/ miércoles 17 de febrero de 2021

Todo el mundo es un maestro | Mente y cuerpo

Mente y cuerpo son uno ¿Cómo entendemos esto? Siempre lo había visto desde una forma, pudiera decirse superficial. Cuida tu cuerpo y tendrás salud, tendrás salud y tendrás buenos pensamientos. Somos lo que pensamos pero ¿Hay algo más?

¿Para qué mover el cuerpo y ejercitarnos en exceso para conseguir una figura atlética con vistosos músculos? ¿Para qué las dietas a veces hasta el extremo del hambre? Sin embargo, ¿cómo moverlo en el vaivén del equilibrio?

Las maneras de mover el cuerpo son ilimitadas. Podemos crear buenos hábitos para levantarnos temprano y ejercitarnos un poco. Para continuar con el movimiento de nuestros huesos y músculos podemos ir a visitar algún enfermo o persona necesitada, ayudar a la viejita que apenas puede su bolsa del mandado, abrazar a nuestros hijos, pareja, hermanos. La lengua también es un musculo que puede ejercitarse con palabras de amor y esperanza, evitar las quejas, mentiras y criticas.

Tenemos nuestros maravillosos sentidos de la vista, tacto, olfato, oído y gusto. Nuestro sistema nervioso hace un gran trabajo con ellos y podemos mejorar nuestros transmisores cerebrales si volteamos la mirada hacia el cielo y agrademos el maravilloso atardecer, y vemos bailar los árboles y el sol y la nieve, y cuanta maravilla de la naturaleza que nos rodea.

Podemos prepararnos una hierbita de manzanilla o de cualquier hierba aromática y olerlo, oler nuestro perfume favorito y recordar un buen momento, el olor de los guisos, de las naranjas, el olor de las personas que amamos. Respiramos, movemos los pulmones. La respiración calma y serena, despeja la mente.

El cuerpo es el vehículo del alma, por eso hay que moverlo para que llegue a su sitio.

Quiero imaginar que si descubriéramos nuestra propia alma y luego pudiéramos conectarnos en un ser espiritual, viviríamos en un mundo más bonito. Tendríamos menos sufrimiento, menos miedo de la muerte, estuviéramos menos enfocados en acumular cosas que se quedaran como basura en el mundo. Sabrán que cuando morimos nos vamos sin nada material y si acaso nos podemos llevar vivencias que acumulo el movimiento de nuestros cuerpos. Seguramente si se despertará la espiritualidad en forma masiva el mundo sería más justo y el arcoíris del amor brillaría en los coloridos paisajes de las ciudades y el campo.

Ing. Adalberto Gutiérrez Chávez.


Mente y cuerpo son uno ¿Cómo entendemos esto? Siempre lo había visto desde una forma, pudiera decirse superficial. Cuida tu cuerpo y tendrás salud, tendrás salud y tendrás buenos pensamientos. Somos lo que pensamos pero ¿Hay algo más?

¿Para qué mover el cuerpo y ejercitarnos en exceso para conseguir una figura atlética con vistosos músculos? ¿Para qué las dietas a veces hasta el extremo del hambre? Sin embargo, ¿cómo moverlo en el vaivén del equilibrio?

Las maneras de mover el cuerpo son ilimitadas. Podemos crear buenos hábitos para levantarnos temprano y ejercitarnos un poco. Para continuar con el movimiento de nuestros huesos y músculos podemos ir a visitar algún enfermo o persona necesitada, ayudar a la viejita que apenas puede su bolsa del mandado, abrazar a nuestros hijos, pareja, hermanos. La lengua también es un musculo que puede ejercitarse con palabras de amor y esperanza, evitar las quejas, mentiras y criticas.

Tenemos nuestros maravillosos sentidos de la vista, tacto, olfato, oído y gusto. Nuestro sistema nervioso hace un gran trabajo con ellos y podemos mejorar nuestros transmisores cerebrales si volteamos la mirada hacia el cielo y agrademos el maravilloso atardecer, y vemos bailar los árboles y el sol y la nieve, y cuanta maravilla de la naturaleza que nos rodea.

Podemos prepararnos una hierbita de manzanilla o de cualquier hierba aromática y olerlo, oler nuestro perfume favorito y recordar un buen momento, el olor de los guisos, de las naranjas, el olor de las personas que amamos. Respiramos, movemos los pulmones. La respiración calma y serena, despeja la mente.

El cuerpo es el vehículo del alma, por eso hay que moverlo para que llegue a su sitio.

Quiero imaginar que si descubriéramos nuestra propia alma y luego pudiéramos conectarnos en un ser espiritual, viviríamos en un mundo más bonito. Tendríamos menos sufrimiento, menos miedo de la muerte, estuviéramos menos enfocados en acumular cosas que se quedaran como basura en el mundo. Sabrán que cuando morimos nos vamos sin nada material y si acaso nos podemos llevar vivencias que acumulo el movimiento de nuestros cuerpos. Seguramente si se despertará la espiritualidad en forma masiva el mundo sería más justo y el arcoíris del amor brillaría en los coloridos paisajes de las ciudades y el campo.

Ing. Adalberto Gutiérrez Chávez.


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