Dentro de unos días terminan por fin 5 años de una administración estatal y otra municipal, a quienes no les interesó más que mantenerse en el poder y las ambiciones personales. El gobernador, quien llegó con un buen bono democrático y la bandera de traer a César Duarte y meterlo al bote, no cumplió. El presidente municipal por su parte empeñado en su sueño guajiro de ser gobernador, se distrajo, y después de un buen arranque en la primera administración, se volvió uno más.
Ambos gobiernos dejaron en el abandono entre la basura y los escombros, obras muy importantes con un avance significativo a las que ya se les había invertido sumas millonarias. Ahí tenemos el Teatro de la Ciudad, el Polideportivo, la Estatua Monumental Francisco Villa Gobernador, El Polifórum, el estadio de béisbol se encuentra en un estado lamentable lo mismo que la puerta del tiempo y la escalada del adoquín. Vergüenza propia y ajena causan especialmente el abandono del polideportivo y el teatro de la ciudad ¿usted los conoce? Con estas obras se le daría realce al nombramiento de la ciudad como “Capital Cultural del Estado”.
Ahí está en las cercanías de la mina una construcción abandonada, con una alberca semiprofesional para desarrollar deportistas en la práctica de la natación, sirviendo de almacén de chatarra, junto a ella un gimnasio a medio terminar con los enormes cristales rotos, la pintura dañada y la herrería oxidada, en ambas obras se invirtieron millones de pesos.
En pleno centro de la ciudad, está un teatro que también se quedó a medias, y por su abandono se empieza a podrir, según se dice, sólo para adquirir la propiedad se erogaron 10 MILLONES DE DOLARES, más la inversión en su reconstrucción interior para adaptarlo como teatro de la ciudad, y ahí sigue; no sé si a medio terminar, o a medio comenzar, durmiendo el sueño de los justos.
Tenemos una escultura monumental que a diario visita mucha gente, sobre todo turistas y que subsiste prácticamente entre los escombros y materiales de construcción, debo informarles que tan sólo los terrenos que fueron adquiridos a sobre precio para instalar la mencionada estatua, nos costaron a los chihuahuenses cerca de 50 millones de pesos, más el costo de la propia obra.
De verdad ¡qué poco les importamos los ciudadanos a las autoridades! Su agenda solo tiene que ver con sus propios intereses, les quedó muy grande el nombre de servidores públicos y mandatarios estatales o municipales, ojalá las autoridades entrantes tengan una sensibilidad diferente, gestionen los apoyos y hagan viables las obras inconclusas, para recuperar la nobleza y grandeza de Parral; más gestoría y menos politiquería, es necesario terminar con las obras empezadas por otro, aunque no sean de mi partido.
Posdata: visiten estos lugares en el abandono y sentirán el mismo coraje que siento yo.
Profesor
