/ viernes 14 de abril de 2023

Espejos de Vida | Retablo de Plegarias

POR MARÍA DEL REFUGIO SANDOVAL

De acuerdo al diccionario, retablo significa un “conjunto o colección de pinturas que representan una historia o un suceso”. Siendo así como Fedosy Santaella, escritor venezolano, nombra a su libro, que data de muy reciente publicación (1919).

Puede catalogarse como autobiográfico, sus páginas destilan dolor, angustia, evocaciones de otros tiempos y presentan a un país triturado. Se divide en cuatro capítulos: “Plegarias del tiempo duro”, “plegarias del muchacho que estuvo en la gran ciudad”, “plegarias lejanas” y “plegarias de la mudanza”.

A través de sus plegarias, podemos encontrar la complejidad del ser humano, algunas de las emociones que experimentamos ante el arraigo a nuestra patria; la impotencia al observar la desestabilización política, económica y social; el fungir como observador y narrador, siendo al mismo tiempo copartícipe y testigo vivencial de los eventos.

Por medio de estas plegarias encontramos al amor y al desamor, la fe y la duda, la vida y la muerte, la complejidad del ser humano ante estas ambivalencias. Nos permite conocer lugares, edificios y personajes nombrados. Es un texto, que invariablemente debe ser leído visitando e investigando tanto lugares como biografías mencionadas, para ir articulando su pensamiento con el nuestro.

Esta novela es un espejo irónico de la realidad que impera en Venezuela; alude a personajes políticos sin detenerse a nombrarlos o especificar sus acciones, solo va dejando huellas impresas de su dolor en esos retablos que se miran desde el retrovisor, como un viaje de añoranza, hasta llegar al presente y constatar las marcas que son parte inherente del destino de un país y sus habitantes.

Es una prosa poética, porque tiene un carácter evocativo y musical, utiliza la magia de las palabras, la metáfora, la analogía, para volcar su frustración y hacer saber su sentir. En la medida que se va incursionando en sus páginas, se va viviendo su dolor, se van encontrando pasajes de semejanza con nuestra propia vida, aunque sean historias completamente diferentes, la similitud de emociones se van haciendo presentes hasta aflorar en lágrimas.

No es fácil la interpretación de sus textos, necesitan ser desmenuzados, sus partes conforman el todo, es necesario reconstruir el crucigrama de versos que conforma su escrito poético, para reconocer cada palabra. Es un retablo que retrata la situación económica, política y social de ese país en crisis, con la inflación más alta del mundo y una moneda casi sin valor, aunado a la dolarización de la moneda, al desabastecimiento de productos y medicamentos básicos, una violencia y corrupción imperante, suspensión y racionamiento de servicios públicos como la electricidad y el agua; detonantes que han provocado la migración masiva de casi cinco millones de personas. Exilio rescatado en estas páginas, no solo por las penalidades enfrentadas, que muchas veces llevan a la muerte, sino por todo el dolor que representa la separación con la familia, con la tierra, el arrancar un árbol de raíz que necesita ser plantado en otro lugar.

Algunas de las frases rescatadas son:

“No, no eres dueño de la muerte, tampoco del olvido”.

“Somos el país que huye, el que se va, el que sale por la línea fronteriza invadido por el miedo…”

Los distintos géneros literarios han sido el escaparate para mostrar al mundo el dolor y sufrimiento de lo que sucede en Venezuela, es el grito de ayuda, el reclamo, la añoranza.

La sala de lectura “Leyendo y reconstruyendo”, analizará este texto la próxima semana, exponiendo esta breve semblanza para invitarlos a incursionar en su lectura.

Maestra María del Refugio Sandoval Olivas | Maestra Jubilada

POR MARÍA DEL REFUGIO SANDOVAL

De acuerdo al diccionario, retablo significa un “conjunto o colección de pinturas que representan una historia o un suceso”. Siendo así como Fedosy Santaella, escritor venezolano, nombra a su libro, que data de muy reciente publicación (1919).

Puede catalogarse como autobiográfico, sus páginas destilan dolor, angustia, evocaciones de otros tiempos y presentan a un país triturado. Se divide en cuatro capítulos: “Plegarias del tiempo duro”, “plegarias del muchacho que estuvo en la gran ciudad”, “plegarias lejanas” y “plegarias de la mudanza”.

A través de sus plegarias, podemos encontrar la complejidad del ser humano, algunas de las emociones que experimentamos ante el arraigo a nuestra patria; la impotencia al observar la desestabilización política, económica y social; el fungir como observador y narrador, siendo al mismo tiempo copartícipe y testigo vivencial de los eventos.

Por medio de estas plegarias encontramos al amor y al desamor, la fe y la duda, la vida y la muerte, la complejidad del ser humano ante estas ambivalencias. Nos permite conocer lugares, edificios y personajes nombrados. Es un texto, que invariablemente debe ser leído visitando e investigando tanto lugares como biografías mencionadas, para ir articulando su pensamiento con el nuestro.

Esta novela es un espejo irónico de la realidad que impera en Venezuela; alude a personajes políticos sin detenerse a nombrarlos o especificar sus acciones, solo va dejando huellas impresas de su dolor en esos retablos que se miran desde el retrovisor, como un viaje de añoranza, hasta llegar al presente y constatar las marcas que son parte inherente del destino de un país y sus habitantes.

Es una prosa poética, porque tiene un carácter evocativo y musical, utiliza la magia de las palabras, la metáfora, la analogía, para volcar su frustración y hacer saber su sentir. En la medida que se va incursionando en sus páginas, se va viviendo su dolor, se van encontrando pasajes de semejanza con nuestra propia vida, aunque sean historias completamente diferentes, la similitud de emociones se van haciendo presentes hasta aflorar en lágrimas.

No es fácil la interpretación de sus textos, necesitan ser desmenuzados, sus partes conforman el todo, es necesario reconstruir el crucigrama de versos que conforma su escrito poético, para reconocer cada palabra. Es un retablo que retrata la situación económica, política y social de ese país en crisis, con la inflación más alta del mundo y una moneda casi sin valor, aunado a la dolarización de la moneda, al desabastecimiento de productos y medicamentos básicos, una violencia y corrupción imperante, suspensión y racionamiento de servicios públicos como la electricidad y el agua; detonantes que han provocado la migración masiva de casi cinco millones de personas. Exilio rescatado en estas páginas, no solo por las penalidades enfrentadas, que muchas veces llevan a la muerte, sino por todo el dolor que representa la separación con la familia, con la tierra, el arrancar un árbol de raíz que necesita ser plantado en otro lugar.

Algunas de las frases rescatadas son:

“No, no eres dueño de la muerte, tampoco del olvido”.

“Somos el país que huye, el que se va, el que sale por la línea fronteriza invadido por el miedo…”

Los distintos géneros literarios han sido el escaparate para mostrar al mundo el dolor y sufrimiento de lo que sucede en Venezuela, es el grito de ayuda, el reclamo, la añoranza.

La sala de lectura “Leyendo y reconstruyendo”, analizará este texto la próxima semana, exponiendo esta breve semblanza para invitarlos a incursionar en su lectura.

Maestra María del Refugio Sandoval Olivas | Maestra Jubilada