/ miércoles 26 de abril de 2023

En sobremesa con Maxi | Estar de vuelta

Tal vez hayas notado que me he ausentado un tiempo de mis publicaciones, para serte honesto fue una temporada en la cual me distancie de muchas personas e inclusive fue un proceso en el cual me desconecte por completo de publicar contenido. El podcast, las publicaciones en periódico y mis redes sociales nacieron con la finalidad de poder llegar a la mayor cantidad de jóvenes posible dentro y fuera de nuestra comunidad.

Si bien es cierto que ese proceso aún está presente sentí la necesidad de regresar a tener contacto con cada uno de mis lectores, habitualmente las publicaciones eran y son enfocadas en confrontar la depresión, la ansiedad y el suicidio, creo firmemente en que una sociedad que entiende que tener depresión no es algo normal y tampoco algo de lo cual deberíamos sentirnos avergonzados.

Desde el inicio de cada escrito me gusta hacer referencias a situaciones en las cuales me he enfrentado y coloco ejemplos de mi vida diaria para hacer énfasis en el mensaje que quiero dejar en cada uno de ustedes al leer las líneas del texto.

En una ocasión platicando con una buena amiga me contaba cómo es que se sentía y fue cuando identifique que no estaba siendo el único en sentir las emociones que me asechaban en ese momento, cada vez encuentro más jóvenes con síntomas de ansiedad tan palpables que han hecho de su vida una verdadera pesadilla.

He escuchado a líderes morales, religiosos e inclusive de la sociedad satanizando lo que está sucediendo, durante esta temporada me he encontrado dentro de todo lo que podríamos resumir en ansiedad y me identifico con cada joven en nuestro país que la está viviendo, aquellos que le han perdido el sentido a las cosas que vienen haciendo, el salir a reuniones de amigos en las cuales no sienten que son parte o noches de insomnio intentando que mágicamente con las ovejas en el techo les haga dormir.

Es por esa razón por la cual me había ausentado de poder compartir mi pensamiento durante todo este tiempo, siempre es ideal contar con una red de apoyo para las crisis que se pudieran presentar, existen quienes me han brindado su mano para poder sostenerme, pero existen los que con una pala buscan enterrarme más, que increíble poder hablar de la ansiedad mientras estas dentro de ella, que locura dar testimonio de sentirse deprimido cuando lo estás viviendo.

Algo que me ha quedado claro es que existen miles de personas con complejos absurdos que les ha puesto la sociedad referente a estas situaciones lo que me parece altamente ilógico tomando en cuenta las últimas cifras de suicidio solamente en nuestra ciudad.

Levanto la voz por aquellos quienes tienen montañas rusas de emociones que no logran someter, levanto la voz por los que han estado reprimiendo su forma de pensar y aún no se han atrevido a romper el molde, levanto la voz por todos los adolescentes de secundaria, y jóvenes de preparatoria y universidad que no se sienten escuchados al manifestar sus ideas, levanto la voz por quienes ya no están vivos que solo buscaban que la sociedad fuera empática con ellos.

Las redes sociales nos ofrecen aparentar una vida llena de actividades con sonrisas amplias en nuestros rostros pero al cerrarlas nuestro rostro cambia rápidamente y no nos damos cuenta que lo que no mostramos a los demás es lo que en realidad somos.

Lic. Maxi Joel Nevárez | Admón. Gubernamental

Tal vez hayas notado que me he ausentado un tiempo de mis publicaciones, para serte honesto fue una temporada en la cual me distancie de muchas personas e inclusive fue un proceso en el cual me desconecte por completo de publicar contenido. El podcast, las publicaciones en periódico y mis redes sociales nacieron con la finalidad de poder llegar a la mayor cantidad de jóvenes posible dentro y fuera de nuestra comunidad.

Si bien es cierto que ese proceso aún está presente sentí la necesidad de regresar a tener contacto con cada uno de mis lectores, habitualmente las publicaciones eran y son enfocadas en confrontar la depresión, la ansiedad y el suicidio, creo firmemente en que una sociedad que entiende que tener depresión no es algo normal y tampoco algo de lo cual deberíamos sentirnos avergonzados.

Desde el inicio de cada escrito me gusta hacer referencias a situaciones en las cuales me he enfrentado y coloco ejemplos de mi vida diaria para hacer énfasis en el mensaje que quiero dejar en cada uno de ustedes al leer las líneas del texto.

En una ocasión platicando con una buena amiga me contaba cómo es que se sentía y fue cuando identifique que no estaba siendo el único en sentir las emociones que me asechaban en ese momento, cada vez encuentro más jóvenes con síntomas de ansiedad tan palpables que han hecho de su vida una verdadera pesadilla.

He escuchado a líderes morales, religiosos e inclusive de la sociedad satanizando lo que está sucediendo, durante esta temporada me he encontrado dentro de todo lo que podríamos resumir en ansiedad y me identifico con cada joven en nuestro país que la está viviendo, aquellos que le han perdido el sentido a las cosas que vienen haciendo, el salir a reuniones de amigos en las cuales no sienten que son parte o noches de insomnio intentando que mágicamente con las ovejas en el techo les haga dormir.

Es por esa razón por la cual me había ausentado de poder compartir mi pensamiento durante todo este tiempo, siempre es ideal contar con una red de apoyo para las crisis que se pudieran presentar, existen quienes me han brindado su mano para poder sostenerme, pero existen los que con una pala buscan enterrarme más, que increíble poder hablar de la ansiedad mientras estas dentro de ella, que locura dar testimonio de sentirse deprimido cuando lo estás viviendo.

Algo que me ha quedado claro es que existen miles de personas con complejos absurdos que les ha puesto la sociedad referente a estas situaciones lo que me parece altamente ilógico tomando en cuenta las últimas cifras de suicidio solamente en nuestra ciudad.

Levanto la voz por aquellos quienes tienen montañas rusas de emociones que no logran someter, levanto la voz por los que han estado reprimiendo su forma de pensar y aún no se han atrevido a romper el molde, levanto la voz por todos los adolescentes de secundaria, y jóvenes de preparatoria y universidad que no se sienten escuchados al manifestar sus ideas, levanto la voz por quienes ya no están vivos que solo buscaban que la sociedad fuera empática con ellos.

Las redes sociales nos ofrecen aparentar una vida llena de actividades con sonrisas amplias en nuestros rostros pero al cerrarlas nuestro rostro cambia rápidamente y no nos damos cuenta que lo que no mostramos a los demás es lo que en realidad somos.

Lic. Maxi Joel Nevárez | Admón. Gubernamental