/ domingo 3 de mayo de 2020

Protéjanse y protejan

Admiro a jóvenes, alegres, luchones, responsables que, en esta contingencia se oponen a reuniones familiares, con carnes asadas, cheves y demás en cumpleaños y día del niño, por salud de sus hij@s. Mi crítica a profesionistas e ignorantes o cómodos religiosos, que caminan por calles y plazas, entre gente indiferente, con hijos menores de la mano, desprotegidos. Mi compasión a los plenamente conscientes de riesgos, que permiten a sus descendientes, salir del encierro, a dialogar con parejas o amig@s, sin protección ni observar la sana distancia.


El 30 de abril se celebró el Día del Niño. Pocos sabemos el origen oscuro de la fecha que dio lugar a la celebración para los pequeños del hogar; los miles de víctimas infantiles que perdieron la vida y otros que vivieron momentos difíciles durante la Primera Guerra Mundial. Ante ello, la liga de las naciones aprobó en Ginebra, el 26 de septiembre de 1924, la Declaración de los Derechos de los Niños, pues de esta forma buscarían mayor protección a los menores de edad, vulnerables entonces. Un año después, a lo largo de la conferencia mundial sobre el bienestar del Niño realizada en Ginebra, la fecha conmemorativa se cambió oficialmente al 1° de junio, sin embargo, años más tarde, surgió la ONU y en 1959 se eligió el 20 de noviembre, enmarcado en la aprobación de Los derechos Del Niño. Ah, pero México, desde 1924 gobernado por Álvaro Obregón decidió festejarlo el 30 de abril para no interferir con el aniversario de la Revolución (20 de noviembre) con 1° de mayo, día Del Trabajo o la Batalla de Puebla (5 de mayo). Este año, el festejo fue distinto a los anteriores, por contingencia y confinamiento. Las actividades en internet permitieron celebrar con diversas dinámicas en línea, encerrados, sin arriesgar la salud.


Hay acuerdos internacionales entre países; pero no avances suficientes frente a la dimensión del contenido ético-político. México no consolida su sistema nacional que avale y cumpla los derechos de niñas y niños en condición vulnerable. 3 grandes problemas engloban y sintetizan los múltiples rezagos de la actual emergencia sanitaria-económica: 1) pobreza masiva y firmes condiciones de hambre de millones de niñas y niños; 2) mortandad infantil, en relación directa a adversas precisiones de salud y 3) violencia y descuido en la protección de la niñez. Además, de enfermedad y fallecimientos, miedo e incertidumbre acompañan a la pandemia. Habrá más pobreza y se agravarán otros problemas: embarazo en adolescentes, abuso diversificado en hogares, daño y deterioro mental, trabajo infantil y quizá, mayor tráfico y trata de niñas y niños. Este 30 de abril, tuvimos a la par de pobreza y vulnerabilidad, encierro y aislamiento, además de la corrosiva incertidumbre sobre el fin de esta amenaza a la salud y vida de todas y todos. En Chihuahua se recomendó festejar en casa. La movilidad urbana está por debajo del 50%.


(Tratándose de servir, olvido trampas y demás. Martes al medio día facilité cables pasa corriente a la vecina de enfrente; alguien de Telmex acercó su pick-up. La vecina culpó al hijo quien dejó la puerta de la van abierta. Supuse lo sabrían y omití contar que, a mí hasta mediados de 2019 me quemaron 2 pilas. Me las descargaban de noche; no tengo cochera. El 17 de agosto 2019, adquirí en Parral la actual LTH; a pesar de la alarma, el mes pasado me la bajaron otra vez. Desde entonces, dejo la Eco con la chapa hacia la pared y la luz de la calle encendida).

Admiro a jóvenes, alegres, luchones, responsables que, en esta contingencia se oponen a reuniones familiares, con carnes asadas, cheves y demás en cumpleaños y día del niño, por salud de sus hij@s. Mi crítica a profesionistas e ignorantes o cómodos religiosos, que caminan por calles y plazas, entre gente indiferente, con hijos menores de la mano, desprotegidos. Mi compasión a los plenamente conscientes de riesgos, que permiten a sus descendientes, salir del encierro, a dialogar con parejas o amig@s, sin protección ni observar la sana distancia.


El 30 de abril se celebró el Día del Niño. Pocos sabemos el origen oscuro de la fecha que dio lugar a la celebración para los pequeños del hogar; los miles de víctimas infantiles que perdieron la vida y otros que vivieron momentos difíciles durante la Primera Guerra Mundial. Ante ello, la liga de las naciones aprobó en Ginebra, el 26 de septiembre de 1924, la Declaración de los Derechos de los Niños, pues de esta forma buscarían mayor protección a los menores de edad, vulnerables entonces. Un año después, a lo largo de la conferencia mundial sobre el bienestar del Niño realizada en Ginebra, la fecha conmemorativa se cambió oficialmente al 1° de junio, sin embargo, años más tarde, surgió la ONU y en 1959 se eligió el 20 de noviembre, enmarcado en la aprobación de Los derechos Del Niño. Ah, pero México, desde 1924 gobernado por Álvaro Obregón decidió festejarlo el 30 de abril para no interferir con el aniversario de la Revolución (20 de noviembre) con 1° de mayo, día Del Trabajo o la Batalla de Puebla (5 de mayo). Este año, el festejo fue distinto a los anteriores, por contingencia y confinamiento. Las actividades en internet permitieron celebrar con diversas dinámicas en línea, encerrados, sin arriesgar la salud.


Hay acuerdos internacionales entre países; pero no avances suficientes frente a la dimensión del contenido ético-político. México no consolida su sistema nacional que avale y cumpla los derechos de niñas y niños en condición vulnerable. 3 grandes problemas engloban y sintetizan los múltiples rezagos de la actual emergencia sanitaria-económica: 1) pobreza masiva y firmes condiciones de hambre de millones de niñas y niños; 2) mortandad infantil, en relación directa a adversas precisiones de salud y 3) violencia y descuido en la protección de la niñez. Además, de enfermedad y fallecimientos, miedo e incertidumbre acompañan a la pandemia. Habrá más pobreza y se agravarán otros problemas: embarazo en adolescentes, abuso diversificado en hogares, daño y deterioro mental, trabajo infantil y quizá, mayor tráfico y trata de niñas y niños. Este 30 de abril, tuvimos a la par de pobreza y vulnerabilidad, encierro y aislamiento, además de la corrosiva incertidumbre sobre el fin de esta amenaza a la salud y vida de todas y todos. En Chihuahua se recomendó festejar en casa. La movilidad urbana está por debajo del 50%.


(Tratándose de servir, olvido trampas y demás. Martes al medio día facilité cables pasa corriente a la vecina de enfrente; alguien de Telmex acercó su pick-up. La vecina culpó al hijo quien dejó la puerta de la van abierta. Supuse lo sabrían y omití contar que, a mí hasta mediados de 2019 me quemaron 2 pilas. Me las descargaban de noche; no tengo cochera. El 17 de agosto 2019, adquirí en Parral la actual LTH; a pesar de la alarma, el mes pasado me la bajaron otra vez. Desde entonces, dejo la Eco con la chapa hacia la pared y la luz de la calle encendida).