/ domingo 22 de agosto de 2021

Casa de oración, Pacto de Paz | Deja una buena contribución

Si en verdad somos entendidos, nos daremos cuenta que para cualquier lugar que volteemos poder ver a Dios en su creación. Lo podemos ver en el cielo como en la tierra, en las estrellas como en el mar y en todo lo que en ellos hay. Él ha dejado plasmado su sello en toda la creación, aún en nosotros mismos que hemos sido hechos a su imagen y a su semejanza.

Cuando Jesús estuvo aquí en la tierra, por donde sea que él pasaba dejaba algo en el corazón de las personas, ya fuera sanidad, alimento, liberación y milagros, dejaba plasmada su obra en el corazón.

Cuando a nosotros nos llegue la hora de partir de este mundo, en ese momento no será importante que clase de auto maneje, en colonia viví, la marca de ropa que use, las joyas o accesorios que me adornaba, o cuánto dinero logre reunir. Creo que lo más importante será la contribución que deje a este mundo. El recuerdo que deje en corazón de las personas. Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto hemos sido diseñados para dejar nuestra contribución a este mundo. Dios en su divino poder y misericordia nos ha dado todas las cosas que necesitamos para hacerlo. Y creo que Él espera que nosotros seamos diligentes y hagamos lo que nos corresponde hacer.

Los frutos de un árbol, depende de sus raíces, es decir, lo interior produce un fruto exterior. Las raíces en buenas condiciones darán buenos frutos. Las raíces en malas condiciones darán malos frutos.

Como seres humanos tenemos un mundo interior que generará los frutos de nuestra vida. Ese mundo está compuesto por nuestros pensamientos, la vida espiritual y nuestros sentimientos. Ese mundo interior debe mantenerse limpio para tener buenos resultados en la vida, y poder dejar una buena contribución a este mundo.

Los pensamientos y sentimientos negativos, arrojan contribución negativa. Pensamientos y sentimientos positivos, abonan a una buena contribución, como dice en proverbios 23:7 “Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él” Nuestro mundo interior debe de estar limpio y en armonía como una pieza musical. David le decía a Dios: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí” (Salmo 51:10) Creo que también puede ser nuestra oración. Si queremos buenos resultados en la vida y dejar una buena contribución a este mundo, debemos de comenzar por la limpieza de nuestro mundo interior. Supliquemos a Dios: “Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado” (Salmo 51:2)

Con los años podemos acumular una gran cantidad de “basura” en nuestros pensamientos y sentimientos y tener una mala relación con Dios. Eso hace imposible dejar una buena contribución a este mundo, por ese es necesario la limpieza de nuestro mundo interior.

Creo que sí podemos lograrlo, sí podemos dejar una buena contribución a este mundo, pues para eso hemos sido diseñados a imagen de Dios. Que Dios en su gracia nos dé más, nos prospere, derrame sus bendiciones sobre nuestras vidas, pero no solo para el momento, sino para trascender en el corazón de alguien, para dejar un legado en la tierra cuando llegue el momento de partir, para dejar un buen recuerdo en la mente de alguien. Este mundo cambiará no con nuestras opiniones, el mundo cambiará cuando aprendamos a amarnos, a respetarnos y a echarnos la mano los unos a los otros. Amar nos esperar que alguien haga algo por mí, amar es hacer algo por los demás.

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un vaya la cielo.

J. Andrés Pimentel M | Pastor / Estudios de Teología

Si en verdad somos entendidos, nos daremos cuenta que para cualquier lugar que volteemos poder ver a Dios en su creación. Lo podemos ver en el cielo como en la tierra, en las estrellas como en el mar y en todo lo que en ellos hay. Él ha dejado plasmado su sello en toda la creación, aún en nosotros mismos que hemos sido hechos a su imagen y a su semejanza.

Cuando Jesús estuvo aquí en la tierra, por donde sea que él pasaba dejaba algo en el corazón de las personas, ya fuera sanidad, alimento, liberación y milagros, dejaba plasmada su obra en el corazón.

Cuando a nosotros nos llegue la hora de partir de este mundo, en ese momento no será importante que clase de auto maneje, en colonia viví, la marca de ropa que use, las joyas o accesorios que me adornaba, o cuánto dinero logre reunir. Creo que lo más importante será la contribución que deje a este mundo. El recuerdo que deje en corazón de las personas. Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto hemos sido diseñados para dejar nuestra contribución a este mundo. Dios en su divino poder y misericordia nos ha dado todas las cosas que necesitamos para hacerlo. Y creo que Él espera que nosotros seamos diligentes y hagamos lo que nos corresponde hacer.

Los frutos de un árbol, depende de sus raíces, es decir, lo interior produce un fruto exterior. Las raíces en buenas condiciones darán buenos frutos. Las raíces en malas condiciones darán malos frutos.

Como seres humanos tenemos un mundo interior que generará los frutos de nuestra vida. Ese mundo está compuesto por nuestros pensamientos, la vida espiritual y nuestros sentimientos. Ese mundo interior debe mantenerse limpio para tener buenos resultados en la vida, y poder dejar una buena contribución a este mundo.

Los pensamientos y sentimientos negativos, arrojan contribución negativa. Pensamientos y sentimientos positivos, abonan a una buena contribución, como dice en proverbios 23:7 “Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él” Nuestro mundo interior debe de estar limpio y en armonía como una pieza musical. David le decía a Dios: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí” (Salmo 51:10) Creo que también puede ser nuestra oración. Si queremos buenos resultados en la vida y dejar una buena contribución a este mundo, debemos de comenzar por la limpieza de nuestro mundo interior. Supliquemos a Dios: “Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado” (Salmo 51:2)

Con los años podemos acumular una gran cantidad de “basura” en nuestros pensamientos y sentimientos y tener una mala relación con Dios. Eso hace imposible dejar una buena contribución a este mundo, por ese es necesario la limpieza de nuestro mundo interior.

Creo que sí podemos lograrlo, sí podemos dejar una buena contribución a este mundo, pues para eso hemos sido diseñados a imagen de Dios. Que Dios en su gracia nos dé más, nos prospere, derrame sus bendiciones sobre nuestras vidas, pero no solo para el momento, sino para trascender en el corazón de alguien, para dejar un legado en la tierra cuando llegue el momento de partir, para dejar un buen recuerdo en la mente de alguien. Este mundo cambiará no con nuestras opiniones, el mundo cambiará cuando aprendamos a amarnos, a respetarnos y a echarnos la mano los unos a los otros. Amar nos esperar que alguien haga algo por mí, amar es hacer algo por los demás.

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un vaya la cielo.

J. Andrés Pimentel M | Pastor / Estudios de Teología