/ viernes 14 de enero de 2022

Espejos de Vida | Luces en la oscuridad

“No por ser pocos, se merecen menos” Rosa María Frappé Muciño. (2013).

En un mundo globalizado y diversificado, que nos identifica con esa unicidad especial que poseemos, ya sea, producto de la carga genética que nos predispone o por la vida misma que nos coloca en situaciones y circunstancias de riesgo y pérdida de funciones esenciales de nuestro organismo, como el caso de Hellen Keller, que a la edad de 19 meses sufrió una grave enfermedad que le provocó la pérdida total de la visión y la audición

A partir de la última década del siglo pasado, esta problemática enmarcada en el nombre de “necesidades especiales” fue haciéndose más visible y se procedió a la legislación para la inclusión y atención de quienes estuvieran dentro de este marco de vulnerabilidad.

En el periodo presidencial del Lic. Alfredo Amaya Medina (2004-2007) se envió a capacitación laboral a la C. Silvia Medina Chaparro, mujer oriunda de Balleza Chihuahua, que radica desde hace más de medio siglo en esta hermosa ciudad. Ella, al igual que todos y cada uno de nosotros, ha enfrentado diversas luchas personales y familiares que le han formado el carácter e integridad que le identifica.

El encontrar y fortalecer su talento y sensibilidad por medio de la preparación que obtuvo en la ciudad de Chihuahua en el curso de “Orientación y Movilidad y Actividades de la vida diaria”, dirigido a personas con problemas de visión y cuyos objetivos residen en el desarrollo de habilidades para lograr ser una persona independiente y autónoma, con autosuficiencia del desplazamiento y el desarrollo de actividades cotidianas; habilidades convertidas en destrezas que en la medida que se van alcanzando, van contribuyendo en la autoestima y seguridad de quien las efectúa y en el beneplácito de las personas que le rodean.

Vaya este reconocimiento impreso en letras para la C. Silvia Medina Chaparro y para el profesor Guadalupe Pérez; ambos, han alcanzado su autorrealización al desempeñarse como directrices y apoyo de este grupo vulnerable, porque han encontrado un oficio donde se sirve al prójimo, contribuyendo al bienestar y felicidad de 42 adultos y 14 niños que actualmente acuden al Centro Comunitario de la Héroes de la Revolución, lugar donde permanecen voluntariamente, sin una fecha de egreso, porque ahí van tejiendo redes de apoyo, solidaridad, convivencia e interacción que les brinda una plataforma donde pueden proyectarse a sí mismos y a la comunidad en general.

Silvia, se convierte en sus ojos, hasta que aprenden a valerse por sí mismos, a cruzar la calle, llegar a un espacio determinado, asearse, vestirse, cocinar sus alimentos, coser su ropa, entre otros y el profesor Guadalupe, comparte sus conocimientos del sistema Braille, cuya lectura táctil, permite interactuar con la palabra escrita y el maravilloso mundo de la literatura; igualmente enseña computación, destacando el avance de algunos programas al respecto, como sintetizador de voz o línea Braille, siendo de esa manera, como van desarrollando y aprendiendo a ser independientes, a leer, a escribir, a elaborar manualidades y sobre todo a vivir de una manera más plena.

Tanto Silvia como el profesor Guadalupe, han encontrado un camino que les llena de satisfacción y alegría al servir a los demás, levantando en su cosecha, el amor y reconocimiento de estas personas y, sobre todo, el aprender a valorarse y reconocerse, dando gracias a la vida, por la salud y capacidades que poseemos y muchas veces no somos conscientes de su magnificencia.

Silvia expresa su gratitud a las distintas autoridades municipales que han confiado en su persona y le han permitido seguir apoyando y creciendo en este departamento.

Me permito cerrar con la cita del escritor y humanista ruso Isaac Asimov:

“Si cada año estuviéramos ciegos por un día, gozaríamos en los restantes trescientos sesenta y cuatro.”


María del Refugio Sandoval Olivas | Maestra

“No por ser pocos, se merecen menos” Rosa María Frappé Muciño. (2013).

En un mundo globalizado y diversificado, que nos identifica con esa unicidad especial que poseemos, ya sea, producto de la carga genética que nos predispone o por la vida misma que nos coloca en situaciones y circunstancias de riesgo y pérdida de funciones esenciales de nuestro organismo, como el caso de Hellen Keller, que a la edad de 19 meses sufrió una grave enfermedad que le provocó la pérdida total de la visión y la audición

A partir de la última década del siglo pasado, esta problemática enmarcada en el nombre de “necesidades especiales” fue haciéndose más visible y se procedió a la legislación para la inclusión y atención de quienes estuvieran dentro de este marco de vulnerabilidad.

En el periodo presidencial del Lic. Alfredo Amaya Medina (2004-2007) se envió a capacitación laboral a la C. Silvia Medina Chaparro, mujer oriunda de Balleza Chihuahua, que radica desde hace más de medio siglo en esta hermosa ciudad. Ella, al igual que todos y cada uno de nosotros, ha enfrentado diversas luchas personales y familiares que le han formado el carácter e integridad que le identifica.

El encontrar y fortalecer su talento y sensibilidad por medio de la preparación que obtuvo en la ciudad de Chihuahua en el curso de “Orientación y Movilidad y Actividades de la vida diaria”, dirigido a personas con problemas de visión y cuyos objetivos residen en el desarrollo de habilidades para lograr ser una persona independiente y autónoma, con autosuficiencia del desplazamiento y el desarrollo de actividades cotidianas; habilidades convertidas en destrezas que en la medida que se van alcanzando, van contribuyendo en la autoestima y seguridad de quien las efectúa y en el beneplácito de las personas que le rodean.

Vaya este reconocimiento impreso en letras para la C. Silvia Medina Chaparro y para el profesor Guadalupe Pérez; ambos, han alcanzado su autorrealización al desempeñarse como directrices y apoyo de este grupo vulnerable, porque han encontrado un oficio donde se sirve al prójimo, contribuyendo al bienestar y felicidad de 42 adultos y 14 niños que actualmente acuden al Centro Comunitario de la Héroes de la Revolución, lugar donde permanecen voluntariamente, sin una fecha de egreso, porque ahí van tejiendo redes de apoyo, solidaridad, convivencia e interacción que les brinda una plataforma donde pueden proyectarse a sí mismos y a la comunidad en general.

Silvia, se convierte en sus ojos, hasta que aprenden a valerse por sí mismos, a cruzar la calle, llegar a un espacio determinado, asearse, vestirse, cocinar sus alimentos, coser su ropa, entre otros y el profesor Guadalupe, comparte sus conocimientos del sistema Braille, cuya lectura táctil, permite interactuar con la palabra escrita y el maravilloso mundo de la literatura; igualmente enseña computación, destacando el avance de algunos programas al respecto, como sintetizador de voz o línea Braille, siendo de esa manera, como van desarrollando y aprendiendo a ser independientes, a leer, a escribir, a elaborar manualidades y sobre todo a vivir de una manera más plena.

Tanto Silvia como el profesor Guadalupe, han encontrado un camino que les llena de satisfacción y alegría al servir a los demás, levantando en su cosecha, el amor y reconocimiento de estas personas y, sobre todo, el aprender a valorarse y reconocerse, dando gracias a la vida, por la salud y capacidades que poseemos y muchas veces no somos conscientes de su magnificencia.

Silvia expresa su gratitud a las distintas autoridades municipales que han confiado en su persona y le han permitido seguir apoyando y creciendo en este departamento.

Me permito cerrar con la cita del escritor y humanista ruso Isaac Asimov:

“Si cada año estuviéramos ciegos por un día, gozaríamos en los restantes trescientos sesenta y cuatro.”


María del Refugio Sandoval Olivas | Maestra