/ sábado 5 de junio de 2021

Entre voces | Todos a votar

Mañana será el día de las elecciones más grandes en nuestro país, y no sólo por el número de puestos públicos que serán asignados a los ganadores, sino por la importancia que reviste la renovación de la cámara de diputados en la elección federal y de dar o no continuidad al presente gobierno con su política de ayudas sociales, desaparición de fideicomisos, lucha anti-corrupción, ayuda a ninis, a viejitos y discursos todas las mañanas. Sin hablar de la pandemia, el avión y aeropuerto, además de la economía.

Nuestra democracia se caracteriza por la división de poderes, para evitar todo autoritarismo. El poder judicial, legislativo y ejecutivo, deben equilibrarse, para poder llevar acabado la gobernabilidad del Estado. En las elecciones de nuestro estado están en juego del ejecutivo: gobernador y alcalde; y en legislativo: diputación federal y local. Además del síndico, que es como un fiscal en las cuentas de cada municipio. Hay 12 partidos, elegiremos entre casi 60 candidatos y solo 5 ganarán. Es un día muy importante donde todos tenemos que salir a votar.

El voto es un derecho, que hasta apenas en el siglo pasado pudieron hacer valer las mujeres iniciando en Finlandia y luego en el mundo entero, ese derecho a votar y ser votados. Es un derecho de hacerlo con libertad y en secreto. Sin ninguna presión o acarreo, mucho menos a cambio de una despensa o una compensación. Es un derecho y también un deber, pues es seguramente el día en que los políticos ponen verdaderamente atención a lo que los ciudadanos con su voto quieren decir. Continuar con lo mismo, o buscar cambiar las cosas, siempre buscando sea para mejorar la situación presente.

He escuchado a personas que desanimadas por el mal ejercicio de servidores públicos dicen que no tiene casa salir a votar, que ninguno vale la pena, que es siempre lo mismo con los mismos. Este desaliento no ayuda a fortalecer la democracia. Si este es el único ejercicio democrático donde se respeta el triunfo de aquellos candidatos que junten más voluntades a su proyecto, tenemos la obligación moral de ir a votar. Si conociendo los candidatos, ninguno te llena el ojo, pues vota por que creas haga menos daño. Pues es mejor eso, que tu silencio o abstencionismo.

La democracia no se queda en un día de elecciones y la semana que le sigue en conocer los resultados, sino en la participación política constante de cada uno como ciudadano responsable. No nos quedemos en tardes de gritos y vivas, y luego una apatía de esperar a ver que nos dan o mirar de lejos el mal gobierno o las omisiones sociales que a todos afectan. Además, te invito a superar la división social que ocasiona el hecho de que no gane tu candidato. El que gane, deja de ser candidato o candidata, para ser ahora quien gobierne a todos los del municipio, del estado, etc. Sepamos respetar las autoridades elegidas, así como el trabajo del árbitro electoral IEE, que ha sido un logro en la transparencia. Enojarme cuando no gano o no se cumplen mis caprichos, denota una inmadurez que no reconoce la voluntad de los otros.

Estamos aún lejos de una política madura, de una participación ciudadana activa, pero podemos contribuir todos al menos con lo poco que sepamos y muchas ganas de aprender a ser mejores ciudadanos. Por lo tanto, lo primero es ir a votar, hacerlo en conciencia y luego al darse a conocer los resultados, seguir construyendo un país basado en la justicia y el bien común. Considera en los candidatos su vida personal, sus convicciones, y cómo han gobernado antes. El poder no los cambiará para bien, sino será siempre una tentación que tendrán que vencer con sus principios morales. Mañana es el día, todos a votar.

Mañana será el día de las elecciones más grandes en nuestro país, y no sólo por el número de puestos públicos que serán asignados a los ganadores, sino por la importancia que reviste la renovación de la cámara de diputados en la elección federal y de dar o no continuidad al presente gobierno con su política de ayudas sociales, desaparición de fideicomisos, lucha anti-corrupción, ayuda a ninis, a viejitos y discursos todas las mañanas. Sin hablar de la pandemia, el avión y aeropuerto, además de la economía.

Nuestra democracia se caracteriza por la división de poderes, para evitar todo autoritarismo. El poder judicial, legislativo y ejecutivo, deben equilibrarse, para poder llevar acabado la gobernabilidad del Estado. En las elecciones de nuestro estado están en juego del ejecutivo: gobernador y alcalde; y en legislativo: diputación federal y local. Además del síndico, que es como un fiscal en las cuentas de cada municipio. Hay 12 partidos, elegiremos entre casi 60 candidatos y solo 5 ganarán. Es un día muy importante donde todos tenemos que salir a votar.

El voto es un derecho, que hasta apenas en el siglo pasado pudieron hacer valer las mujeres iniciando en Finlandia y luego en el mundo entero, ese derecho a votar y ser votados. Es un derecho de hacerlo con libertad y en secreto. Sin ninguna presión o acarreo, mucho menos a cambio de una despensa o una compensación. Es un derecho y también un deber, pues es seguramente el día en que los políticos ponen verdaderamente atención a lo que los ciudadanos con su voto quieren decir. Continuar con lo mismo, o buscar cambiar las cosas, siempre buscando sea para mejorar la situación presente.

He escuchado a personas que desanimadas por el mal ejercicio de servidores públicos dicen que no tiene casa salir a votar, que ninguno vale la pena, que es siempre lo mismo con los mismos. Este desaliento no ayuda a fortalecer la democracia. Si este es el único ejercicio democrático donde se respeta el triunfo de aquellos candidatos que junten más voluntades a su proyecto, tenemos la obligación moral de ir a votar. Si conociendo los candidatos, ninguno te llena el ojo, pues vota por que creas haga menos daño. Pues es mejor eso, que tu silencio o abstencionismo.

La democracia no se queda en un día de elecciones y la semana que le sigue en conocer los resultados, sino en la participación política constante de cada uno como ciudadano responsable. No nos quedemos en tardes de gritos y vivas, y luego una apatía de esperar a ver que nos dan o mirar de lejos el mal gobierno o las omisiones sociales que a todos afectan. Además, te invito a superar la división social que ocasiona el hecho de que no gane tu candidato. El que gane, deja de ser candidato o candidata, para ser ahora quien gobierne a todos los del municipio, del estado, etc. Sepamos respetar las autoridades elegidas, así como el trabajo del árbitro electoral IEE, que ha sido un logro en la transparencia. Enojarme cuando no gano o no se cumplen mis caprichos, denota una inmadurez que no reconoce la voluntad de los otros.

Estamos aún lejos de una política madura, de una participación ciudadana activa, pero podemos contribuir todos al menos con lo poco que sepamos y muchas ganas de aprender a ser mejores ciudadanos. Por lo tanto, lo primero es ir a votar, hacerlo en conciencia y luego al darse a conocer los resultados, seguir construyendo un país basado en la justicia y el bien común. Considera en los candidatos su vida personal, sus convicciones, y cómo han gobernado antes. El poder no los cambiará para bien, sino será siempre una tentación que tendrán que vencer con sus principios morales. Mañana es el día, todos a votar.