/ miércoles 18 de mayo de 2022

Todo el mundo es tu maestro | ¿Quiénes son tus maestros?

Una maestra o un maestro con la vocación para compartir conocimiento es una bendición para el mundo. Entre trabajar por vocación o trabajar por obligación se pueden encontrar grandes diferencias relacionadas con el sentido de la vida, la felicidad y la construcción de mejores sociedades. Aristóteles dijo: “Allí donde se cruzan tus dones y las necesidades del mundo, está la vocación” el poeta hindú Rabindranath Tagore, dijo sobre la vocación. “Cuando a las cuatro de la tarde, vuelvo de la escuela, contemplo por la verja de aquella casa cómo el jardinero cava el jardín. Trabaja como quiere con su azadón, se llena el vestido de polvo, nadie se preocupa de él si se tuesta al sol o si lo cala la lluvia. ¡Cómo me gustaría ser jardinero y cavar, cavar siempre sin que nadie viniera a interrumpirme!” Un buen maestro a veces es como ese jardinero que se afana en plantar semillas de conocimientos en otras personas sin hacerse notar para que no lo interrumpan.

Un buen maestro no solo es inteligente es a demás bondadoso para compartir los conocimientos. Existen personas que conocen mucho pero son egoístas para compartir con los demás lo que saben, tienen miedo de perder su poder, les entra el demonio del egoísmo, pienso si yo fuera el mejor carpintero no quiero compartir los conocimientos que me hacen único, indispensable y el mejor pagado, con esta actitud privo a muchas personas de la comodidad y bienestar que brinda un buen trabajo de carpintería, mientras yo lleno mis bolsillos de dinero.

Afortunadamente conozco maestras y maestros con vocación que trabajan con amor, pasión e inteligencia y transmiten una energía que es producto de sentirse agradecidas con la vida por haber encontrado su sentido existencial al enseñar.

Seguramente tuviste o tienes la suerte de conocer algún maestro o maestra que se emociona cuando logra que sus alumnos construyan conocimientos y con paciencia apoya el aprendizaje, me gusta recordar a estos más que aquellos que sólo iban por su cheque quincenal, no los culpo pues desgraciadamente también es un trabajo mal remunerado y valorado en nuestro país.

El diccionario define enseñar como comunicar conocimientos, ideas, experiencias, habilidades o hábitos a una persona que no los tiene. Suena muy bien, con la falta que nos hace saber más y tener mejores hábitos. Hay un gran impacto en el progreso de las sociedades cuando la humanidad es bondadosa para ejercer el verbo “enseñar”. También aplica lo que a veces se dice de los que menos tienen son los que más comparten y los que más tienen se hacen avariciosos. Aunque también los que más saben cargan con más responsabilidad. Albert Einstein no podía compartir su conocimiento de la bomba atómica con cualquiera ya que eso en personas equivocadas significa muerte y destrucción. Nicolás Tesla intento compartir su conocimiento de la energía eléctrica y la luz sería gratis para toda la humanidad, una utopía que no se le permitió. Al maestro del amor lo clavaron en una cruz y la lista es muy larga.

Grandes maestros nos guían desde los inicios de nuestros tiempos. Todos tenemos algo que enseñar y todo el mundo es tu maestro.


Adalberto Gutiérrez | Ingeniero Agrónomo

Una maestra o un maestro con la vocación para compartir conocimiento es una bendición para el mundo. Entre trabajar por vocación o trabajar por obligación se pueden encontrar grandes diferencias relacionadas con el sentido de la vida, la felicidad y la construcción de mejores sociedades. Aristóteles dijo: “Allí donde se cruzan tus dones y las necesidades del mundo, está la vocación” el poeta hindú Rabindranath Tagore, dijo sobre la vocación. “Cuando a las cuatro de la tarde, vuelvo de la escuela, contemplo por la verja de aquella casa cómo el jardinero cava el jardín. Trabaja como quiere con su azadón, se llena el vestido de polvo, nadie se preocupa de él si se tuesta al sol o si lo cala la lluvia. ¡Cómo me gustaría ser jardinero y cavar, cavar siempre sin que nadie viniera a interrumpirme!” Un buen maestro a veces es como ese jardinero que se afana en plantar semillas de conocimientos en otras personas sin hacerse notar para que no lo interrumpan.

Un buen maestro no solo es inteligente es a demás bondadoso para compartir los conocimientos. Existen personas que conocen mucho pero son egoístas para compartir con los demás lo que saben, tienen miedo de perder su poder, les entra el demonio del egoísmo, pienso si yo fuera el mejor carpintero no quiero compartir los conocimientos que me hacen único, indispensable y el mejor pagado, con esta actitud privo a muchas personas de la comodidad y bienestar que brinda un buen trabajo de carpintería, mientras yo lleno mis bolsillos de dinero.

Afortunadamente conozco maestras y maestros con vocación que trabajan con amor, pasión e inteligencia y transmiten una energía que es producto de sentirse agradecidas con la vida por haber encontrado su sentido existencial al enseñar.

Seguramente tuviste o tienes la suerte de conocer algún maestro o maestra que se emociona cuando logra que sus alumnos construyan conocimientos y con paciencia apoya el aprendizaje, me gusta recordar a estos más que aquellos que sólo iban por su cheque quincenal, no los culpo pues desgraciadamente también es un trabajo mal remunerado y valorado en nuestro país.

El diccionario define enseñar como comunicar conocimientos, ideas, experiencias, habilidades o hábitos a una persona que no los tiene. Suena muy bien, con la falta que nos hace saber más y tener mejores hábitos. Hay un gran impacto en el progreso de las sociedades cuando la humanidad es bondadosa para ejercer el verbo “enseñar”. También aplica lo que a veces se dice de los que menos tienen son los que más comparten y los que más tienen se hacen avariciosos. Aunque también los que más saben cargan con más responsabilidad. Albert Einstein no podía compartir su conocimiento de la bomba atómica con cualquiera ya que eso en personas equivocadas significa muerte y destrucción. Nicolás Tesla intento compartir su conocimiento de la energía eléctrica y la luz sería gratis para toda la humanidad, una utopía que no se le permitió. Al maestro del amor lo clavaron en una cruz y la lista es muy larga.

Grandes maestros nos guían desde los inicios de nuestros tiempos. Todos tenemos algo que enseñar y todo el mundo es tu maestro.


Adalberto Gutiérrez | Ingeniero Agrónomo

ÚLTIMASCOLUMNAS
Cargar Más