/ domingo 27 de junio de 2021

Desde la capital | Finalmente, todo en su lugar

En mayo pasado dos Obispos de la Arquidiócesis de México, Juan Sandoval Íñiguez y otro de su misma jerarquía, empujados por “intereses creados”, aparecieron en el proceso electoral cual “chayoteras” de la oposición. Despotricaron contra el presidente que “profesa otra religión y tiene ideas comunistas”. Los purpurados incitaron a sus fieles a no votar por las opciones que amenazaban con librar a este país de la estirpe de malandros.

Entonces se viralizó una tercera voz; sensata, menos clasista, ecuánime; la de los Jesuitas que, en boca del rector de la Universidad Iberoamericana difundió la defensa intelectual, política del proyecto de nación que tutela el presidente. Las palabras de David Fernández Dávalos revelan el ataque de carácter clasista e indeleble contra el actual gobierno en los terrenos político, ideológico y económico. Él, que cobijó la emergencia del movimiento “Yo soy 132” en campaña de Peña Nieto, reveló que el actual gobierno tiene contrapesos en los grandes capitales del país, prensa y canales de televisión; las “élites que añoran al porfiriato”; desplazadas del control político, no del control económico. El Jesuita repite en su homilía, “compromiso cristiano en la actual coyuntura” diciendo que, las élites que confrontan al presidente no reprueban su política económica; ellas coinciden con esta, porque aplica fórmulas económicas tradicionales.

Reprueban sí, decisiones presidenciales que afectan intereses de los grandes capitales. 1- La cancelación del nuevo aeropuerto y su entorno multimillonario. 2- La refinería “dos bocas” que sustituyó las importaciones manejadas aún por ellas; 3- las compras gubernamentales que ellos controlaban y ya no más. En contraste las posturas de centros universitarios privados: el Tec de Monterrey, en causa común con Coparmex crea un proyecto alternativo al de López Obrador. El rector dice que los sectores económicamente acomodados de la sociedad están enojados. Fueron desplazados por los 30 millones de mexicanos que masivamente votaron por AMLO. Desprecian a los irracionales, manipulables, comprables, que votan con las vísceras sin medir consecuencias”. David Fernández fue muy explícito en que las élites creen que el apoyo al gobierno de la 4T viene de los no humanos, de los sin cerebro. Así lo expresaban sus pancartas durante la marcha contra AMLO: “por ti votaron los sin cerebro e incultos”.

El rector de la IBERO medita: los opositores de la derecha hoy se preguntan ¿Por qué, los que nos sirven quieren mandar? ¿Por qué ocuparme de oír a quienes siempre callaron? Fernández Dávalos considera que subsiste la lucha de castas en donde las élites se sentirían bien si cada casta asumiera su papel tradicional; los de arriba a gobernar, los de abajo a obedecer. Es la radiografía más descarnada del conflicto político que vivimos. Su valor radica en que el analista no es un furibundo izquierdista sobre ideologizado a quien se puede calificar de extremista. Es el respetado rector de la prestigiada Universidad Iberoamericana. De los Jesuitas expulsados del Tec de Monterrey en los 70s, porque “sus ideas envenenaban las mentes de los jóvenes estudiantes, que ya debatían sobre los privilegios de las élites y el abandono de todo lo social”.

A David le conocí en IMDEC (Instituto mexicano de Desarrollo Comunitario) Guadalajara. Vino después al aniversario de Cosyddhac en Anáhuac. Entonces presidía Camilo, amenazado.

Sabido es; AMLO defiende al trabajador. Por comentarios internos, Córdoba y Murayama para intimidar a empleados del IEE de todo el país diseminaron otra mentira: “Si votan por, y gana morena perderán su trabajo. AMLO desaparecerá al IFE”.

En mayo pasado dos Obispos de la Arquidiócesis de México, Juan Sandoval Íñiguez y otro de su misma jerarquía, empujados por “intereses creados”, aparecieron en el proceso electoral cual “chayoteras” de la oposición. Despotricaron contra el presidente que “profesa otra religión y tiene ideas comunistas”. Los purpurados incitaron a sus fieles a no votar por las opciones que amenazaban con librar a este país de la estirpe de malandros.

Entonces se viralizó una tercera voz; sensata, menos clasista, ecuánime; la de los Jesuitas que, en boca del rector de la Universidad Iberoamericana difundió la defensa intelectual, política del proyecto de nación que tutela el presidente. Las palabras de David Fernández Dávalos revelan el ataque de carácter clasista e indeleble contra el actual gobierno en los terrenos político, ideológico y económico. Él, que cobijó la emergencia del movimiento “Yo soy 132” en campaña de Peña Nieto, reveló que el actual gobierno tiene contrapesos en los grandes capitales del país, prensa y canales de televisión; las “élites que añoran al porfiriato”; desplazadas del control político, no del control económico. El Jesuita repite en su homilía, “compromiso cristiano en la actual coyuntura” diciendo que, las élites que confrontan al presidente no reprueban su política económica; ellas coinciden con esta, porque aplica fórmulas económicas tradicionales.

Reprueban sí, decisiones presidenciales que afectan intereses de los grandes capitales. 1- La cancelación del nuevo aeropuerto y su entorno multimillonario. 2- La refinería “dos bocas” que sustituyó las importaciones manejadas aún por ellas; 3- las compras gubernamentales que ellos controlaban y ya no más. En contraste las posturas de centros universitarios privados: el Tec de Monterrey, en causa común con Coparmex crea un proyecto alternativo al de López Obrador. El rector dice que los sectores económicamente acomodados de la sociedad están enojados. Fueron desplazados por los 30 millones de mexicanos que masivamente votaron por AMLO. Desprecian a los irracionales, manipulables, comprables, que votan con las vísceras sin medir consecuencias”. David Fernández fue muy explícito en que las élites creen que el apoyo al gobierno de la 4T viene de los no humanos, de los sin cerebro. Así lo expresaban sus pancartas durante la marcha contra AMLO: “por ti votaron los sin cerebro e incultos”.

El rector de la IBERO medita: los opositores de la derecha hoy se preguntan ¿Por qué, los que nos sirven quieren mandar? ¿Por qué ocuparme de oír a quienes siempre callaron? Fernández Dávalos considera que subsiste la lucha de castas en donde las élites se sentirían bien si cada casta asumiera su papel tradicional; los de arriba a gobernar, los de abajo a obedecer. Es la radiografía más descarnada del conflicto político que vivimos. Su valor radica en que el analista no es un furibundo izquierdista sobre ideologizado a quien se puede calificar de extremista. Es el respetado rector de la prestigiada Universidad Iberoamericana. De los Jesuitas expulsados del Tec de Monterrey en los 70s, porque “sus ideas envenenaban las mentes de los jóvenes estudiantes, que ya debatían sobre los privilegios de las élites y el abandono de todo lo social”.

A David le conocí en IMDEC (Instituto mexicano de Desarrollo Comunitario) Guadalajara. Vino después al aniversario de Cosyddhac en Anáhuac. Entonces presidía Camilo, amenazado.

Sabido es; AMLO defiende al trabajador. Por comentarios internos, Córdoba y Murayama para intimidar a empleados del IEE de todo el país diseminaron otra mentira: “Si votan por, y gana morena perderán su trabajo. AMLO desaparecerá al IFE”.