Como reza el dicho “No hay plazo que no se cumpla, ni fecha que no se llegue”
A casi un año y medio de no estar en las aulas de manera presencial, ayer lunes 30 de agosto están nuevamente las instituciones educativas de nivel básico, recibiendo a sus estudiantes de manera presencial, esto con más preguntas que respuestas, con más desconfianza que con certeza.
Todo empezó cuando el presidente de la república, diera a conocer la medida en una de sus tantas mañaneras, incluso de una manera tajante y un tato arbitraria, “para esto no hubo consulta”, en ese momento inició un debate público, familiar, laboral y social, unos a favor otros en contra, como suele ser la característica de este gobierno de la 4T donde en cada decisión que se toma, tiende de manera natural a polarizar a la sociedad mexicana.
Indudablemente, el regreso a clases presenciales es muy necesario, de hecho en los últimos días se han publicado resultados de algunas encuestas o sondeos, donde se les pregunta a los padres de familia e incluso a los propios estudiantes que si desean regresar al esquema de las clases presenciales, obviamente los porcentajes son elevados en cuanto a la respuesta afirmativa a este cuestionamiento, pero este no es realmente el problema, es decir, el deseo de querer regresar o no, el problema está en otra vertiente, es ahí donde surgen una infinidad de cuestionamientos como: ¿Es el momento Indicado y oportuno?, ¿Las Escuelas están en condiciones adecuadas para la exigencia del momento en que nos encontramos?, ¿Existe realmente una estrategia bien definida y detallada para el regreso a clases?, ¿El 100% de los maestros y maestras están vacunados?, tomando en cuenta que alumnos del nivel básico no lo están. ¿Esto hace más riesgoso este retorno a las aulas?, ¿Serán suficientes los protocolos anunciados por la SEP?, ¿Las escuelas contarán de manera permanente con los insumos necesarios para realizar sus actividades cotidianas y evitar riesgos de contagios de Sars-Cov-2?, ¿La infraestructura educativa es la adecuada para este retorno a clases presenciales?
Se ha dicho que el regreso será de manera voluntaria, por lo que los padres decidirán, enviar o no a sus hijos a la escuela o tomar sus clases desde casa, esto implicará una ardua labor de maestros y maestras, atender grupos presenciales y otros a distancia o de manera virtual. ¿Soportaran este ritmo y presión laboral?, siguen surgiendo preguntas y siguen faltando respuestas.
Esperemos esta decisión sea para bien de toda la sociedad, no podemos dejar de lado que aún estamos inmersos en una pandemia, nos encontramos en una tercera ola y los casos se siguen acumulando, en últimas fechas, los niños, las niñas, adolescentes y personas en general no vacunadas son los que han estado padeciendo con mayor frecuencia la enfermedad de la Covid 19, algunos de ellos con consecuencias fatales.
Pronto conoceremos algunas respuestas a estas preguntas, y sabremos que tan exitosa fue la decisión tomada por el ejecutivo federal y los gobiernos de los estados, el éxito depende no solo de que los alumnos acudan a clases o no, sino que los contagios de Sars-Cov-2 sean mínimos y sobre todo, bien atendidos y controlados.
Se llegó el día, del “Llueva, Truene o Relampagueé” …..
Psicoterapeuta.
