/ martes 26 de diciembre de 2023

Para acompañar de un café | Hambre de notoriedad

Se puede pensar en un ataque, como lo haría un simple y problemático grillo, mas no un ser pensante, positivo, pero estas actitudes han sido y siguen siendo la mayor parte de los problemas, porque no se resuelven, solo se nota la presencia autoritaria y de manera imponente de un mandón o mandona, mas no un verdadero líder, y se da en todas las actividades del ser humano, empezando por la familia, y después el trabajo, los partidos políticos, los deportes, las reuniones académicas, y más momentos de agrupaciones.

Esto es algo muy evidente, y es cuando uno quiere andar y hacer notar más la autoridad que la capacidad, esa es otra historia, pero si lo analizamos, encontraremos más obstáculos que resultados, o bien datos manipulados para presumir en papel la capacidad de decisión, y someter a los demás, sin percibir el deterioro del trabajo o entorno, solo la capacidad de lucirse, solo eso.

Si es en la familia, es claro el don de mando, pero también se aprecia esta actitud, causa de disolución de muchas familias, luego, la soledad, eso sí, muy mandones pero solos.

En el área laboral, no está afuera de este mal, porque queremos ordenar a los otras y otras, y hasta los humillamos, pero eso sí, mandamos, a la fregada, pero lo hacemos, en perjuicio del trabajo o bien, les robamos las ideas y las exponemos como propias, y en la foto de todo acto que se realice, eso sí, pero en la actividad, se la dejamos a otros y otras, que lo hagan, para eso somos los mandones.

En la grilla, es mas normal, hasta es parte del relajo, y sabor de la aparente política, pero es mas cruda, porque le sacamos los trapos a todos para manejar las situaciones y, sobre todo, los dineros, y con llevarse la fama, que por cierto sirve para pocas cosas en realidad, aun la mejor de ellas.

Y en los deportes, si el grupo que quiero lo logra, desterramos a la competencia, y quedar como los poderosos, y pasando el tiempo, sale a flote la verdad, y aunque digamos ya me los fregué, pues es una victoria insípida, amañada.

Esta actitud, muy ofensiva a la vista, y dañina a todo, es lo que trato de explicar, y hasta yo lo hago, por desgracia, imponer mi opinión y persona aunque sepa que vale igual que la de todos y todas, para lo mismo, y hasta para las mismas consecuencias, y en ocasiones hago daño a los avances, por solo querer figurar como el mejor, y considerando las cosas, pues, solo lo piensa mi grupo o a los que convenzo de que hay que quitar a otro, por considerarlo nocivo, o estorbo, mas bloquearlo, no los levanta, mas bien se ve las artimañas que usan, y lo baratos que son o somos, y , ¡aguas!, muchas veces llevamos a la ruina las cosas, por soberbios, sin piedad y sin ver a futuro, lo que es la gran diferencia, en el buen líder.

Dr. Victor Santini Reza

Se puede pensar en un ataque, como lo haría un simple y problemático grillo, mas no un ser pensante, positivo, pero estas actitudes han sido y siguen siendo la mayor parte de los problemas, porque no se resuelven, solo se nota la presencia autoritaria y de manera imponente de un mandón o mandona, mas no un verdadero líder, y se da en todas las actividades del ser humano, empezando por la familia, y después el trabajo, los partidos políticos, los deportes, las reuniones académicas, y más momentos de agrupaciones.

Esto es algo muy evidente, y es cuando uno quiere andar y hacer notar más la autoridad que la capacidad, esa es otra historia, pero si lo analizamos, encontraremos más obstáculos que resultados, o bien datos manipulados para presumir en papel la capacidad de decisión, y someter a los demás, sin percibir el deterioro del trabajo o entorno, solo la capacidad de lucirse, solo eso.

Si es en la familia, es claro el don de mando, pero también se aprecia esta actitud, causa de disolución de muchas familias, luego, la soledad, eso sí, muy mandones pero solos.

En el área laboral, no está afuera de este mal, porque queremos ordenar a los otras y otras, y hasta los humillamos, pero eso sí, mandamos, a la fregada, pero lo hacemos, en perjuicio del trabajo o bien, les robamos las ideas y las exponemos como propias, y en la foto de todo acto que se realice, eso sí, pero en la actividad, se la dejamos a otros y otras, que lo hagan, para eso somos los mandones.

En la grilla, es mas normal, hasta es parte del relajo, y sabor de la aparente política, pero es mas cruda, porque le sacamos los trapos a todos para manejar las situaciones y, sobre todo, los dineros, y con llevarse la fama, que por cierto sirve para pocas cosas en realidad, aun la mejor de ellas.

Y en los deportes, si el grupo que quiero lo logra, desterramos a la competencia, y quedar como los poderosos, y pasando el tiempo, sale a flote la verdad, y aunque digamos ya me los fregué, pues es una victoria insípida, amañada.

Esta actitud, muy ofensiva a la vista, y dañina a todo, es lo que trato de explicar, y hasta yo lo hago, por desgracia, imponer mi opinión y persona aunque sepa que vale igual que la de todos y todas, para lo mismo, y hasta para las mismas consecuencias, y en ocasiones hago daño a los avances, por solo querer figurar como el mejor, y considerando las cosas, pues, solo lo piensa mi grupo o a los que convenzo de que hay que quitar a otro, por considerarlo nocivo, o estorbo, mas bloquearlo, no los levanta, mas bien se ve las artimañas que usan, y lo baratos que son o somos, y , ¡aguas!, muchas veces llevamos a la ruina las cosas, por soberbios, sin piedad y sin ver a futuro, lo que es la gran diferencia, en el buen líder.

Dr. Victor Santini Reza