A partir de 1913 de forma espontánea y no oficial, se dio paso a la conmemoración, que tiene como su principal intención, resaltar una nueva identidad cultural, que tiene su razón de ser en el encuentro que se da, entre los pueblos indígenas de América y los colonizadores españoles.
Ya en 1915 a la conmemoración se le conoce en la mayoría de los países del continente americano, como el “Día de la Raza”, no así en España donde se le conoce como el “Día de la Hispanidad”. En México no es sino hasta el 12 de octubre de 1928, cuando se comienza a festejar el llamado Día de la Raza, quizá en alusión a quienes eran conocidos como mestizos.
Pero la conmemoración no sólo es para resaltar una nueva identidad cultural, también es para de alguna forma rendirle un homenaje a la memoria de Cristóbal Colón, quien un 12 de octubre de 1492, llegó a las costas del continente americano y se proclamó o fue proclamado como el “Descubridor de América”.
El llamado Día de la Raza presupone, como lo menciona José Vasconcelos en su libro “La raza Cósmica”, la aparición de una quinta raza universal, “mestizos”; sin embargo, con el paso del tiempo hemos tomado conciencia, que los mestizos no son una raza pura, homogénea. Por el contrario, es una raza salpicada de una pluralidad, donde participan grupos indígenas autóctonos de América, colonizadores españoles y de otros países europeos (blancos), pero también está presente en muchas regiones, la influencia de la raza negra y la raza asiática.
Es tal vez por esta razón, que los pobladores del continente americano han enfrentado una gran complejidad para encontrar una identidad fuerte, que nos una y nos caracterice, esa mezcla que da la hispanidad europea, la sensualidad del africano, el sentido de unidad colectiva del asiático y el espíritu competitivo del indio americano, no ha logrado convertirse en una mezcla homogénea, que dé una característica distintiva al llamado mestizo.
Es posible que esta diversidad de genes nos permita encontrar también una explicación a nuestros problemas como sociedades americanas, como sociedad mexicana. O tal vez esta diversidad represente una ventaja potencial, que sólo el trascurrir del tiempo descubrirá.
Es importante mencionar que la pureza de una raza, no sólo se limita a una cuestión biológica. Cuando se habla de una raza, entramos en el terreno que nos lleva a analizar y comprender el aspecto cultural, ese que nos une y nos da identidad, en base a una forma de pensar, de ser y de actuar, que nos distingue por nuestras costumbres, tradiciones e idiosincrasia.
En relación a la festividad del Día de la Raza, con el paso de los años han surgido varias voces críticas que se han manifestado en contra, pues consideran que en realidad no hay nada que festejar; el suceso llamado “Descubrimiento de América”, desencadenó para muchos un genocidio, para someter y destruir a los habitantes nativos del continente americano, al igual que su cultura.
Es por ello que paulatinamente en algunos países del continente americano, la conmemoración del Día de la Raza ha ido cambiando de nombre e incluso de sentido, como ejemplo en el país de Nicaragua, el 12 de octubre el festejo lleva por nombre “Día de la resistencia indígena”. Del mismo modo en algunas zonas de México e instituciones educativas, los festejos van encaminados a resaltar la cultura y la vida de los pueblos indígenas nativos.
Más allá de conmemorar el descubrimiento de América, el Día de la Raza, o el día de los pueblos nativos, incluso de fobias y resentimientos. Lo importante es tomar conciencia de nuestra realidad y contribuir en la medida de nuestras posibilidades para que nuestra “raza”, nuestra gente, nuestra sociedad, encuentre mejores condiciones de vida, de equidad, de justica y de bienestar, que efectivamente nos permita festejar que somos mejores como personas y como sociedad, en medio de una diversidad.
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