Pipo El Sordo llega a una de las nueve estancias infantiles que existen en Parral. En los últimos años, puntualmente a las ocho a más tardar, ha tenido que entregar una suscripción para uso de los usuarios, personal de la guardería. Al llegar, percibe un ambiente tenso, es más que evidente que hay un rictus de preocupación entre los que ahí están, el Gobierno Federal anunció la desaparición del programa que a través de subrogaciones se otorgaba a particulares para que brindaran a madres afiliadas al IMSS, el servicio de guardería a infantes.
Una voz, con un tono entre coraje reprimido y analítica se escucha: “Si existen en el país guarderías que han incurrido en actos de corrupción al presentar más niños de los que tienen, pues que actúen penal y administrativamente contra ellos, que los metan a la cárcel por deshonestos… pero que no agarren parejo y a empresarios que brindan el servicio con higiene, con pulcritud, con honestidad, pues que les permitan seguir funcionando. Gobierno Federal debe actuar, no se puede cancelar una prestación social tan importante por unos corruptos que echan a perder todos los programas con interés social”, señala con índice de fuego, Walfrido ante las expresiones de inconformidad.
“Yo cómo le voy hacer, soy madre soltera, mis padres trabajan, no tengo con quién dejar a mi niño, voy a tener que dejar de trabajar… no puede ser!”, sobre el llanto, Filipa lanza una súplica en el viento ante los últimos acontecimientos. Maruto, un padre de familia comenta: “Están cancelando todo lo que huele a corrupción, pero a nadie meten a la cárcel… el Fondo Minero que tanto ha beneficiado a la región se cancela por el desvío de recursos, pues que encarcelen a los responsables, que vigilen bien el uso de los recursos públicos”, puntualiza ante los ojos atentos de todos.
“Cuánto daño han hecho al país los huachicoleros, los funcionarios de PEMEX? ¿a cuántos han detenido? ¿qué patrimonio se ha recuperado de todo el saqueo? señalamientos a Zedillo, a Salinas de Gortari, a Fox, a Calderón, a ex funcionarios públicos con sueldos exorbitantes, a empresarios multimillonarios que no pagaban impuestos y cuando los pagaban se los devolvían y ni uno sólo detenido…”, interviene en la discusión Eleucadio, “Aquí no hay perdón ni olvido y menos cuando el que sufre las consecuencias es el último ciudadano en la cadena social, el más desprotegido y el más cautivo en cuestión de pagar impuestos”. Nostriano no se quiere quedar atrás ante el enojo que cubre cada espacio del recinto.
“La mayoría de los electores le dio el voto a López Obrador para que pusiera orden, lo que significa aplicar la ley… no basta con señalar, con exhibir a sus viejos adversarios políticos, no basta con decir lo que en los últimos treinta años era un secreto a voces y que por nuestra apatía, comodidad, confort, lo dejábamos pasar, tiene que poner precedentes sobre los que robaron en el pasado, meterlos a la cárcel, debe dar una muestra de que el sistema judicial funciona, que el que la hace la paga y todos los programas sociales que funcionan bien o mal, perfeccionarlos, crear más candados para que funcionarios públicos en complicidad con empresarios no sigan robando las arcas públicas del país”, señala Tesalónico enojado, con las manos gesticulando furia contenida.
Un niño sale de unos de los salones, nadie se da cuenta de que llega al grupo, todos están concentrados en sus mentes, en lo que tienen que hacer para poder seguir con su rutina de vida, de trabajo. “Mamita ¿por qué lloras?”, dice Milvio, un chiquitín de escasos 3 años, hasta entonces, al oír la voz de su hijo, Filipa reacciona: “De nada hijo”. “¿Es cierto que ya no nos va a cuidar la Señora Georgiana?”, incrédulos los ahí presentes se voltean a ver entre sí y no encuentran la respuesta a Milvio.
