/ viernes 24 de mayo de 2024

Curanderos... / Rechazado para estudiar Medicina

Recuerdo la primer vez que participé para la Escuela Médico Militar fue recién casado, de hecho de la luna de miel dejé a mi esposa en la casa de sus papás para ir a realizar la última etapa que me faltaba para ingresar, no iba adecuadamente preparado, pero confiaba "demasiado" en mi buena retención y velocidad lectora para ir a presentar el examen, pero... el resultado fue una negativa, muchos al buscar un lugar para estudiar Medicina nos topamos con que el sistema nos rechazó.

Algunos fueron alumnos de excelencia, otros muy inteligentes, quizá unos muy metódicos, pero para varios ese es el primer aviso de que la Carrera nos exigirá un esfuerzo mayor al realizado previamente, a mi no me agrado esa sensación de obtener una buena calificación y estar solo a dos décimas del último lugar que ingresó. Aún tenía la esperanza que ese año me convocaran dentro de la reserva, sin embargo al paso del primer mes que debiera haber ingresado, esa posibilidad se desvaneció.

Y continúe estudiando para un examen donde debía quedar entre los primeros para poder ser un profesionista, donde me llamaran Doctor, así que al siguiente año ingresé, doce meses después, con una esposa que me pedía un hijo y consciente que el dinero no alcanzaría para expandir los gastos, las experiencias negativas al ingresar son muchas, pero quizá en la película que es la memoria se opacan ante los buenos recuerdos.

Sin embargo ubico dos maestras que nos daban Fisiología, las cuales habían obtenido fama por recortar a la mitad cada generación, al reprobar a los alumnos en segundo año, esto los excluía de la posibilidad de recursar, ya que esa opción se abría al comenzar el tercer año y sólo en una ocasión, cada clase se hacía tan estresante como un examen de otra materia, ya que debíamos repasar el tema que se veía, pero también sus preguntas podían alcanzar cualquier tema previamente visto.

Los alumnos eran sacados de la clase cuando no sabían responder o eran humillados ante la falta de conocimiento, incluso a una doctora ya graduada que se estaba preparando para dar su clase era sobajada frente a los que apenas estábamos en segundo año, esto me hizo prometer que si alguna vez daba una clase, buscaría motivar a mis futuros colegas en obtener el conocimiento.

La tortura duraba un año y comúnmente al término del cuarto semestre venia el gran recorte, ya que en el tercer semestre ya varios compañeros habían reprobado la materia, pero en ese año algo cambió, uno de los reprobados levantó la voz y una queja en Rectoría llevó a una investigación y dos oportunidades más para que presentara un examen "imposible" de acreditar e incoherentemente aplicado por las mismas maestras bajo el aval de la Doctora que estaba haciendo la maestría en Fisiología.

Las maestras fueron reubicadas a un hospital y mi generación no recibió la gran purga, obteniendo fama que éramos peleoneros e indignos de recibir el conocimiento por algunos maestros que al llegar con ellos nos reclamaban por haber expulsado a "las diosas de la fisiología", fue la primer muestra también que la unión hace la fuerza en este gremio médico y mi generación al ser la más grande y quienes habíamos corrido a las maestras, recibió el apodo de "la plaga", hoy tenemos excelentes Especialistas, muy pocos nos quedamos como Médicos Generales y considero que no sólo somos una generación grande, sino una gran generación.

Dr. Odín Isaac Gerónimo / Médico Cirujano Militar

Recuerdo la primer vez que participé para la Escuela Médico Militar fue recién casado, de hecho de la luna de miel dejé a mi esposa en la casa de sus papás para ir a realizar la última etapa que me faltaba para ingresar, no iba adecuadamente preparado, pero confiaba "demasiado" en mi buena retención y velocidad lectora para ir a presentar el examen, pero... el resultado fue una negativa, muchos al buscar un lugar para estudiar Medicina nos topamos con que el sistema nos rechazó.

Algunos fueron alumnos de excelencia, otros muy inteligentes, quizá unos muy metódicos, pero para varios ese es el primer aviso de que la Carrera nos exigirá un esfuerzo mayor al realizado previamente, a mi no me agrado esa sensación de obtener una buena calificación y estar solo a dos décimas del último lugar que ingresó. Aún tenía la esperanza que ese año me convocaran dentro de la reserva, sin embargo al paso del primer mes que debiera haber ingresado, esa posibilidad se desvaneció.

Y continúe estudiando para un examen donde debía quedar entre los primeros para poder ser un profesionista, donde me llamaran Doctor, así que al siguiente año ingresé, doce meses después, con una esposa que me pedía un hijo y consciente que el dinero no alcanzaría para expandir los gastos, las experiencias negativas al ingresar son muchas, pero quizá en la película que es la memoria se opacan ante los buenos recuerdos.

Sin embargo ubico dos maestras que nos daban Fisiología, las cuales habían obtenido fama por recortar a la mitad cada generación, al reprobar a los alumnos en segundo año, esto los excluía de la posibilidad de recursar, ya que esa opción se abría al comenzar el tercer año y sólo en una ocasión, cada clase se hacía tan estresante como un examen de otra materia, ya que debíamos repasar el tema que se veía, pero también sus preguntas podían alcanzar cualquier tema previamente visto.

Los alumnos eran sacados de la clase cuando no sabían responder o eran humillados ante la falta de conocimiento, incluso a una doctora ya graduada que se estaba preparando para dar su clase era sobajada frente a los que apenas estábamos en segundo año, esto me hizo prometer que si alguna vez daba una clase, buscaría motivar a mis futuros colegas en obtener el conocimiento.

La tortura duraba un año y comúnmente al término del cuarto semestre venia el gran recorte, ya que en el tercer semestre ya varios compañeros habían reprobado la materia, pero en ese año algo cambió, uno de los reprobados levantó la voz y una queja en Rectoría llevó a una investigación y dos oportunidades más para que presentara un examen "imposible" de acreditar e incoherentemente aplicado por las mismas maestras bajo el aval de la Doctora que estaba haciendo la maestría en Fisiología.

Las maestras fueron reubicadas a un hospital y mi generación no recibió la gran purga, obteniendo fama que éramos peleoneros e indignos de recibir el conocimiento por algunos maestros que al llegar con ellos nos reclamaban por haber expulsado a "las diosas de la fisiología", fue la primer muestra también que la unión hace la fuerza en este gremio médico y mi generación al ser la más grande y quienes habíamos corrido a las maestras, recibió el apodo de "la plaga", hoy tenemos excelentes Especialistas, muy pocos nos quedamos como Médicos Generales y considero que no sólo somos una generación grande, sino una gran generación.

Dr. Odín Isaac Gerónimo / Médico Cirujano Militar