/ viernes 3 de abril de 2020

Liderazgo, conocimiento y gobierno

Las últimas semanas en nuestro país nos han brindado muchas lecciones dignas de ser analizadas, cada una en un texto diferente.

Una de las grandes lecciones que nos da esta pandemia por la que atravesamos es la importancia de gobernantes técnicos, más que carismáticos y políticos. Nos confrontamos con un evento biológico con las herramientas de la demagogia y la desinformación, del absolutismo y la cerrazón.

El presidente de la república ha tenido una de las peores actuaciones de todo el mundo. Ha contravenido las indicaciones de las grandes organizaciones de salud, ha tenido una nula empatía con la economía nacional y una pésima forma de comunicar en tiempos de dificultad.

Nadie podría defender a AMLO en estos momentos. Quien quisiera hacerlo sencillamente evidenciaría su falta de objetividad.

Pero esta publicación no tiene la finalidad de generar escarnio o desconfianza contra el presidente, en otro momento lo hubiese hecho, pero sencillamente hoy no es el tiempo, contrario a ello es un momento en el que debemos dar toda la fortaleza a la embestidura presidencial y toda la colaboración a las instituciones, esto por el bien de todos.

El objetivo explícito de este escrito es el de poner al relieve las exigencias de la democracia moderna y del gobierno para la sociedad actual.

Hoy por hoy, las sociedades humanas necesitan a la cabeza de las operaciones a expertos, a personas con formación científica y critica, con el objetivo de atender los escenarios tan complejos en los que hoy nos toca vivir. La pobre herramientas de; los buenos y los malos, los ricos y los pobres, los burgueses y los proletarios, sencillamente ya no funciona. El mundo no es monocromático y nuestros problemas no son tan simples.

Los discursos netamente políticos, o con fundamentos ideológicos son inservibles hoy. Entendemos ahora como funciona de manera factual la economía, la sociología, la política, la comunicación, la psicología y ya de nada sirven los espectros construiros hace más de un siglo sobre esas ficciones de la realidad.

En ese tenor, es importante promover la educación en la sociedad, pero más aún promover la educación en la política, esos ignorantes “opinologos”, solo logran empeorar los problemas, antes que componerlos. Es de suma importante que el gobierno se profesionalice y se busquen nuevas alternativas, alternativas más sólidas y menos políticas, al tiempo que más técnicas.

Debemos, como electores, a dejar de votar por el carisma y hacerlo por la trayectoria y las capacidades de los adversarios políticos, al menos eso nos ha enseñado fuertemente el mal manejo frente al problema del COVID-19.

Las últimas semanas en nuestro país nos han brindado muchas lecciones dignas de ser analizadas, cada una en un texto diferente.

Una de las grandes lecciones que nos da esta pandemia por la que atravesamos es la importancia de gobernantes técnicos, más que carismáticos y políticos. Nos confrontamos con un evento biológico con las herramientas de la demagogia y la desinformación, del absolutismo y la cerrazón.

El presidente de la república ha tenido una de las peores actuaciones de todo el mundo. Ha contravenido las indicaciones de las grandes organizaciones de salud, ha tenido una nula empatía con la economía nacional y una pésima forma de comunicar en tiempos de dificultad.

Nadie podría defender a AMLO en estos momentos. Quien quisiera hacerlo sencillamente evidenciaría su falta de objetividad.

Pero esta publicación no tiene la finalidad de generar escarnio o desconfianza contra el presidente, en otro momento lo hubiese hecho, pero sencillamente hoy no es el tiempo, contrario a ello es un momento en el que debemos dar toda la fortaleza a la embestidura presidencial y toda la colaboración a las instituciones, esto por el bien de todos.

El objetivo explícito de este escrito es el de poner al relieve las exigencias de la democracia moderna y del gobierno para la sociedad actual.

Hoy por hoy, las sociedades humanas necesitan a la cabeza de las operaciones a expertos, a personas con formación científica y critica, con el objetivo de atender los escenarios tan complejos en los que hoy nos toca vivir. La pobre herramientas de; los buenos y los malos, los ricos y los pobres, los burgueses y los proletarios, sencillamente ya no funciona. El mundo no es monocromático y nuestros problemas no son tan simples.

Los discursos netamente políticos, o con fundamentos ideológicos son inservibles hoy. Entendemos ahora como funciona de manera factual la economía, la sociología, la política, la comunicación, la psicología y ya de nada sirven los espectros construiros hace más de un siglo sobre esas ficciones de la realidad.

En ese tenor, es importante promover la educación en la sociedad, pero más aún promover la educación en la política, esos ignorantes “opinologos”, solo logran empeorar los problemas, antes que componerlos. Es de suma importante que el gobierno se profesionalice y se busquen nuevas alternativas, alternativas más sólidas y menos políticas, al tiempo que más técnicas.

Debemos, como electores, a dejar de votar por el carisma y hacerlo por la trayectoria y las capacidades de los adversarios políticos, al menos eso nos ha enseñado fuertemente el mal manejo frente al problema del COVID-19.