

Curanderos... / Tratamos a nuestro cuerpo como un envase vacío

Estamos en una época de consumismo donde cuesta más procesar un envase que el precio del producto, por ejemplo, en el agua embotellada se paga más por la distribución y el envase que por el líquido, pero cuando se acaba el producto el envase termina en la basura, de esa manera tratamos a nuestro cuerpo, como un recipiente, lo maltratamos a lo largo del tiempo sin darnos cuenta por medio de malos hábitos.

El cuerpo es no es reciclaje, no somos lagartijas para que se regenere una parte de él, tampoco somos como los cangrejos ermitaños que cambian de caparazón, debemos cuidar el envase tanto como el contenido (nuestros pensamientos) por eso dicen que mente sana en cuerpo sano, no basta con ser buenas persona, sino procurar tener un cuerpo que nos mantenga activos el tiempo que vivamos.

Cierto que por los mejores cuidados que le demos llegará un momento que se sienta el paso del tiempo y haya un deterioro, como las casas donde se forma un hogar, por mucho amor y mantenimiento que se le aplique, se sentirá el paso de los años y habrá situaciones que requieran reparaciones mayores o cambiar alguna parte, en el caso de nuestro organismo quizá podamos ser candidatos a un trasplante en caso de requerir pero no siempre habrá algún órgano compatible, por eso buscar que duren todos nuestros órganos funcionando el mayor tiempo posible.

Hay hábitos donde ayudando nos podemos beneficiar, como el donar sangre de manera regular, esto también combate un poco el pensamiento “hoy por mi, mañana por ti” , lo malo es que al cubrir nuestra necesidad nos olvidamos de que íbamos a buscar ser recíprocos aún cuando no fuera con las personas que nos donaron, por eso sería lo idóneo tener una cultura de donar antes que pase un imprevisto y tuviéramos que recurrir de urgencia a donadores y si todos los que podemos donar lo hiciéramos regularmente, haría que al requerirlo, siempre hubiera el recurso, y decir “hoy por ti, espero mañana no ocuparlo yo”.

Nuestro cuerpo deberíamos cuidarlo como un templo, no para hacer sacrificios humanos ja!, sino como un sitio de veneración y amor, para que nos resista el ritmo de la vida hasta el llamado del Creador, cuidémoslo y démosle el mantenimiento que requiera por el tiempo que lo tengamos, no es solo un reservorio desechable, porque al momento que no sirva quizá sea en nuestro último momento.

Haciéndole caso cuando nos avise que comúnmente es con dolor o molestia, el cuerpo es sabio, nosotros somos los que ignoramos estas señales, total pensamos que al rato se pasan y al paso del tiempo era algo muy peligroso que nos acerca a la tumba, pero con mala calidad de vida.

Vayamos oportunamente con nuestro mecánico de cuerpos; el médico y con el que nos ayuda a mantener la mente: el psicólogo, para mantenernos lo mejor posible

Dr. Odín Isaac Gerónimo / Médico Cirujano Militar

Estamos en una época de consumismo donde cuesta más procesar un envase que el precio del producto, por ejemplo, en el agua embotellada se paga más por la distribución y el envase que por el líquido, pero cuando se acaba el producto el envase termina en la basura, de esa manera tratamos a nuestro cuerpo, como un recipiente, lo maltratamos a lo largo del tiempo sin darnos cuenta por medio de malos hábitos.

El cuerpo es no es reciclaje, no somos lagartijas para que se regenere una parte de él, tampoco somos como los cangrejos ermitaños que cambian de caparazón, debemos cuidar el envase tanto como el contenido (nuestros pensamientos) por eso dicen que mente sana en cuerpo sano, no basta con ser buenas persona, sino procurar tener un cuerpo que nos mantenga activos el tiempo que vivamos.

Cierto que por los mejores cuidados que le demos llegará un momento que se sienta el paso del tiempo y haya un deterioro, como las casas donde se forma un hogar, por mucho amor y mantenimiento que se le aplique, se sentirá el paso de los años y habrá situaciones que requieran reparaciones mayores o cambiar alguna parte, en el caso de nuestro organismo quizá podamos ser candidatos a un trasplante en caso de requerir pero no siempre habrá algún órgano compatible, por eso buscar que duren todos nuestros órganos funcionando el mayor tiempo posible.

Hay hábitos donde ayudando nos podemos beneficiar, como el donar sangre de manera regular, esto también combate un poco el pensamiento “hoy por mi, mañana por ti” , lo malo es que al cubrir nuestra necesidad nos olvidamos de que íbamos a buscar ser recíprocos aún cuando no fuera con las personas que nos donaron, por eso sería lo idóneo tener una cultura de donar antes que pase un imprevisto y tuviéramos que recurrir de urgencia a donadores y si todos los que podemos donar lo hiciéramos regularmente, haría que al requerirlo, siempre hubiera el recurso, y decir “hoy por ti, espero mañana no ocuparlo yo”.

Nuestro cuerpo deberíamos cuidarlo como un templo, no para hacer sacrificios humanos ja!, sino como un sitio de veneración y amor, para que nos resista el ritmo de la vida hasta el llamado del Creador, cuidémoslo y démosle el mantenimiento que requiera por el tiempo que lo tengamos, no es solo un reservorio desechable, porque al momento que no sirva quizá sea en nuestro último momento.

Haciéndole caso cuando nos avise que comúnmente es con dolor o molestia, el cuerpo es sabio, nosotros somos los que ignoramos estas señales, total pensamos que al rato se pasan y al paso del tiempo era algo muy peligroso que nos acerca a la tumba, pero con mala calidad de vida.

Vayamos oportunamente con nuestro mecánico de cuerpos; el médico y con el que nos ayuda a mantener la mente: el psicólogo, para mantenernos lo mejor posible

Dr. Odín Isaac Gerónimo / Médico Cirujano Militar