/ miércoles 3 de noviembre de 2021

Sobremesa con Maxi | Eres Suficiente

Hace algunas semanas mientras esperaba un café en el mostrador de la cafetería se me acercaron unas mujeres muy simpáticas y peculiares, llegaron a mí para preguntarme si era yo quien había hecho algo que les había marcado su vida por completo.

Después de unos minutos de platica con ellas, el joven que preparaba mi café me llamo para entregármelo, me despedí de las mujeres y agradecí las palabras con las cuales se refirieron a mi durante la plática.

Al abrir la puerta de ese lugar quede de frente a un adolescente que por las prisas derramo el café en mi playera, salió corriendo por unas cuantas servilletas para ayudarme a que pudiera limpiar mi ropa, sonriente me dijo: “Disculpa Max”, para mi sorpresa el chico me conocía, pero yo no lo recordaba, seguí sacándome platica mientras sostenía el vaso de mi café, me despedí y continúe con mi camino.

Al llegar a mi hogar hice memoria de quienes habían sido las personas que me encontré en ese lugar o al menos porque sabían quién era yo, pero me causaba más sorpresa lo que hice para que sus vidas estuvieran marcadas tan fuerte, tan importante, pero sobre todo que me hablaran de una forma muy entusiasta y afectiva como lo hicieron.

Después de algunos días recordé quienes eran esas mujeres y al adolescente, estas personas tenían en común que se encontraban dentro del mundo de la desesperación, buscando respuestas a su identidad, conflictos existenciales que les hacían pensar que no eran lo suficientemente buenos para los lugares a donde fueron destinados y tenían tiempo siguiéndome en las publicaciones o apariciones en publico.

Como dijo Avicci en una de sus canciones titulada “The Nights”:

“No dejes que la juventud se te esfume, cuando te haces mayor, tu indómito corazón vivirá por los días de tu juventud, piensa en mí si alguna vez estas preocupado, cuando de las nubes de tormenta empiece a llover a mares, enciende una luz que no puedan apagar, esculpe tu nombre en esas estrellas brillante, aventúrate más allá de estas cosas, no renuncies a esta vida tuya, yo te guiare hasta casa, no importa donde estés.”

El párrafo anterior describe el mensaje de un padre hacia su hijo, impulsándolo a lo desconocido, navegar por nuevas aguas, escalar nuevas montañas, dejar huella por su camino, pero sobre escribir su nombre en las estrellas por siempre.

Este mismo mensaje lo dirijo hacia ti que estás leyendo esta columna, has que tu vida valga la pena, no renuncies a lo que estas comenzando, impúlsate para que llegues más lejos de donde estas, no permitas que dentro de ti exista alguna duda de tu capacidad para hacer las cosas.

Las personas que te mencione al principio de este escrito tenían eso en común, la falta de valentía o conocimiento de la grandeza que deberían tener, los hacia detenerse a un mundo lleno de emociones, encuentros o fascinantes decisiones que les daría una identidad propia.

Recuerda eres ANCLA no eres alga flotando sobre el océano, tienes sembrado en tu interior una visión, no tienes por qué permanecer siempre en el mismo lugar si no lo deseas, ve hasta donde la felicidad te diga que es ahí a donde perteneces.

No dejes pasar ni un solo instante, invierte en tu conocimiento, invierte en lo que realmente importa, tantas personas se han ido de la existencia sin ver lo que tanto soñaron, eres suficiente, eres tu propia escultura que debes pulir.


Maxi Nevárez | Admin. Gubernamental





Hace algunas semanas mientras esperaba un café en el mostrador de la cafetería se me acercaron unas mujeres muy simpáticas y peculiares, llegaron a mí para preguntarme si era yo quien había hecho algo que les había marcado su vida por completo.

Después de unos minutos de platica con ellas, el joven que preparaba mi café me llamo para entregármelo, me despedí de las mujeres y agradecí las palabras con las cuales se refirieron a mi durante la plática.

Al abrir la puerta de ese lugar quede de frente a un adolescente que por las prisas derramo el café en mi playera, salió corriendo por unas cuantas servilletas para ayudarme a que pudiera limpiar mi ropa, sonriente me dijo: “Disculpa Max”, para mi sorpresa el chico me conocía, pero yo no lo recordaba, seguí sacándome platica mientras sostenía el vaso de mi café, me despedí y continúe con mi camino.

Al llegar a mi hogar hice memoria de quienes habían sido las personas que me encontré en ese lugar o al menos porque sabían quién era yo, pero me causaba más sorpresa lo que hice para que sus vidas estuvieran marcadas tan fuerte, tan importante, pero sobre todo que me hablaran de una forma muy entusiasta y afectiva como lo hicieron.

Después de algunos días recordé quienes eran esas mujeres y al adolescente, estas personas tenían en común que se encontraban dentro del mundo de la desesperación, buscando respuestas a su identidad, conflictos existenciales que les hacían pensar que no eran lo suficientemente buenos para los lugares a donde fueron destinados y tenían tiempo siguiéndome en las publicaciones o apariciones en publico.

Como dijo Avicci en una de sus canciones titulada “The Nights”:

“No dejes que la juventud se te esfume, cuando te haces mayor, tu indómito corazón vivirá por los días de tu juventud, piensa en mí si alguna vez estas preocupado, cuando de las nubes de tormenta empiece a llover a mares, enciende una luz que no puedan apagar, esculpe tu nombre en esas estrellas brillante, aventúrate más allá de estas cosas, no renuncies a esta vida tuya, yo te guiare hasta casa, no importa donde estés.”

El párrafo anterior describe el mensaje de un padre hacia su hijo, impulsándolo a lo desconocido, navegar por nuevas aguas, escalar nuevas montañas, dejar huella por su camino, pero sobre escribir su nombre en las estrellas por siempre.

Este mismo mensaje lo dirijo hacia ti que estás leyendo esta columna, has que tu vida valga la pena, no renuncies a lo que estas comenzando, impúlsate para que llegues más lejos de donde estas, no permitas que dentro de ti exista alguna duda de tu capacidad para hacer las cosas.

Las personas que te mencione al principio de este escrito tenían eso en común, la falta de valentía o conocimiento de la grandeza que deberían tener, los hacia detenerse a un mundo lleno de emociones, encuentros o fascinantes decisiones que les daría una identidad propia.

Recuerda eres ANCLA no eres alga flotando sobre el océano, tienes sembrado en tu interior una visión, no tienes por qué permanecer siempre en el mismo lugar si no lo deseas, ve hasta donde la felicidad te diga que es ahí a donde perteneces.

No dejes pasar ni un solo instante, invierte en tu conocimiento, invierte en lo que realmente importa, tantas personas se han ido de la existencia sin ver lo que tanto soñaron, eres suficiente, eres tu propia escultura que debes pulir.


Maxi Nevárez | Admin. Gubernamental