/ miércoles 8 de marzo de 2023

En sobremesa con Maxi | Todo termina en un instante

Existe un escritor argentino llamado Jorge Luis Borges al cual se le atribuye junto a otros escritores haber escrito un poema, el cual me gustaría que leyeras conmigo llamado “instantes”.

“Si pudiera vivir nuevamente mi vida, en la próxima no intentaría ser tan perfecto, me relajaría más. Sería más tonto de lo que he sido; me tomaría muy pocas cosas con seriedad. Sería menos higiénico. Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos. Iría a más lugares a donde nunca he ido, comería más helados y menos habas, tendría más problemas reales y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente cada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría; pero, si pudiera volver atrás, trataría de tener solamente buenos momentos. Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos; no te pierdas el ahora. Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin un termómetro, una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas.

Si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano de equipaje. Si pudiera volver a vivir, comenzaría a andar descalzo a principio de primavera y seguiría así hasta concluir el otoño. Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante”.

Al leer el poema mi mente hizo una pausa y empezó a reflexionar sobre que no debo esperar a ser anciano para preguntarme porque dejé de hacer ciertas cosas las cuales debí haber hecho en este momento, sé que la juventud tan solo es un instante de nuestra existencia, pero realmente es la única etapa donde te permite disfrutar más de ciertas cosas.

Los afanes me consumen y el tiempo se va volando frente a mis ojos porque he dedicado toda mi energía en cumplir con mis propias expectativas temporales acerca de lo que los otros quieren de haga, he luchado contra todo lo que se ha puesto frente a mí con tal de recibir el galardón que tanto deseo.

Soy parte de la generación de jóvenes que vive con cierto cansancio acumulado y existen quienes en sus cuerpos ya tienen las marcas de todas las batallas que han librado por querer ser en un sistema lleno de apariencias temporales evaluadas por quienes van frente a nosotros.

No puedo permitirme llegar a cierta edad en la cual lo único que me quede sea un frasco de pastillas y una silla para descansar sin haber dado todo en este instante, ver que poco a poco las marcas de los años haciéndose presentes en mi rostro me indica que inicia una nueva etapa, pero sobre todo debo comprender que poco a poco estoy dejando de ser el joven audaz de hace apenas unos años atrás.

Es verdad, llegar a la vejes debe ser un premio merecido por todo el esfuerzo que desarrollaste durante una larga temporada, pero y ¿qué me asegura que llegare a ese momento? Todo lo logrado se quedará y yo me iré sin disfrutar.

No sé hasta cuando mi corazón siga latiendo, lo que si me queda claro es que quiero que cada segundo sea de ganancia y no de perdida, conocer personas, disfrutar de paisajes fantásticos, probar nuevos alimentos, leer libros desconocidos y otras cosas, pero tengo la firme convicción que lo disfrutare tanto que cuando muera lo hare con una sonrisa.

Lic. Maxi Joel Nevárez | Administración Gubernamental

Existe un escritor argentino llamado Jorge Luis Borges al cual se le atribuye junto a otros escritores haber escrito un poema, el cual me gustaría que leyeras conmigo llamado “instantes”.

“Si pudiera vivir nuevamente mi vida, en la próxima no intentaría ser tan perfecto, me relajaría más. Sería más tonto de lo que he sido; me tomaría muy pocas cosas con seriedad. Sería menos higiénico. Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos. Iría a más lugares a donde nunca he ido, comería más helados y menos habas, tendría más problemas reales y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente cada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría; pero, si pudiera volver atrás, trataría de tener solamente buenos momentos. Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos; no te pierdas el ahora. Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin un termómetro, una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas.

Si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano de equipaje. Si pudiera volver a vivir, comenzaría a andar descalzo a principio de primavera y seguiría así hasta concluir el otoño. Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante”.

Al leer el poema mi mente hizo una pausa y empezó a reflexionar sobre que no debo esperar a ser anciano para preguntarme porque dejé de hacer ciertas cosas las cuales debí haber hecho en este momento, sé que la juventud tan solo es un instante de nuestra existencia, pero realmente es la única etapa donde te permite disfrutar más de ciertas cosas.

Los afanes me consumen y el tiempo se va volando frente a mis ojos porque he dedicado toda mi energía en cumplir con mis propias expectativas temporales acerca de lo que los otros quieren de haga, he luchado contra todo lo que se ha puesto frente a mí con tal de recibir el galardón que tanto deseo.

Soy parte de la generación de jóvenes que vive con cierto cansancio acumulado y existen quienes en sus cuerpos ya tienen las marcas de todas las batallas que han librado por querer ser en un sistema lleno de apariencias temporales evaluadas por quienes van frente a nosotros.

No puedo permitirme llegar a cierta edad en la cual lo único que me quede sea un frasco de pastillas y una silla para descansar sin haber dado todo en este instante, ver que poco a poco las marcas de los años haciéndose presentes en mi rostro me indica que inicia una nueva etapa, pero sobre todo debo comprender que poco a poco estoy dejando de ser el joven audaz de hace apenas unos años atrás.

Es verdad, llegar a la vejes debe ser un premio merecido por todo el esfuerzo que desarrollaste durante una larga temporada, pero y ¿qué me asegura que llegare a ese momento? Todo lo logrado se quedará y yo me iré sin disfrutar.

No sé hasta cuando mi corazón siga latiendo, lo que si me queda claro es que quiero que cada segundo sea de ganancia y no de perdida, conocer personas, disfrutar de paisajes fantásticos, probar nuevos alimentos, leer libros desconocidos y otras cosas, pero tengo la firme convicción que lo disfrutare tanto que cuando muera lo hare con una sonrisa.

Lic. Maxi Joel Nevárez | Administración Gubernamental