/ domingo 9 de julio de 2023

Voces | Motociclismo y cinematografía

Quiero tu ropa, tus botas y tu motocicleta

Partiendo de la etimología, la motocicleta es una evolución de la bicicleta, una bicicleta con motor, una bicicleta de fuego como se la llamó al principio. Una evolución que ha dado lugar a multitud de formas, más o menos logradas o sofisticadas y más o menos curiosas (tal es el caso del scooter, por ejemplo, o del sidecar). O por decirlo de otro modo la motocicleta es a la bicicleta lo que el avestruz al pollo, una gallinota a la que le crecieron las patas o ya picados y en la barra una ardilla es una cola que se independizó.

Las primeras noticias que se tienen sobre una bicicleta datan aproximadamente del año 1490 y corresponden a un apartado de la obra Codex Atlanticus de Leonardo da Vinci, en el cual aparecía un dibujo de una bicicleta, con transmisión de cadena impulsada por pedales, es decir, el mismo método utilizado por las bicicletas actuales. Los dibujos de Da Vinci se disgregaron durante años y más tarde quedaron recopilados sin orden ni concierto en la Biblioteca Ambrosiana de Milán, donde se encuentran actualmente.

Conducir una moto es muy distinto de conducir un coche. Las sensaciones son sustancialmente diferentes. La moto es otra cosa, otro mundo. La Vespa 125 de 1953 que aparece en Vacaciones en Roma es de las pocas motos que le quitaron gran parte del protagonismo a los actores principales de la película, Audrey Hepburn y Gregory Peck, en esta película del año 1953, Ana (Audrey Hepburn) la joven princesa centroeuropea, intentando escapar de sus obligaciones y del rígido protocolo, se escapa de palacio para visitar Roma, la ciudad en la que está de visita. Así conoce a Joe (Gregory Peck), un periodista americano que, en busca de una gran exclusiva, finge no conocer la identidad de la princesa. Los dos vivirán unos días inolvidables recorriendo toda la ciudad y la Vespa protagonizará muchísimos grandes planos de una película que ya aún sigue en el recuerdo de muchos aficionados al cine y las motos. La película de culto The Wild One fue el mayor y mejor reclamo publicitario para que Triumph diese a conocer a todo el mundo su Thunderbird. La rebeldía de Marlon Brandon y su chulería a la hora de subirse y conducir la moto, hicieron que todos los que han visto esta película se enamorasen de esa moto Triumph y soñasen en alguna ocasión con hacer el ‘gamberro’ mientras abrían gas encima de una Thunderbird como la de la película «The Wild One». Otra Triumph que llegaba al cine de la mano de uno de los actores más carismáticos fue la Trophy TR6 a la que siempre ligaremos la figura del gran Steve McQueen, uno de los aficionados a las motos más famosos del mundo. La gran escena en la que salta sobre una alambrada para huir de los nazis a lomos de su Triumph Trophy TR6 vale toda la película como referente y mito. Aunque hay algunas más, hay consenso en señalar a Easy Rider como la road movie motera por excelencia. La vida al límite solo puede entenderse sobre una Harley altamente modificada para completar la estética hippie de Peter Fonda y Dennis Hopper que, en su periplo por el sur de Estados Unidos, además, recogerán a Jack Nicholson como paquete de lujo. La moto que puedes ver en la peli, la que conduce Fonda es, sin duda, una de las Harley-Davidson más famosas de todos los tiempos, un auténtico mito. La segunda parte de las andanzas de Arnold Schwarzenegger encarnando a un ciborg venido del futuro tuvo el honor de ser la película más cara en su momento. Parte de la culpa (además de los efectos especiales para dar forma al T1000) la tuvo esta persecución en los canales de Los Ángeles a bordo de una Harley-Davidson Fat Boy. Y quién no olvida la frase ´Quiero tu ropa, tus botas, y tu motocicleta´.

La más espectacular evolución de la motocicleta culmina con el montaje de los cóconos en su estructura consistiendo: “en que cuando hay un choque estos pajarotes salen y te recogen a pedazos (gordo gordo gordo)”

Dr. Jorge Peña Rivera | Cirujano Dentista

Quiero tu ropa, tus botas y tu motocicleta

Partiendo de la etimología, la motocicleta es una evolución de la bicicleta, una bicicleta con motor, una bicicleta de fuego como se la llamó al principio. Una evolución que ha dado lugar a multitud de formas, más o menos logradas o sofisticadas y más o menos curiosas (tal es el caso del scooter, por ejemplo, o del sidecar). O por decirlo de otro modo la motocicleta es a la bicicleta lo que el avestruz al pollo, una gallinota a la que le crecieron las patas o ya picados y en la barra una ardilla es una cola que se independizó.

Las primeras noticias que se tienen sobre una bicicleta datan aproximadamente del año 1490 y corresponden a un apartado de la obra Codex Atlanticus de Leonardo da Vinci, en el cual aparecía un dibujo de una bicicleta, con transmisión de cadena impulsada por pedales, es decir, el mismo método utilizado por las bicicletas actuales. Los dibujos de Da Vinci se disgregaron durante años y más tarde quedaron recopilados sin orden ni concierto en la Biblioteca Ambrosiana de Milán, donde se encuentran actualmente.

Conducir una moto es muy distinto de conducir un coche. Las sensaciones son sustancialmente diferentes. La moto es otra cosa, otro mundo. La Vespa 125 de 1953 que aparece en Vacaciones en Roma es de las pocas motos que le quitaron gran parte del protagonismo a los actores principales de la película, Audrey Hepburn y Gregory Peck, en esta película del año 1953, Ana (Audrey Hepburn) la joven princesa centroeuropea, intentando escapar de sus obligaciones y del rígido protocolo, se escapa de palacio para visitar Roma, la ciudad en la que está de visita. Así conoce a Joe (Gregory Peck), un periodista americano que, en busca de una gran exclusiva, finge no conocer la identidad de la princesa. Los dos vivirán unos días inolvidables recorriendo toda la ciudad y la Vespa protagonizará muchísimos grandes planos de una película que ya aún sigue en el recuerdo de muchos aficionados al cine y las motos. La película de culto The Wild One fue el mayor y mejor reclamo publicitario para que Triumph diese a conocer a todo el mundo su Thunderbird. La rebeldía de Marlon Brandon y su chulería a la hora de subirse y conducir la moto, hicieron que todos los que han visto esta película se enamorasen de esa moto Triumph y soñasen en alguna ocasión con hacer el ‘gamberro’ mientras abrían gas encima de una Thunderbird como la de la película «The Wild One». Otra Triumph que llegaba al cine de la mano de uno de los actores más carismáticos fue la Trophy TR6 a la que siempre ligaremos la figura del gran Steve McQueen, uno de los aficionados a las motos más famosos del mundo. La gran escena en la que salta sobre una alambrada para huir de los nazis a lomos de su Triumph Trophy TR6 vale toda la película como referente y mito. Aunque hay algunas más, hay consenso en señalar a Easy Rider como la road movie motera por excelencia. La vida al límite solo puede entenderse sobre una Harley altamente modificada para completar la estética hippie de Peter Fonda y Dennis Hopper que, en su periplo por el sur de Estados Unidos, además, recogerán a Jack Nicholson como paquete de lujo. La moto que puedes ver en la peli, la que conduce Fonda es, sin duda, una de las Harley-Davidson más famosas de todos los tiempos, un auténtico mito. La segunda parte de las andanzas de Arnold Schwarzenegger encarnando a un ciborg venido del futuro tuvo el honor de ser la película más cara en su momento. Parte de la culpa (además de los efectos especiales para dar forma al T1000) la tuvo esta persecución en los canales de Los Ángeles a bordo de una Harley-Davidson Fat Boy. Y quién no olvida la frase ´Quiero tu ropa, tus botas, y tu motocicleta´.

La más espectacular evolución de la motocicleta culmina con el montaje de los cóconos en su estructura consistiendo: “en que cuando hay un choque estos pajarotes salen y te recogen a pedazos (gordo gordo gordo)”

Dr. Jorge Peña Rivera | Cirujano Dentista