/ domingo 19 de septiembre de 2021

Casa de oración, Pacto de Paz | Vivir sabiamente

“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Efesios 5:15)

Este versículo comienza con una declaración “Mirad, pues, con diligencia como andéis”. Esa es la cosa suprema, no a dónde caminas, sino cómo caminas. A dónde caminas es un problema relativamente simple, pero cómo estamos aplicando este principio en cada momento de la vida, eso es lo que es importante.

Podemos conducir de una ciudad a otra sin ningún problema sabiendo a donde queremos llegar. La carretera estaba bien marcada, sabemos a donde ir, y hay muy poco peligro de perdernos. Pero cómo conducir, ese es el problema que se repite constantemente: cómo relacionar los principios de la buena conducción a cada situación cambiante a lo largo de la carretera.

Observa a un hombre caminando sobre una cuerda floja, y no tiene ninguna preocupación sobre a dónde se espera que camine; la cuerda está ahí, pero el cómo es el problema.

Pero la verdad, el problema con que nos enfrentamos la mayoría de los seres humanos, es que nos encontramos demasiado ocupados, y muchas veces no tenemos tiempo ni siquiera de hacer lo que debemos de hacer. Constantemente sentimos la sensación de que necesitamos más tiempo, pero no lo hay, el día solo tiene 24 horas, y no hay manera alguna de poder hacer, ni el día, ni la vida más largos. Dice la letra de una antigua canción: “Sabe a virtud de conocer el tiempo” Dando a entender de saber hacer las cosas a tiempo. Y bien creo que estaremos de acuerdo en la brevedad de la existencia de la vida, y de allí saber aprovechar bien el tiempo.

Una gran verdad es que el tiempo no podemos acumularlo, no puedo guardar unos minutos de hoy para mañana. No lo podemos reemplazar, tampoco lo podemos regresar, más bien, debemos aprender a usarlo correctamente mientras pasa. Si no sabemos organizar sabiamente el tiempo, no podremos organizar el resto de nuestra vida.

La palabra de Dios nos habla muy sabiamente sobre el tiempo. Eclesiastés 3:1 dice “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”

Es decir, todo tiene su tiempo y su hora, debemos de aprender a conocer lo que es realmente importante y lo que es urgente. Muchas veces nos encontramos haciendo lo que es urgente, dejando de lado lo que realmente es importante. Y el Salmo 90:12 “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría”

En otras palabras, “sabe a virtud de conocer el tiempo” Es decir, Enséñanos, oh Dios, a hacer las cosas a tiempo. Esto no quiere decir que contemos a que día del mes, de la semana o del año nos encontramos, más bien, nos enseña que debemos vivir cada día con sabiduría, y no como necios, como lo enseña.

Esta es pues la exhortación del apóstol aquí: “Observa cuidadosamente cómo caminas sabiamente” Entonces continúa dándonos dos características de que consta el caminar correcta y sabiamente. Podemos reunirlas alrededor de dos maravillosas palabras que describen la vida cristiana. La primera es con entendimiento, y la segunda es sabiamente. Camina con entendimiento, y después, sabiamente. Al desarrollar esto, veremos cómo estas palabras describen lo que está diciendo: “Aprovechando bien el tiempo”

Ahora bien, eso está presentándonos un principio en el vivir práctico día a día. Lo que está diciendo aquí esencialmente es que, los días malos crean oportunidades, y por tanto, entendiendo esto, debemos aprovechar al máximo esas oportunidades que son creadas por los días malos. Hoy más que nunca podemos entender esto.

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo

Pastor / Estudios en Teología | J. Andrés Pimentel M.

“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Efesios 5:15)

Este versículo comienza con una declaración “Mirad, pues, con diligencia como andéis”. Esa es la cosa suprema, no a dónde caminas, sino cómo caminas. A dónde caminas es un problema relativamente simple, pero cómo estamos aplicando este principio en cada momento de la vida, eso es lo que es importante.

Podemos conducir de una ciudad a otra sin ningún problema sabiendo a donde queremos llegar. La carretera estaba bien marcada, sabemos a donde ir, y hay muy poco peligro de perdernos. Pero cómo conducir, ese es el problema que se repite constantemente: cómo relacionar los principios de la buena conducción a cada situación cambiante a lo largo de la carretera.

Observa a un hombre caminando sobre una cuerda floja, y no tiene ninguna preocupación sobre a dónde se espera que camine; la cuerda está ahí, pero el cómo es el problema.

Pero la verdad, el problema con que nos enfrentamos la mayoría de los seres humanos, es que nos encontramos demasiado ocupados, y muchas veces no tenemos tiempo ni siquiera de hacer lo que debemos de hacer. Constantemente sentimos la sensación de que necesitamos más tiempo, pero no lo hay, el día solo tiene 24 horas, y no hay manera alguna de poder hacer, ni el día, ni la vida más largos. Dice la letra de una antigua canción: “Sabe a virtud de conocer el tiempo” Dando a entender de saber hacer las cosas a tiempo. Y bien creo que estaremos de acuerdo en la brevedad de la existencia de la vida, y de allí saber aprovechar bien el tiempo.

Una gran verdad es que el tiempo no podemos acumularlo, no puedo guardar unos minutos de hoy para mañana. No lo podemos reemplazar, tampoco lo podemos regresar, más bien, debemos aprender a usarlo correctamente mientras pasa. Si no sabemos organizar sabiamente el tiempo, no podremos organizar el resto de nuestra vida.

La palabra de Dios nos habla muy sabiamente sobre el tiempo. Eclesiastés 3:1 dice “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”

Es decir, todo tiene su tiempo y su hora, debemos de aprender a conocer lo que es realmente importante y lo que es urgente. Muchas veces nos encontramos haciendo lo que es urgente, dejando de lado lo que realmente es importante. Y el Salmo 90:12 “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría”

En otras palabras, “sabe a virtud de conocer el tiempo” Es decir, Enséñanos, oh Dios, a hacer las cosas a tiempo. Esto no quiere decir que contemos a que día del mes, de la semana o del año nos encontramos, más bien, nos enseña que debemos vivir cada día con sabiduría, y no como necios, como lo enseña.

Esta es pues la exhortación del apóstol aquí: “Observa cuidadosamente cómo caminas sabiamente” Entonces continúa dándonos dos características de que consta el caminar correcta y sabiamente. Podemos reunirlas alrededor de dos maravillosas palabras que describen la vida cristiana. La primera es con entendimiento, y la segunda es sabiamente. Camina con entendimiento, y después, sabiamente. Al desarrollar esto, veremos cómo estas palabras describen lo que está diciendo: “Aprovechando bien el tiempo”

Ahora bien, eso está presentándonos un principio en el vivir práctico día a día. Lo que está diciendo aquí esencialmente es que, los días malos crean oportunidades, y por tanto, entendiendo esto, debemos aprovechar al máximo esas oportunidades que son creadas por los días malos. Hoy más que nunca podemos entender esto.

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo

Pastor / Estudios en Teología | J. Andrés Pimentel M.