/ viernes 21 de septiembre de 2018

La pobreza ¿patrimonial  y/o alimentaria?

Desde antaño el tema de la pobreza ha sido estudiada, tratando de erradicarla, y, en su contraparte, generar la riqueza. Mucho se puede decir al respecto de la pobreza desde diferentes dimensiones incluso, pero ello no cambiará el hecho de que haya pobres

Tiempo atrás, leí un comentario de un economista reconocido, sobre la pobreza , el cual señalaba que: “la pobreza urbana es más una pobreza patrimonial, en tanto la pobreza rural, es más una pobreza alimentaria”. Dimensiones en cuanto al territorio, o mejor dicho al uso del territorio.

Tal aseveración ha resultado un tanto inquietante, simple y a la vez abrumadora. Inquietante, porque evidencia que la pobreza como tal está latente: si existen ricos también existen pobres, y que es necesario entonces analizar en esta dimensión lo correspondiente a la pobreza. Así, resulta en verdad inquietante que nos señalen que existen personas que viven con menos de un dólar al día, pero, ¿qué pasa con los que ni siquiera tienen esta cifra? Pues bien, hay la categoría de pobreza extrema, y eso solamente, ante la idea de que las personas no poseen un ingreso de donde poder subsistir, pero que hay con aquellos que a parte de no poseer esta cifra, vienen de condiciones diferentes, hablan dialectos diferentes, costumbres diferentes, de etnias, de grupos indígenas, es decir, están socialmente “alejados” de poder accesar a ser pertenecientes de una comunidad, bueno pues ante esto aparece el término, pobreza marginal. Y así podríamos ir colocándole adjetivos ad hoc, a cada característica que se presentase sobre pobreza. Es simple, por cuanto nos presenta el escenario tal cual de que existen “diferencias” entre personas, entre ciudades, entre regiones y entre naciones, pero no importa, porque  a final de cuentas lo que interesa es crecer, ser competitivos, y no importa que, como consecuencia del propio proceso de crecimiento se observen desigualdades, ya se erradicarán, comentarían los partidarios de estas ideas. Pero no, las cosas no deben ser así. Es necesario buscar un equilibrio, en el cual dicho crecimiento económico traiga consigo un desarrollo económico. En la dimensión social, ocurre  igual, con la misma venia de esperar a que los tomadores de decisiones en cuanto a la distribución –y más a la redistribución- de la riqueza hagan lo correspondiente, y con ello no se tienda a ir más por el factor político.

Y, resulta ser abrumadora, ¿por qué abrumadora? Dado que si algunos mencionan que hay pobres porque los ricos son muy ricos, entonces pensaríamos: que óptica tan conveniente!. Sobre todo para quienes se quieren cegar y cubrir la miseria en que ciertos sectores de la población viven. Esto explica lo que al principio se señala: es verdad, al existir esas diferencias, entonces también podemos diferenciar que dado que se cubren otras necesidades en las áreas urbanas entonces los satisfactores serán otros: el tener un patrimonio. Es decir, en estas áreas, ya se tiene para comer y vestir, por ejemplo, y solo falta pertenecer a algo, pertenecer a la ciudad, para lo cual es necesario la vivienda –por eso se dice que la pobreza que se identifica es una pobreza patrimonial. En tanto, para las áreas rurales habrá que luchar más, dado que la pobreza es alimentaria.  Y me pregunto: ¿no se logra cubrir entonces ni siquiera una de las necesidades fisiológicas vitales como es el alimento? Esto es realmente abrumador, es deprimente también.

Amartya Sen –Premio Nobel de Economía en 1998 por sus contribuciones a la economía del bienestar-, es uno de los economistas estudiosos de la pobreza, y es en parte acertado cuando habla Sobre Conceptos y Medidas de Pobreza, al señalar: “Vivir en pobreza puede ser triste, pero ofender o causar dolor a la sociedad causando problemas a quienes no son pobres, es al parecer la verdadera tragedia. Es difícil reducir más a los seres humanos a la categoría de medios”.

Dos visiones de esta aseveración: una económica, donde valoremos cuánto nos cuesta que las personas vivan en pobreza; y otra social, donde asumimos que no puede ver pobreza a tal grado que cause dolor. Para los dos, es evidente que entonces habrán de formularse políticas para erradicarlas y que sean eficientes al ser aplicables, y no únicamente se queden en el discurso.

En resumen, la pobreza alimentaria es la más deprimente, porque se presenta en las áreas rurales, en donde se supondría se genera el alimento. Entonces, existe un gravísimo problema.

Desde antaño el tema de la pobreza ha sido estudiada, tratando de erradicarla, y, en su contraparte, generar la riqueza. Mucho se puede decir al respecto de la pobreza desde diferentes dimensiones incluso, pero ello no cambiará el hecho de que haya pobres

Tiempo atrás, leí un comentario de un economista reconocido, sobre la pobreza , el cual señalaba que: “la pobreza urbana es más una pobreza patrimonial, en tanto la pobreza rural, es más una pobreza alimentaria”. Dimensiones en cuanto al territorio, o mejor dicho al uso del territorio.

Tal aseveración ha resultado un tanto inquietante, simple y a la vez abrumadora. Inquietante, porque evidencia que la pobreza como tal está latente: si existen ricos también existen pobres, y que es necesario entonces analizar en esta dimensión lo correspondiente a la pobreza. Así, resulta en verdad inquietante que nos señalen que existen personas que viven con menos de un dólar al día, pero, ¿qué pasa con los que ni siquiera tienen esta cifra? Pues bien, hay la categoría de pobreza extrema, y eso solamente, ante la idea de que las personas no poseen un ingreso de donde poder subsistir, pero que hay con aquellos que a parte de no poseer esta cifra, vienen de condiciones diferentes, hablan dialectos diferentes, costumbres diferentes, de etnias, de grupos indígenas, es decir, están socialmente “alejados” de poder accesar a ser pertenecientes de una comunidad, bueno pues ante esto aparece el término, pobreza marginal. Y así podríamos ir colocándole adjetivos ad hoc, a cada característica que se presentase sobre pobreza. Es simple, por cuanto nos presenta el escenario tal cual de que existen “diferencias” entre personas, entre ciudades, entre regiones y entre naciones, pero no importa, porque  a final de cuentas lo que interesa es crecer, ser competitivos, y no importa que, como consecuencia del propio proceso de crecimiento se observen desigualdades, ya se erradicarán, comentarían los partidarios de estas ideas. Pero no, las cosas no deben ser así. Es necesario buscar un equilibrio, en el cual dicho crecimiento económico traiga consigo un desarrollo económico. En la dimensión social, ocurre  igual, con la misma venia de esperar a que los tomadores de decisiones en cuanto a la distribución –y más a la redistribución- de la riqueza hagan lo correspondiente, y con ello no se tienda a ir más por el factor político.

Y, resulta ser abrumadora, ¿por qué abrumadora? Dado que si algunos mencionan que hay pobres porque los ricos son muy ricos, entonces pensaríamos: que óptica tan conveniente!. Sobre todo para quienes se quieren cegar y cubrir la miseria en que ciertos sectores de la población viven. Esto explica lo que al principio se señala: es verdad, al existir esas diferencias, entonces también podemos diferenciar que dado que se cubren otras necesidades en las áreas urbanas entonces los satisfactores serán otros: el tener un patrimonio. Es decir, en estas áreas, ya se tiene para comer y vestir, por ejemplo, y solo falta pertenecer a algo, pertenecer a la ciudad, para lo cual es necesario la vivienda –por eso se dice que la pobreza que se identifica es una pobreza patrimonial. En tanto, para las áreas rurales habrá que luchar más, dado que la pobreza es alimentaria.  Y me pregunto: ¿no se logra cubrir entonces ni siquiera una de las necesidades fisiológicas vitales como es el alimento? Esto es realmente abrumador, es deprimente también.

Amartya Sen –Premio Nobel de Economía en 1998 por sus contribuciones a la economía del bienestar-, es uno de los economistas estudiosos de la pobreza, y es en parte acertado cuando habla Sobre Conceptos y Medidas de Pobreza, al señalar: “Vivir en pobreza puede ser triste, pero ofender o causar dolor a la sociedad causando problemas a quienes no son pobres, es al parecer la verdadera tragedia. Es difícil reducir más a los seres humanos a la categoría de medios”.

Dos visiones de esta aseveración: una económica, donde valoremos cuánto nos cuesta que las personas vivan en pobreza; y otra social, donde asumimos que no puede ver pobreza a tal grado que cause dolor. Para los dos, es evidente que entonces habrán de formularse políticas para erradicarlas y que sean eficientes al ser aplicables, y no únicamente se queden en el discurso.

En resumen, la pobreza alimentaria es la más deprimente, porque se presenta en las áreas rurales, en donde se supondría se genera el alimento. Entonces, existe un gravísimo problema.