/ sábado 6 de febrero de 2021

Entre voces | Positivos

En el reporte diario del 2 de febrero, según los datos federales, en nuestro país los contagios superan los dos millones y casi los 160 mil muertos a causa del SarsCov2, o mejor conocido como coronavirus. Cifras alarmantes, que ya superan casi al triple la catástrofe en muertes anunciada hace meses por el subsecretario de salud. Este escenario de terror, que no solo se respira en México, sino en el mundo, con nuevas cepas y medidas insuficientes, nos lleva a que se agudicen los sentimientos negativos, que obviamente no ayudan en nada al sistema inmunológico de cada persona.

Hace años, cuando el SIDA era el centro de las noticias, se empezó a llamar a personas contagiadas que eran “cero positivas” quienes, teniendo el virus, no desarrollaban la enfermedad, pero si podían transmitirla. Hoy cuando recibes un mensaje o llamada diciendo que alguien salió positivo, sabemos que se refiere al hacerse la prueba del coronavirus, y ha dado positivo, es decir, que tiene o ha tenido el virus en su cuerpo. Noticia por demás triste, incierta y negativa para cada persona y familia. Este tipo de noticias cambia los ánimos, altera la dinámica familiar y laboral, etc. Así se inician a escribir historias dramáticas, que parecen no dejar de producirse.

Algo positivo empezó a pasar en el mes de diciembre y fue el anuncio de las vacunas logradas en tiempos record, y que aún se debate su origen, su eficacia, su ética, entre otros aspectos. A ellos se agrega el de la fecha de llegada, distribución y aplicación. Páginas colapsadas, por no prever demanda, y autorizaciones apresuradas por la Cofepris, debido a la urgencia sanitaria. Todo este escenario positivo en su origen, se ha nublado con sospechas e incertidumbres.

Y ¿qué decir del ciudadano de a pie? Parece padecer todas las decisiones de los “de arriba”, sintiendo la lluvia de opiniones como un enjambre que quiere buscar el momento oportuno para dañarlo. Son ellos los que me preocupan. Personas que sin información verídica, o menos elementos formativos, terminan en una maraña de ideas negativas. A ellos les quiero decir que, ante todo esto, hay que buscar ser positivos.

En cada corazón y alma, hay una fuerza tremenda para enfrentar la adversidad. Soy testigo, por ejemplo, de personas que, ante una enfermedad incurable, la actitud positiva les ayuda a saber vivir la enfermedad y en algunos casos, sea con ayuda espiritual como científica, el enfermo sana. Ser positivo, no me refiero a tener todos los datos, saberlo todo y en la seguridad de confiar en la ciencia ciegamente. Me refiero a cultivar la confianza y la responsabilidad en cada uno. A que hagamos crecer lo bueno que hay en nosotros y purificarnos de lo negativo. Si eres deportista, busca maneras de ejercitarte en tu casa y no te quedes lamentando el gimnasio cerrado, o diciendo que no es lo mismo. Algo bueno y positivo tiene que salir de toda esta crisis. Hay que saber extraerlo. Una mejor comunicación familiar, una espiritualidad más sólida, un conocimiento mayor de la sociedad y las instituciones. En fin, aquí le toca a cada uno su propia tarea.

Ante lo negativo que nos enfrentamos, te invito a ser positivo, de esos que el mundo necesita y de los que tú y yo podemos ser parte. Que esta actitud sea realmente más contagiosa, desde la familia, en tu trabajo y en tus mensajes en redes sociales. Espero al final de leer estas líneas, seamos más los positivos.


En el reporte diario del 2 de febrero, según los datos federales, en nuestro país los contagios superan los dos millones y casi los 160 mil muertos a causa del SarsCov2, o mejor conocido como coronavirus. Cifras alarmantes, que ya superan casi al triple la catástrofe en muertes anunciada hace meses por el subsecretario de salud. Este escenario de terror, que no solo se respira en México, sino en el mundo, con nuevas cepas y medidas insuficientes, nos lleva a que se agudicen los sentimientos negativos, que obviamente no ayudan en nada al sistema inmunológico de cada persona.

Hace años, cuando el SIDA era el centro de las noticias, se empezó a llamar a personas contagiadas que eran “cero positivas” quienes, teniendo el virus, no desarrollaban la enfermedad, pero si podían transmitirla. Hoy cuando recibes un mensaje o llamada diciendo que alguien salió positivo, sabemos que se refiere al hacerse la prueba del coronavirus, y ha dado positivo, es decir, que tiene o ha tenido el virus en su cuerpo. Noticia por demás triste, incierta y negativa para cada persona y familia. Este tipo de noticias cambia los ánimos, altera la dinámica familiar y laboral, etc. Así se inician a escribir historias dramáticas, que parecen no dejar de producirse.

Algo positivo empezó a pasar en el mes de diciembre y fue el anuncio de las vacunas logradas en tiempos record, y que aún se debate su origen, su eficacia, su ética, entre otros aspectos. A ellos se agrega el de la fecha de llegada, distribución y aplicación. Páginas colapsadas, por no prever demanda, y autorizaciones apresuradas por la Cofepris, debido a la urgencia sanitaria. Todo este escenario positivo en su origen, se ha nublado con sospechas e incertidumbres.

Y ¿qué decir del ciudadano de a pie? Parece padecer todas las decisiones de los “de arriba”, sintiendo la lluvia de opiniones como un enjambre que quiere buscar el momento oportuno para dañarlo. Son ellos los que me preocupan. Personas que sin información verídica, o menos elementos formativos, terminan en una maraña de ideas negativas. A ellos les quiero decir que, ante todo esto, hay que buscar ser positivos.

En cada corazón y alma, hay una fuerza tremenda para enfrentar la adversidad. Soy testigo, por ejemplo, de personas que, ante una enfermedad incurable, la actitud positiva les ayuda a saber vivir la enfermedad y en algunos casos, sea con ayuda espiritual como científica, el enfermo sana. Ser positivo, no me refiero a tener todos los datos, saberlo todo y en la seguridad de confiar en la ciencia ciegamente. Me refiero a cultivar la confianza y la responsabilidad en cada uno. A que hagamos crecer lo bueno que hay en nosotros y purificarnos de lo negativo. Si eres deportista, busca maneras de ejercitarte en tu casa y no te quedes lamentando el gimnasio cerrado, o diciendo que no es lo mismo. Algo bueno y positivo tiene que salir de toda esta crisis. Hay que saber extraerlo. Una mejor comunicación familiar, una espiritualidad más sólida, un conocimiento mayor de la sociedad y las instituciones. En fin, aquí le toca a cada uno su propia tarea.

Ante lo negativo que nos enfrentamos, te invito a ser positivo, de esos que el mundo necesita y de los que tú y yo podemos ser parte. Que esta actitud sea realmente más contagiosa, desde la familia, en tu trabajo y en tus mensajes en redes sociales. Espero al final de leer estas líneas, seamos más los positivos.