/ jueves 21 de diciembre de 2023

Reflexiones del Profe Guerre | Ser de izquierda

Ser de izquierda significa estar siempre al lado de la justicia social, comprometido con los movimientos, obreros, populares y campesinos, respetar los procesos democráticos, apoyar al sindicalismo limpio atacando al charrismo, apoyar al feminismo, a la educación y a la salud pública, organizar y promover la juventud rebelde y luchar contra las lacras sociales como la corrupción, el machismo, el nepotismo, la antidemocracia, el fraude y los aparatos represores de cualquier índole.

Fueron muchos los lugares desde donde abrevé para considerarme un militante de izquierda, recuerdo ahora mis primeros contactos con las caricaturas y las historietas de RIUS (Eduardo del Rio), en las revistas de “Los Agachados” y “Los Supermachos” y aquellos primeros libros como: “Lenin para principiantes”, “Marx para principiantes”, “La Revolucioncita Mexicana” o “ABChe”, cuando apenas cursaba la secundaria, cuando entré a la Normal ya había empezado a leer a autores como Marx y Gramci y tuve la oportunidad de encontrarme con un icónico disco de acetato de 32 revoluciones que contenía bravas canciones de protesta del combativo canta autor sonorense José de Molina…

Por otro lado en mi casa papá compraba la ahora tristemente célebre revista SIEMPRE que en ese tiempo apoyaba al régimen priista pero aportaba artículos interesantes de intelectuales libres y simpatizantes de izquierda en ella escribía por ejemplo Carlos Monsiváis. Mi padre fue cancionero y dirigente sindical de los músicos afiliados a la CROC, organización de filias priista pero de aquellas que representaban dignamente a los trabajadores de su gremio, por ello fue considerado para ser regidor participando en la administración de 1980 a 1983 cuando las regidurías eran honorarias y el PRI llevaba a esos puestos a representantes del pueblo.

Cuando inicio mi carrera de profesor siempre frente a grupo decidí estar siempre al lado de los maestros revolucionarios militando en la CNTE (aun lo hago) empiezo mi labor allá en lo profundo de la barranca en el llamado triángulo dorado más cerca de Sinaloa que de Chihuahua, ahí conocí una realidad muy diferente, supe de las necesidades de la gente, del atraso en el que viven las comunidades indígenas y de cómo los cultivadores de amapola tenían que entrarle a los arreglos corruptos con un ejército represor para que les dejaran cultivar y obtener la goma que necesitaban los Estados Unidos de éste producto del cual sacan la morfina , allá coincidí con otros compañeros (maestros, misioneros y sacerdotes) que nuestros tiempos libres los dedicábamos a la lectura y a la discusión de libros de historia, teología, sociología y revoluciones, en aquellas latitudes nos encontramos con Marx, con Lenin, con Engels, con Frei Betto, con Rosa Luxemburgo, Adolfo Gilly, Sánchez Vázquez y el siempre afable RIUS, a través de la lectura nos apasionamos con la idea de la revolución armada, sobretodo cuando eres joven y lees “Pasajes de la Guerra Revolucionaria” o la “Guerra de Guerrillas” del Ché Guevara. En aquel tiempo en Nicaragua y en el Salvador se libraban luchas ejemplares contra el imperialismo, así pensando y actuando en consecuencia nos involucramos en las luchas comunitarias de los pueblos en los cuales laboramos a favor de los indígenas, de los colonos, de los campesinos y los obreros, nos afiliamos al PSUM, desde ahí con los ejemplos de los maestros Antonio Becerra, Luis Meza, Trini López, Martiniano Galaviz, líderes obreros y campesinos como Federico Piñón, Evaristo Hernández, Evaristo Rodríguez, el Lic. Jorge Carrera y muchos compañeros más nos sumamos a la lucha electoral, así pues, desde el verano caliente de 1986 hasta la elección federal del 2018, hemos participado en la lucha siempre a la izquierda.

Profesor Guerrero Rodríguez Villalobos

Ser de izquierda significa estar siempre al lado de la justicia social, comprometido con los movimientos, obreros, populares y campesinos, respetar los procesos democráticos, apoyar al sindicalismo limpio atacando al charrismo, apoyar al feminismo, a la educación y a la salud pública, organizar y promover la juventud rebelde y luchar contra las lacras sociales como la corrupción, el machismo, el nepotismo, la antidemocracia, el fraude y los aparatos represores de cualquier índole.

Fueron muchos los lugares desde donde abrevé para considerarme un militante de izquierda, recuerdo ahora mis primeros contactos con las caricaturas y las historietas de RIUS (Eduardo del Rio), en las revistas de “Los Agachados” y “Los Supermachos” y aquellos primeros libros como: “Lenin para principiantes”, “Marx para principiantes”, “La Revolucioncita Mexicana” o “ABChe”, cuando apenas cursaba la secundaria, cuando entré a la Normal ya había empezado a leer a autores como Marx y Gramci y tuve la oportunidad de encontrarme con un icónico disco de acetato de 32 revoluciones que contenía bravas canciones de protesta del combativo canta autor sonorense José de Molina…

Por otro lado en mi casa papá compraba la ahora tristemente célebre revista SIEMPRE que en ese tiempo apoyaba al régimen priista pero aportaba artículos interesantes de intelectuales libres y simpatizantes de izquierda en ella escribía por ejemplo Carlos Monsiváis. Mi padre fue cancionero y dirigente sindical de los músicos afiliados a la CROC, organización de filias priista pero de aquellas que representaban dignamente a los trabajadores de su gremio, por ello fue considerado para ser regidor participando en la administración de 1980 a 1983 cuando las regidurías eran honorarias y el PRI llevaba a esos puestos a representantes del pueblo.

Cuando inicio mi carrera de profesor siempre frente a grupo decidí estar siempre al lado de los maestros revolucionarios militando en la CNTE (aun lo hago) empiezo mi labor allá en lo profundo de la barranca en el llamado triángulo dorado más cerca de Sinaloa que de Chihuahua, ahí conocí una realidad muy diferente, supe de las necesidades de la gente, del atraso en el que viven las comunidades indígenas y de cómo los cultivadores de amapola tenían que entrarle a los arreglos corruptos con un ejército represor para que les dejaran cultivar y obtener la goma que necesitaban los Estados Unidos de éste producto del cual sacan la morfina , allá coincidí con otros compañeros (maestros, misioneros y sacerdotes) que nuestros tiempos libres los dedicábamos a la lectura y a la discusión de libros de historia, teología, sociología y revoluciones, en aquellas latitudes nos encontramos con Marx, con Lenin, con Engels, con Frei Betto, con Rosa Luxemburgo, Adolfo Gilly, Sánchez Vázquez y el siempre afable RIUS, a través de la lectura nos apasionamos con la idea de la revolución armada, sobretodo cuando eres joven y lees “Pasajes de la Guerra Revolucionaria” o la “Guerra de Guerrillas” del Ché Guevara. En aquel tiempo en Nicaragua y en el Salvador se libraban luchas ejemplares contra el imperialismo, así pensando y actuando en consecuencia nos involucramos en las luchas comunitarias de los pueblos en los cuales laboramos a favor de los indígenas, de los colonos, de los campesinos y los obreros, nos afiliamos al PSUM, desde ahí con los ejemplos de los maestros Antonio Becerra, Luis Meza, Trini López, Martiniano Galaviz, líderes obreros y campesinos como Federico Piñón, Evaristo Hernández, Evaristo Rodríguez, el Lic. Jorge Carrera y muchos compañeros más nos sumamos a la lucha electoral, así pues, desde el verano caliente de 1986 hasta la elección federal del 2018, hemos participado en la lucha siempre a la izquierda.

Profesor Guerrero Rodríguez Villalobos