/ martes 7 de enero de 2020

La muerte; una verdad que tenemos que aceptar

LA MUERTE; UNA VERDAD QUE TEMEMOS QUE ACEPTAR

La muerte es la más grande de las incognitas, el misterio que la humanidad enfrenta desde el incio de sus tiempos. Cada quien la enfrenta, sufre o supera a su manera y cuando un ser querido se va nos hace recordar que tambien nos iremos algun día. En esta semana la reflexion en torno a ella fue inevitable con la partida de mi primo Humberto Gutiérrez Estrada. Son la esperanza y la conciencia actitudes para enfrentar la muerte.

La desolación ante la existencia efímera en este planeta es tambien parte del nacimiento de la esperanza. Sería desastroso vivir o morir sin esperanza. Pues ante los embates de cada día, injusticas, muerte, pobreza, enfermedades y la lista interminable de calamidades tenemos a la esperanza como un engranaje que sostiene y da fuerza. La podemos llevar más allá de la imaginacion y tocarla como una realidad en momentos de dolor y desesperación como los que provoca despedirnos de los que amamos.

Los pasos que ha dado la humanidad a través del tiempo, han sido sostenidos por la esperanza en Dios, en la humanidad, en la vida, en la eternidad, o en cualquier razón divina que motive. Nos ha sacado adelante en las peores adversidades, en las situaciones más adversas, nos ha dado la oportunidad de conquistar y conquistarnos.

Otro ideal es tener una muerte consciente. Debemos prepararnos para esa transición sin apegos materiales, emocionales ni sociales. Debemos estar dispuestos para volver a programar una nueva vida. Debemos morir en paz, que bueno si pudimos resolver nuestros conflictos, nuestras ataduras, nuestras deudas, pero si no, también debemos aprender a renacer, de cualquier forma, podemos buscar nuevos nacimientos como el ave fénix, que renace de las cenizas pero para eso tiene que morir. En ocasiones lo imposible se vuelve posible, desafiando al tiempo y al espacio, demostrando que podemos ser capaces de descubrir nuestra faceta infinita.

Tenemos la oportunidad de sacar de situaciones difíciles experiencias enriquecedoras. Dentro de lo negro existe un punto blanco y dentro de lo blanco existe un punto negro. La actitud que tomemos es más importante que las propias circunstancias. Como vivir las creencias es más importante que las propias creencias. El poder creativo de las palabras y pensamientos, abren paso a la conciencia. Cada día debemos ser más conscientes de lo que sentimos, decimos, hacemos, imaginamos y de lo que pensamos ante cualquier situación.

La muerte es una verdad que tenemos que aceptar y son la esperanza y la conciencia dos poderosas fuerzas para movernos en el camino de la muerte.









LA MUERTE; UNA VERDAD QUE TEMEMOS QUE ACEPTAR

La muerte es la más grande de las incognitas, el misterio que la humanidad enfrenta desde el incio de sus tiempos. Cada quien la enfrenta, sufre o supera a su manera y cuando un ser querido se va nos hace recordar que tambien nos iremos algun día. En esta semana la reflexion en torno a ella fue inevitable con la partida de mi primo Humberto Gutiérrez Estrada. Son la esperanza y la conciencia actitudes para enfrentar la muerte.

La desolación ante la existencia efímera en este planeta es tambien parte del nacimiento de la esperanza. Sería desastroso vivir o morir sin esperanza. Pues ante los embates de cada día, injusticas, muerte, pobreza, enfermedades y la lista interminable de calamidades tenemos a la esperanza como un engranaje que sostiene y da fuerza. La podemos llevar más allá de la imaginacion y tocarla como una realidad en momentos de dolor y desesperación como los que provoca despedirnos de los que amamos.

Los pasos que ha dado la humanidad a través del tiempo, han sido sostenidos por la esperanza en Dios, en la humanidad, en la vida, en la eternidad, o en cualquier razón divina que motive. Nos ha sacado adelante en las peores adversidades, en las situaciones más adversas, nos ha dado la oportunidad de conquistar y conquistarnos.

Otro ideal es tener una muerte consciente. Debemos prepararnos para esa transición sin apegos materiales, emocionales ni sociales. Debemos estar dispuestos para volver a programar una nueva vida. Debemos morir en paz, que bueno si pudimos resolver nuestros conflictos, nuestras ataduras, nuestras deudas, pero si no, también debemos aprender a renacer, de cualquier forma, podemos buscar nuevos nacimientos como el ave fénix, que renace de las cenizas pero para eso tiene que morir. En ocasiones lo imposible se vuelve posible, desafiando al tiempo y al espacio, demostrando que podemos ser capaces de descubrir nuestra faceta infinita.

Tenemos la oportunidad de sacar de situaciones difíciles experiencias enriquecedoras. Dentro de lo negro existe un punto blanco y dentro de lo blanco existe un punto negro. La actitud que tomemos es más importante que las propias circunstancias. Como vivir las creencias es más importante que las propias creencias. El poder creativo de las palabras y pensamientos, abren paso a la conciencia. Cada día debemos ser más conscientes de lo que sentimos, decimos, hacemos, imaginamos y de lo que pensamos ante cualquier situación.

La muerte es una verdad que tenemos que aceptar y son la esperanza y la conciencia dos poderosas fuerzas para movernos en el camino de la muerte.









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