/ miércoles 8 de junio de 2022

Todo el mundo es tu maestro | Estudiantes hasta la muerte

Para ser estudiante es preciso curiosear el mundo más que asistir a una universidad. Bien se dice que la mejor escuela es la vida. Solo encausar nuestra necesidad de aprendizaje para crecer, crear, mejorarnos, vivir mejor, hacer bonito el lugar donde vivimos. Somos seres curiosos así que estudiar es mucho más fácil de lo que se piensa. Si estamos aprendiendo todo el tiempo, quiere decir que estamos estudiando y somos estudiantes al menos por el paso en este planeta y que tal vez nos graduemos el día de nuestra muerte.

Un buen estudiante no es aquel que aprueba exámenes, consigue un empleo y después cierra los libros. Ser un estudiante significa estar aprendiendo en cada oportunidad. Observar todo, aprender, compartir, crecer. Estar en constante búsqueda de aventuras y sueños. Se dice fácil, pero tener la voluntad para a veces a pesar de las adversidades conseguir nuestras metas, sabemos que es un trabajo duro. Un buen maestro siempre es estudiante también. Ellos nos pueden facilitar lo que queremos saber, y a veces tendremos que aventurarnos de manera autodidacta. A veces nos parece que para los otros es más sencillo, sin embargo si prestamos bien atención a las oportunidades que se me presentan, ampliemos nuestra visión, y encontremos muchas que parecen escondidas, pero están ahí para mí, sólo para mí, y que se van a veces sin siquiera mirarlas. Así que atentos.

Tampoco tenemos que ser superdotados de inteligencia, con un poco de voluntad, un espacio adecuado, algo de sentido común y por supuesto muchas horas de lectura, otras tantas de escritura, podremos estar preparados para los exámenes que nos ponga la vida. Buscar siempre la solución a todo. Los fracasos sirven para adquirir experiencia, no para lamentarse. Si perseveramos aunque los resultados tarden, van a llegar. Tenemos primero que tener nuestras metas definidas, ¿Qué soy? ¿Qué quiero? ¿Para qué? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Dónde? entonces será más fácil ser constantes. La cosa es caminar con rumbo, tener dirección. Esto nos convierte en estudiantes de la vida. Si somos conscientes de ello, vamos a aprender hasta el último suspiro en este mundo.

Podemos aprovechar lo que nos rodea, a quienes saben más y de los que saben menos que yo, de la tecnología con sus celulares y dispositivos inteligentes, de los libros que no quieren extinguirse y de la madre naturaleza. Tenemos a nuestro alcance mucho más del conocimiento que somos capaces de aplicar disponible con tan solo la punta de nuestro dedo, así que es más importante aprender muchas cosas de memoria; saber aplicarlas.

Cada vez somos más conscientes de que es mucho más lo que no sabemos que lo que sabemos, aun y cuando podamos googlear lo que se nos venga en mente, es un punto minúsculo en el espacio lo que conocemos y tenemos recabado en la web y en los libros.

Nuestro papel como estudiantes del mundo y de la vida no termina.

Adalberto Gutiérrez Chávez | Ing. Agrónomo

Para ser estudiante es preciso curiosear el mundo más que asistir a una universidad. Bien se dice que la mejor escuela es la vida. Solo encausar nuestra necesidad de aprendizaje para crecer, crear, mejorarnos, vivir mejor, hacer bonito el lugar donde vivimos. Somos seres curiosos así que estudiar es mucho más fácil de lo que se piensa. Si estamos aprendiendo todo el tiempo, quiere decir que estamos estudiando y somos estudiantes al menos por el paso en este planeta y que tal vez nos graduemos el día de nuestra muerte.

Un buen estudiante no es aquel que aprueba exámenes, consigue un empleo y después cierra los libros. Ser un estudiante significa estar aprendiendo en cada oportunidad. Observar todo, aprender, compartir, crecer. Estar en constante búsqueda de aventuras y sueños. Se dice fácil, pero tener la voluntad para a veces a pesar de las adversidades conseguir nuestras metas, sabemos que es un trabajo duro. Un buen maestro siempre es estudiante también. Ellos nos pueden facilitar lo que queremos saber, y a veces tendremos que aventurarnos de manera autodidacta. A veces nos parece que para los otros es más sencillo, sin embargo si prestamos bien atención a las oportunidades que se me presentan, ampliemos nuestra visión, y encontremos muchas que parecen escondidas, pero están ahí para mí, sólo para mí, y que se van a veces sin siquiera mirarlas. Así que atentos.

Tampoco tenemos que ser superdotados de inteligencia, con un poco de voluntad, un espacio adecuado, algo de sentido común y por supuesto muchas horas de lectura, otras tantas de escritura, podremos estar preparados para los exámenes que nos ponga la vida. Buscar siempre la solución a todo. Los fracasos sirven para adquirir experiencia, no para lamentarse. Si perseveramos aunque los resultados tarden, van a llegar. Tenemos primero que tener nuestras metas definidas, ¿Qué soy? ¿Qué quiero? ¿Para qué? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Dónde? entonces será más fácil ser constantes. La cosa es caminar con rumbo, tener dirección. Esto nos convierte en estudiantes de la vida. Si somos conscientes de ello, vamos a aprender hasta el último suspiro en este mundo.

Podemos aprovechar lo que nos rodea, a quienes saben más y de los que saben menos que yo, de la tecnología con sus celulares y dispositivos inteligentes, de los libros que no quieren extinguirse y de la madre naturaleza. Tenemos a nuestro alcance mucho más del conocimiento que somos capaces de aplicar disponible con tan solo la punta de nuestro dedo, así que es más importante aprender muchas cosas de memoria; saber aplicarlas.

Cada vez somos más conscientes de que es mucho más lo que no sabemos que lo que sabemos, aun y cuando podamos googlear lo que se nos venga en mente, es un punto minúsculo en el espacio lo que conocemos y tenemos recabado en la web y en los libros.

Nuestro papel como estudiantes del mundo y de la vida no termina.

Adalberto Gutiérrez Chávez | Ing. Agrónomo

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