A partir del año 1999, el 21 de marzo es considerado el Día Mundial de la Poesía, así fue aprobado por la UNESCO, el principal objetivo es apoyar la diversidad lingüística por medio de la expresión poética, además se busca que este día se promueva la enseñanza de la poesía, fomentar los recitales poéticos, crear una imagen atractiva de la poesía en los medios de comunicación y reivindicarla como una forma de transmitir los valores y la identidad de los pueblos y comunidades.
La poesía contribuye de manera creativa a diversificar la forma en la que usamos las palabras, las cosas y la interpretación de la realidad, con el uso de las metáforas y de una gramática singular, el lenguaje poético se convierte en otra forma de diálogo entre las personas y entre las culturas. La creatividad, la innovación y la libre circulación de las ideas, adquieren otra dimensión con el uso del lenguaje poético.
La poesía es un género literario que rinde honor a la belleza y a la estética por medio de la palabra. El Día Mundial de la Poesía es un tributo al poema como tal y a los poetas, por ello no importa si se es un poeta experto o un simple aficionado, la mejor manera de honrar y celebrar la poesía es escribiendo un poema; en él se trascienden los límites del tiempo y del espacio, además de confirmar que la humanidad es una sola familia.
Pero, el pero que no falta siempre, la poesía aun y con la belleza y la estética que posee, pareciera que hoy enfrenta uno de los momentos más difíciles en su realización, en su concepción, en su interpretación y en el disfrute de su contenido. Es probable que la tecnología, que hoy es una herramienta que da acceso a un mundo interminable de información y a la vez de comodidades, se ha convertido probablemente en uno de los peores detractores del buen decir, la inmediatez ha provocado en principio que el lenguaje, la palabra, sufra una distorsión importante.
Moda, comodidad, necesidad, flojera, es probable que evolucione, la causa es lo de menos, o tal vez lo demás, apreciar la belleza del lenguaje, debería ser un buen hábito que endulce permanentemente el oído, y no solo el oído, también las relaciones del ser humano, la cultura de cada pueblo, la buena comunicación debe ser conservada siempre como un tesoro que da fortaleza y perpetuidad.
Realizar un poema, puede requerir de mucha preparación del poeta; el conocimiento de la ortografía, de la gramática, el manejo de la metáfora, y varios aspectos importantes más, pero también suele ser el desarrollo de un don, donde el poeta simplemente se deja llevar utilizando la inspiración, que encuentra su gracia en la musa de ocasión. Pero el poema plasmado con tinta en un papel y guardado en un cajón, está destinado al olvido y con seguridad a ser intrascendente, así sea el mejor o el peor, por eso la importancia de que ese poema sea puesto en las manos y a la vista de los lectores, quienes tendrán la oportunidad de apropiarse de él, de compartirlo, de disfrutarlo. Lo importante es que pronto sean más los lectores que los poetas, porque en la actualidad pareciera que hay más poetas que lectores.
Por eso la importancia del Día de la Poesía, de los festivales, de los recitales, de la debida difusión y promoción, pero principalmente de la asistencia y participación de los ciudadanos en estos eventos, donde se fomenta la convivencia, se cultiva el intelecto y se le hace una caricia al alma, donde lo bueno debe convertirse en una excelsa costumbre.
