/ lunes 7 de diciembre de 2020

Para acompañar de un café | Comerciantes, economistas, globalización ¿qué más?

Es tema obligado por la situación que prevalece a nivel mundial y el contraste crítico a nivel local, ya que nos acostumbramos a lo relativamente fácil y conseguir los insumos para la vida diaria a vuelta de esquina, al menos nuestras generaciones actuales, porque también es una manera de controlar a la civilización de manera global, y como estamos ocupados en nuestra inmensa y maravillosa individualidad, ¡el no hay dos!, ¡así soy yo!, ¡no me digas nada! Pero de una manera muy teatral y ofensiva hasta la vista, lo que nunca imaginamos que una circunstancia de una pandemia nos hiciera iguales como seres humanos, y que nos tratara de hacer entender de que debemos ayudarnos como especie, civilización, vecinos, o como quiera llamarle, pero es necesario ya que separados somos absolutamente nadie y para nada, mas es lo que queremos vivir y nos aferramos a ello.

Los economistas manejan cifras, estadísticas, y planean como subir precios para ganancias, bajando costos para el mismo fin, y así sucesivamente, pero “EN PAPEL”, y actualmente en los programas y computadoras, increíblemente versátil y eficiente, en números, es claro, pero en físico, es una triste y lamentable historia, recordando ese dicho de “O BIEN VENDIDO O BIEN PODRIDO”, y el enriquecimiento de la basura por esa sabiduría empresarial, lo que es un retroceso para la humanidad, si en principio era buscar comida, y hoy, tirarla, lo que es un contrasentido.

El hambre diaria es una cosa del ser humano, y por mala suerte para los flojos, es por lo menos una vez al día, y normalmente son tres, lo que equivale a gastar por vivir, lo que es aprovechado por los listos y los grillos hambrientos, para manipular a el pueblo, y aparte reírse de nosotros los infelices.

Hay comerciantes con mucho sentido y percepción de lo que venden, tiempos para comprar, estado del producto, transporte, almacenamiento, y oferta al público, lo que es una riqueza muy grande, pero gracias al envidioso se debe ocultar, eso de las ratas, no solo los grillos, también algunos que compran y venden, no es exclusivo de alguna actividad determinada o personas, y como dice el chiste, a todas.

Incluya el factor producción, es decir de donde proviene, porque los ciudadanos no lo sabemos ni nos importa, solo vamos al súper y san se acabó, la grandeza sigue su marcha.

No nos preocupamos por su producción, lo que equivale a ser totalmente estúpido, necio y prepotente, como si tuviera un carrazo y lo corre sin echarle gasolina, ni se preocupa, se le va a echar y luego, pues lo va a tirar, ya no le sirve sin gasolina, bueno, al menos eso creo y se ve por todas partes.

Nos manejan con las necesidades, y todavía nos sancionan para estar callados, pero la vida es más que ese círculo de control y de dizque poder, lo que es por supuesto invención de la gente mala, pero méndiga, más que mala.

Se requiere del comercio, y es por naturaleza social y humana, ya que solos no podemos ser autosuficientes, necesitamos alimentos, ropa, objetos para la vida diaria, diversiones, deportes, y vamos a buscarlo donde hay, porque solos no la hacemos, lo que choca con la grande y necia y una individualidad muy rara, cayendo en algo muy sucio. Si esta situación no nos enseña algo o no tratamos de aprender, lo que es lo normal, entonces vamos muy recio a la desaparición como muchos pueblos, aunque haya muchos nacimientos, también hay muertes, y eso usted no lo va a detener con ningún gesto o zapateado ni carita agridulce, que de por si fea, agréguele, pues peor.

Es tema obligado por la situación que prevalece a nivel mundial y el contraste crítico a nivel local, ya que nos acostumbramos a lo relativamente fácil y conseguir los insumos para la vida diaria a vuelta de esquina, al menos nuestras generaciones actuales, porque también es una manera de controlar a la civilización de manera global, y como estamos ocupados en nuestra inmensa y maravillosa individualidad, ¡el no hay dos!, ¡así soy yo!, ¡no me digas nada! Pero de una manera muy teatral y ofensiva hasta la vista, lo que nunca imaginamos que una circunstancia de una pandemia nos hiciera iguales como seres humanos, y que nos tratara de hacer entender de que debemos ayudarnos como especie, civilización, vecinos, o como quiera llamarle, pero es necesario ya que separados somos absolutamente nadie y para nada, mas es lo que queremos vivir y nos aferramos a ello.

Los economistas manejan cifras, estadísticas, y planean como subir precios para ganancias, bajando costos para el mismo fin, y así sucesivamente, pero “EN PAPEL”, y actualmente en los programas y computadoras, increíblemente versátil y eficiente, en números, es claro, pero en físico, es una triste y lamentable historia, recordando ese dicho de “O BIEN VENDIDO O BIEN PODRIDO”, y el enriquecimiento de la basura por esa sabiduría empresarial, lo que es un retroceso para la humanidad, si en principio era buscar comida, y hoy, tirarla, lo que es un contrasentido.

El hambre diaria es una cosa del ser humano, y por mala suerte para los flojos, es por lo menos una vez al día, y normalmente son tres, lo que equivale a gastar por vivir, lo que es aprovechado por los listos y los grillos hambrientos, para manipular a el pueblo, y aparte reírse de nosotros los infelices.

Hay comerciantes con mucho sentido y percepción de lo que venden, tiempos para comprar, estado del producto, transporte, almacenamiento, y oferta al público, lo que es una riqueza muy grande, pero gracias al envidioso se debe ocultar, eso de las ratas, no solo los grillos, también algunos que compran y venden, no es exclusivo de alguna actividad determinada o personas, y como dice el chiste, a todas.

Incluya el factor producción, es decir de donde proviene, porque los ciudadanos no lo sabemos ni nos importa, solo vamos al súper y san se acabó, la grandeza sigue su marcha.

No nos preocupamos por su producción, lo que equivale a ser totalmente estúpido, necio y prepotente, como si tuviera un carrazo y lo corre sin echarle gasolina, ni se preocupa, se le va a echar y luego, pues lo va a tirar, ya no le sirve sin gasolina, bueno, al menos eso creo y se ve por todas partes.

Nos manejan con las necesidades, y todavía nos sancionan para estar callados, pero la vida es más que ese círculo de control y de dizque poder, lo que es por supuesto invención de la gente mala, pero méndiga, más que mala.

Se requiere del comercio, y es por naturaleza social y humana, ya que solos no podemos ser autosuficientes, necesitamos alimentos, ropa, objetos para la vida diaria, diversiones, deportes, y vamos a buscarlo donde hay, porque solos no la hacemos, lo que choca con la grande y necia y una individualidad muy rara, cayendo en algo muy sucio. Si esta situación no nos enseña algo o no tratamos de aprender, lo que es lo normal, entonces vamos muy recio a la desaparición como muchos pueblos, aunque haya muchos nacimientos, también hay muertes, y eso usted no lo va a detener con ningún gesto o zapateado ni carita agridulce, que de por si fea, agréguele, pues peor.