/ jueves 11 de octubre de 2018

¿Qué son las ciudades modelo?, a propósito del Premio Nobel en Ciencias Económicas 2018, Paul Michael Romer

Tiempo atrás –en 2014, para ser específicos-, escuché a uno de los economistas más reconocidos entre nuestro gremio económico, Paul Michael Romer, hablar sobre las ciudades y, específicamente, sobre ciudad modelo (quién venía planteándolo desde el 2009). Lo primero que me provocó fue cierta suspicacia al respecto de que este economista conocido y reconocido por sus contribuciones en materia de crecimiento económico, ahora estuviese hablando sobre las ciudades, es decir sobre el elementos espacial, que muchas de las veces los economistas duros no toman en consideración. En un segundo momento, pensé por qué no Paul Krugman quien hasta ya ha recibido el Premio Nobel de Economía por sus contribuciones en la dimensión espacial en la ciencia económica (pero ello es otra historia). Pero, ¿qué es una ciudad modelo para Paul M. Romer? Es aquella que es posible crear en una superficie (territorio) dado, (el cual es necesario buscar), construir la infraestructura y generar superestructuras y que sea un modelo de ciudad sin vicios, sin problemas sociales, económicos, medioambientales, políticos, etc., y que sean posible de alcanzar prontamente un desarrollo económico pleno, a la par de invitar a individuos para que sean habitadas dichas ciudades modelo. Constituía todo un sueño tal vez, y para empezar a aplicarse en un país centroamericano, como Honduras… sin embargo, no prosiguió dicho proyecto por cuestiones políticas (inmersas en dicho país). Al respecto, de este concepto innovador sigo siendo suspicaz, y sobretodo por lo que conllevaba, aunque fuese un ideal en cuanto a una ciudad más allá de las infraestructuras y superestructuras que se podrían realizar y ello es algo tangible, y con las áreas verdes y ser sostenible en el futuro, por ejemplo, mi ocupación era qué pasaría con la propuesta de cambios de comportamientos en los individuos quienes en un futuro cercano habrían de habitar dicha ciudad, de regirla bajo una serie de instituciones que regularían tal comportamiento, y en ello recaerían los riesgos. De acuerdo, la propuesta no prosiguió aunque resultaba bastante idealista, y desde su concepción como CIUDAD MODELO. Aún así, Paul M. Romer, en su ámbito laboral y profesional prosiguió por la línea de la inserción de las tecnologías, y de las innovaciones –lo cual la propuesta de CIUDAD MODELO también constituye un modelo innovativo-, y pese a obstáculos, por lo general conferidos a toma de decisiones de quienes se encuentran al frente de las ciudades, de diferentes grupos de presión, o de la sociedad misma, continuó con sus líneas de investigación y contribuyendo con mucho al quehacer de la ciencia y vinculada a la sociedad. Por lo cual muestra de ello, es el actual premio que ha recibido. Paul M. Romer ha recibido el galardón más preciado por el gremio de los intelectuales y científicos de la ciencia económica, el PREMIO NOBEL DE LA CIENCIA ECONÓMICA 2018, por sus contribuciones al crecimiento económico vía la tecnología, explicada como los aportes que se van teniendo en materia de investigación y desarrollo, pero para que ello detone se requiere de la creatividad, de los premios a dicha creatividad y de la regulación de dichas inventivas. Siempre un economista polémico por cada una de sus aseveraciones y partiendo sobre todo de que el fundamento de la ciencia económica es ante todo una ciencia social, merecido el galardón, bienvenidas sus aportaciones que en cualesquiera de las esferas logra generar análisis crítico, y lo fundamental: nuevas ideas.

Tiempo atrás –en 2014, para ser específicos-, escuché a uno de los economistas más reconocidos entre nuestro gremio económico, Paul Michael Romer, hablar sobre las ciudades y, específicamente, sobre ciudad modelo (quién venía planteándolo desde el 2009). Lo primero que me provocó fue cierta suspicacia al respecto de que este economista conocido y reconocido por sus contribuciones en materia de crecimiento económico, ahora estuviese hablando sobre las ciudades, es decir sobre el elementos espacial, que muchas de las veces los economistas duros no toman en consideración. En un segundo momento, pensé por qué no Paul Krugman quien hasta ya ha recibido el Premio Nobel de Economía por sus contribuciones en la dimensión espacial en la ciencia económica (pero ello es otra historia). Pero, ¿qué es una ciudad modelo para Paul M. Romer? Es aquella que es posible crear en una superficie (territorio) dado, (el cual es necesario buscar), construir la infraestructura y generar superestructuras y que sea un modelo de ciudad sin vicios, sin problemas sociales, económicos, medioambientales, políticos, etc., y que sean posible de alcanzar prontamente un desarrollo económico pleno, a la par de invitar a individuos para que sean habitadas dichas ciudades modelo. Constituía todo un sueño tal vez, y para empezar a aplicarse en un país centroamericano, como Honduras… sin embargo, no prosiguió dicho proyecto por cuestiones políticas (inmersas en dicho país). Al respecto, de este concepto innovador sigo siendo suspicaz, y sobretodo por lo que conllevaba, aunque fuese un ideal en cuanto a una ciudad más allá de las infraestructuras y superestructuras que se podrían realizar y ello es algo tangible, y con las áreas verdes y ser sostenible en el futuro, por ejemplo, mi ocupación era qué pasaría con la propuesta de cambios de comportamientos en los individuos quienes en un futuro cercano habrían de habitar dicha ciudad, de regirla bajo una serie de instituciones que regularían tal comportamiento, y en ello recaerían los riesgos. De acuerdo, la propuesta no prosiguió aunque resultaba bastante idealista, y desde su concepción como CIUDAD MODELO. Aún así, Paul M. Romer, en su ámbito laboral y profesional prosiguió por la línea de la inserción de las tecnologías, y de las innovaciones –lo cual la propuesta de CIUDAD MODELO también constituye un modelo innovativo-, y pese a obstáculos, por lo general conferidos a toma de decisiones de quienes se encuentran al frente de las ciudades, de diferentes grupos de presión, o de la sociedad misma, continuó con sus líneas de investigación y contribuyendo con mucho al quehacer de la ciencia y vinculada a la sociedad. Por lo cual muestra de ello, es el actual premio que ha recibido. Paul M. Romer ha recibido el galardón más preciado por el gremio de los intelectuales y científicos de la ciencia económica, el PREMIO NOBEL DE LA CIENCIA ECONÓMICA 2018, por sus contribuciones al crecimiento económico vía la tecnología, explicada como los aportes que se van teniendo en materia de investigación y desarrollo, pero para que ello detone se requiere de la creatividad, de los premios a dicha creatividad y de la regulación de dichas inventivas. Siempre un economista polémico por cada una de sus aseveraciones y partiendo sobre todo de que el fundamento de la ciencia económica es ante todo una ciencia social, merecido el galardón, bienvenidas sus aportaciones que en cualesquiera de las esferas logra generar análisis crítico, y lo fundamental: nuevas ideas.