/ viernes 22 de enero de 2021

Espejos de vida | El arte de escribir

De acuerdo a la RAE (Diccionario de la Real Academia Española), escribir significa representar ideas, palabras mediante letras u otros signos gráficos. Etimológicamente proviene del latín “scribere”.

Al remitirse a la historia se reconocen los escribanos como los encargados de redactar. Título otorgado a quienes sabían escribir y plasmaban sus textos impresos en tablillas, papiros o recursos al alcance, según el contexto histórico, dejando huella impresa de acontecimientos que han servido como base para entender el pasado y reinterpretar la evolución de las sociedades a través de la historia.

De tal forma que, gracias a la escritura, grandes obras maestras son reconocidas hoy en día, como: el antiguo y nuevo testamento; la Odisea y la Ilíada, estas últimas, fiel testimonio del recuerdo épico y acontecimientos prevalecientes desde A.c.

La habilidad de escribir solo se desarrollaba en unos cuantos elegidos; los griegos se encargaron de difundir el conocimiento por medio de la retórica, pero dejaron plasmado su saber, siendo conocidos como “la cuna de la sabiduría”. Son precedidos por teólogos y filósofos como San Agustín, quien fue presbítero y obispo, escribió sobre la caída de Roma y la ciudad de Dios. Santo Tomás de Aquino, quien dota a la escritura de un tratamiento escolástico de los temas teológicos y filosóficos; en otro orden de ideas, Giovanni Boccaccio, escritor y poeta italiano que rescata en cien historias, los horrores de la peste negra acontecida en el siglo XIV.

El nacimiento de la imprenta en 1440 tiene un papel fundamental en la difusión de la escritura; se plasman historias, novelas, descubrimientos de toda índole y el mundo empieza a ser alumbrado por los destellos del conocimiento.

La evolución de la ciencia se ha basado en aportaciones y contribuciones que se convierten en el punto de inicio para generar nuevos descubrimientos; hago referencia a breves ejemplos: el caso de los médicos que plasman en artículos sus avances, dudas, evolución y desarrollo; en investigaciones de toda índole; en la escritura de leyes y reformas; autobiografías, mensajes, recetarios y tradiciones en este punto hago mención del libro “Como agua para chocolate” de Laura Esquivel.

Otros, se han atrevido a incursionar en la escritura de poesía, desnudando su alma, retratando su interior y buscando las palabras e imágenes que puedan llevar al lector a interpretar sus emociones. Al respecto, nombro a Amado Nervo, Octavio Paz; a quienes han musicalizado sus composiciones como: Juan Gabriel, Joan Sebastián, José Alfredo Jiménez y muchos más, que nos han hecho suspirar y enamorar con sus versos.

Las misivas, mensajes, diarios y formas de comunicación, han evolucionado conforme los tiempos y cambios vividos en la sociedad; sin embargo, se han convertido en fuentes fidedignas para interpretar y reconocer personajes y hechos en la historia, tal es el caso del Diario de Ana Frank, una adolescente que plasma su visión y experiencia desde el holocausto.

En lo que respecta a la escritura epistolar, además de proveer información sobre sucesos y vínculos, remiten al reconocimiento del emisor y destinatario.

Según datos proporcionados por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, actualmente en México se encuentra alfabetizada el 95% de la población; ¡hagamos historia! Escribamos para nosotros y para los demás; ejercitemos esta macro habilidad y dejemos constancia del momento.

Escribe a tus seres queridos, a tus amigos, conocidos, en un diario, blog, o página; vuelve a tomar el bolígrafo; asómate a tu alma y encuentra los sentimientos que quieras expresar; vincula el pensamiento, mano y corazón.

MARIA DEL REFUGIO SANDOVAL.


De acuerdo a la RAE (Diccionario de la Real Academia Española), escribir significa representar ideas, palabras mediante letras u otros signos gráficos. Etimológicamente proviene del latín “scribere”.

Al remitirse a la historia se reconocen los escribanos como los encargados de redactar. Título otorgado a quienes sabían escribir y plasmaban sus textos impresos en tablillas, papiros o recursos al alcance, según el contexto histórico, dejando huella impresa de acontecimientos que han servido como base para entender el pasado y reinterpretar la evolución de las sociedades a través de la historia.

De tal forma que, gracias a la escritura, grandes obras maestras son reconocidas hoy en día, como: el antiguo y nuevo testamento; la Odisea y la Ilíada, estas últimas, fiel testimonio del recuerdo épico y acontecimientos prevalecientes desde A.c.

La habilidad de escribir solo se desarrollaba en unos cuantos elegidos; los griegos se encargaron de difundir el conocimiento por medio de la retórica, pero dejaron plasmado su saber, siendo conocidos como “la cuna de la sabiduría”. Son precedidos por teólogos y filósofos como San Agustín, quien fue presbítero y obispo, escribió sobre la caída de Roma y la ciudad de Dios. Santo Tomás de Aquino, quien dota a la escritura de un tratamiento escolástico de los temas teológicos y filosóficos; en otro orden de ideas, Giovanni Boccaccio, escritor y poeta italiano que rescata en cien historias, los horrores de la peste negra acontecida en el siglo XIV.

El nacimiento de la imprenta en 1440 tiene un papel fundamental en la difusión de la escritura; se plasman historias, novelas, descubrimientos de toda índole y el mundo empieza a ser alumbrado por los destellos del conocimiento.

La evolución de la ciencia se ha basado en aportaciones y contribuciones que se convierten en el punto de inicio para generar nuevos descubrimientos; hago referencia a breves ejemplos: el caso de los médicos que plasman en artículos sus avances, dudas, evolución y desarrollo; en investigaciones de toda índole; en la escritura de leyes y reformas; autobiografías, mensajes, recetarios y tradiciones en este punto hago mención del libro “Como agua para chocolate” de Laura Esquivel.

Otros, se han atrevido a incursionar en la escritura de poesía, desnudando su alma, retratando su interior y buscando las palabras e imágenes que puedan llevar al lector a interpretar sus emociones. Al respecto, nombro a Amado Nervo, Octavio Paz; a quienes han musicalizado sus composiciones como: Juan Gabriel, Joan Sebastián, José Alfredo Jiménez y muchos más, que nos han hecho suspirar y enamorar con sus versos.

Las misivas, mensajes, diarios y formas de comunicación, han evolucionado conforme los tiempos y cambios vividos en la sociedad; sin embargo, se han convertido en fuentes fidedignas para interpretar y reconocer personajes y hechos en la historia, tal es el caso del Diario de Ana Frank, una adolescente que plasma su visión y experiencia desde el holocausto.

En lo que respecta a la escritura epistolar, además de proveer información sobre sucesos y vínculos, remiten al reconocimiento del emisor y destinatario.

Según datos proporcionados por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, actualmente en México se encuentra alfabetizada el 95% de la población; ¡hagamos historia! Escribamos para nosotros y para los demás; ejercitemos esta macro habilidad y dejemos constancia del momento.

Escribe a tus seres queridos, a tus amigos, conocidos, en un diario, blog, o página; vuelve a tomar el bolígrafo; asómate a tu alma y encuentra los sentimientos que quieras expresar; vincula el pensamiento, mano y corazón.

MARIA DEL REFUGIO SANDOVAL.