/ domingo 9 de enero de 2022

Casa de Oración, Pacto de Paz | Define tu fe

El tiempo y sus sazones que nos toca vivir, requieren una fe firme. La fe es aquello que hace nos hace tener confianza de que la finalidad de lo esperado es real y no imaginario.

Muchas veces como seres naturales que somos, solemos decir que tenemos fe y confiamos, pero cuando se trata de dejar por fe las cosas a Dios, nos cuesta, y aún más nos volvemos incrédulos ante lo que Dios pueda hacer, es la fe que sacamos de la boca para fuera. Necesitamos la fe que nos hace sentir en el corazón tranquilo y confiados de que el Señor se encargara y todo estará bien, aunque por el momento parezca lo contrario, dice hebreos 11:1 "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve" Esto quiere decir que la fe es la certeza de lo que nosotros esperamos, es decir, que primero creemos y luego sucede, pero el ser humano en su interior suele decir primero veo y después creo, pues aquí Dios está hablando de que por la medida que tu creas, se cumple.

En pocas palabras, la fe es la convicción de ver con “los ojos espirituales” algo irreal o algo ilógico para muchos, más no así para el que cree. O tenemos o no tenemos fe, no hay un punto medio. No podemos dar lugar a la duda, sino decir que las promesas de Dios son sí, y solo sí.

Sin fe es imposible agradar a Dios. Hebreos 11: 6 "Pero sin fe es imposible agradar a Dios…”

La Fe es un ingrediente no solo necesario sino primordial en la vida del que desea agradar a Dios. Solo nuestra fe mueve la mano de Dios. La Fe siempre cree, y no tiene espacio para la duda.

La fe que agrada a Dios tiene plena seguridad y una firme convicción, segura esperanza y convencimiento total en que Dios lo hará. La fe se mueve en lo invisible, pero se manifiesta en lo natural, la incredulidad no tiene espacio para la fe.

Jesús tuvo que reprocharles a sus discípulos su falta de fe en las distintas oportunidades en que ellos manifestaban incredulidad o duda. ¿Cuántas veces a la semana, o quizás al día nos mostramos preocupados y atemorizados por diferentes problemas y necesidades? Dios nos recuerda en Romanos 10:17: "Así que la Fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios"

Entonces es esencial que dediquemos una parte de tiempo cada día recargando las baterías estudiando la Biblia y ocupándonos en los asuntos divinos, y esto no es solo tarea de pastores, sacerdotes, maestros o rabinos, es tarea y responsabilidad de todos, ya que cuando hacemos esto, nuestra fe aumenta, y cuando nuestra fe aumenta, somos más fuertes, cuando somos fortalecidos, podemos resistir las pruebas de la vida de una manera diferente a los que no tienen una fe firme.

La humanidad sufre muchas veces, porque ponemos la fe en donde no debemos. Equivocadamente ponemos la fe en personas que nos ofrecen ayuda y nos defraudan porque ofrecen y no pueden cumplir. Pero, si desde un principio nuestra confianza y fe se pone en Dios, Él cumplirá pues, Él no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepientan. Él es fiel y verdadero.

Este es el tiempo de empezar a creer, y saber que sin fe es imposible agradar a Dios y este es el día en que tomemos la decisión que determine nuestra victoria, nuestra fe. Así como los niños creen, así debemos creer, si somos capaces de creer como ellos, Dios puede hacer milagros maravillosos en nuestras vidas.

Deseo terminar la reflexión de hoy citando Gálatas 3:11: "Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la Fe vivirá"

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.


José Andrés Pimentel | Pastor

El tiempo y sus sazones que nos toca vivir, requieren una fe firme. La fe es aquello que hace nos hace tener confianza de que la finalidad de lo esperado es real y no imaginario.

Muchas veces como seres naturales que somos, solemos decir que tenemos fe y confiamos, pero cuando se trata de dejar por fe las cosas a Dios, nos cuesta, y aún más nos volvemos incrédulos ante lo que Dios pueda hacer, es la fe que sacamos de la boca para fuera. Necesitamos la fe que nos hace sentir en el corazón tranquilo y confiados de que el Señor se encargara y todo estará bien, aunque por el momento parezca lo contrario, dice hebreos 11:1 "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve" Esto quiere decir que la fe es la certeza de lo que nosotros esperamos, es decir, que primero creemos y luego sucede, pero el ser humano en su interior suele decir primero veo y después creo, pues aquí Dios está hablando de que por la medida que tu creas, se cumple.

En pocas palabras, la fe es la convicción de ver con “los ojos espirituales” algo irreal o algo ilógico para muchos, más no así para el que cree. O tenemos o no tenemos fe, no hay un punto medio. No podemos dar lugar a la duda, sino decir que las promesas de Dios son sí, y solo sí.

Sin fe es imposible agradar a Dios. Hebreos 11: 6 "Pero sin fe es imposible agradar a Dios…”

La Fe es un ingrediente no solo necesario sino primordial en la vida del que desea agradar a Dios. Solo nuestra fe mueve la mano de Dios. La Fe siempre cree, y no tiene espacio para la duda.

La fe que agrada a Dios tiene plena seguridad y una firme convicción, segura esperanza y convencimiento total en que Dios lo hará. La fe se mueve en lo invisible, pero se manifiesta en lo natural, la incredulidad no tiene espacio para la fe.

Jesús tuvo que reprocharles a sus discípulos su falta de fe en las distintas oportunidades en que ellos manifestaban incredulidad o duda. ¿Cuántas veces a la semana, o quizás al día nos mostramos preocupados y atemorizados por diferentes problemas y necesidades? Dios nos recuerda en Romanos 10:17: "Así que la Fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios"

Entonces es esencial que dediquemos una parte de tiempo cada día recargando las baterías estudiando la Biblia y ocupándonos en los asuntos divinos, y esto no es solo tarea de pastores, sacerdotes, maestros o rabinos, es tarea y responsabilidad de todos, ya que cuando hacemos esto, nuestra fe aumenta, y cuando nuestra fe aumenta, somos más fuertes, cuando somos fortalecidos, podemos resistir las pruebas de la vida de una manera diferente a los que no tienen una fe firme.

La humanidad sufre muchas veces, porque ponemos la fe en donde no debemos. Equivocadamente ponemos la fe en personas que nos ofrecen ayuda y nos defraudan porque ofrecen y no pueden cumplir. Pero, si desde un principio nuestra confianza y fe se pone en Dios, Él cumplirá pues, Él no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepientan. Él es fiel y verdadero.

Este es el tiempo de empezar a creer, y saber que sin fe es imposible agradar a Dios y este es el día en que tomemos la decisión que determine nuestra victoria, nuestra fe. Así como los niños creen, así debemos creer, si somos capaces de creer como ellos, Dios puede hacer milagros maravillosos en nuestras vidas.

Deseo terminar la reflexión de hoy citando Gálatas 3:11: "Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la Fe vivirá"

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.


José Andrés Pimentel | Pastor