/ miércoles 16 de enero de 2019

...Que me pongan donde hay

“Yo no pido que me den, sino que me pongan donde hay”. En el último año hemos presenciado una gran cantidad de sucesos que nos dan fe de la cruda realidad y escasa ética de muchos de nuestros servidores públicos. Recientemente, el saqueo desmedido de Pemex, empresa de todos los mexicanos, esto nos debería de hacer entender cómo nuestros gobiernos nos juegan el dedo en la boca una y otra vez.

López Obrador y su gobierno decidieron hacer algo para mejorar este atropello, solapado por los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, desde los altos y primeros niveles. Hay que prestar atención como se pretenden defender los involucrados en esta otra gran estafa maestra, haciendo literalmente pleito ratero, pretendiendo lucrar hasta con la escasez de combustible, manipulando a la misma población para presionar al actual gobierno federal, para que no se le mueva a este tema.

Me surgen varias preguntas: ¿Cómo justificar que la ley proteja y permita a Peña Nieto reservar 30 expedientes de huachicoleo por cinco años? ¿Cómo comunidades enteras han logrado vivir del saqueo o robo de combustible, sabrá por cuánto tiempo? ¿Cómo explican los altos ejecutivos de Pemex no conocer esta situación? ¿Dónde estaban o qué hacían las autoridades que fiscalizan? Si existen denuncias, ¿qué hizo nuestro Poder Judicial? ¿Los anteriores presidentes de la República fueron omisos por ser parte de este desfalco a la nación? ¿Qué papel juega Profepa y Semarnat ante los daños ecológicos y al medio ambiente? ¿En qué cuentas han parado tantos miles de millones de pesos robados? ¿Cómo es qué ante tal escasez de gasolina los precios no se disparan al alza si las condiciones de ese mercado se suponen cambiaron? ¿Por qué nuestras autoridades tratan con tanta lentitud y silencio estos temas y no se les demanda a los funcionarios de primer nivel?

Esperamos que en esta Administración pueda desaparecer el fuero a los servidores públicos de cualquier nivel, ya que esto les ha permitido abusar del poder y robar a manos llenas a presidentes, gobernadores, senadores, diputados, jueces, magistrados, entre muchos otros.

Sólo hay que encontrar la manera de enderezar la visión de instituciones como la suprema corte de justicia y otras que se niegan a aceptar que la patria es primero. Es evidente que el sistema político mexicano se encuentra en una severa crisis, la pregunta obligada es si meterán realmente a la cárcel a todos los involucrados en el robo de combustible, y si meterían a los que más robaron. Esperamos que los ahorros de López Obrador, su mayor eficacia del gasto del gobierno y la recuperación de recursos de PEMEX, se traduzcan en mejores y mayores proyectos que mejoren la competitividad de este noble país.

Ojalá que todo este cuento de “buenos y malos”, no termine de privatizar el sector energético, ya que poco se ha hablado de revertir la reforma energética y la liberación del precio de los combustibles, donde los gasolineros han incrementado considerablemente sus márgenes de ganancia. Esperemos se logren revertir contratos que privilegian intereses privados nacionales y extranjeros en una actividad económica que se presume beneficia a los mexicanos. Recuerdo como los diputados del distrito se cansaron de promover beneficios para los ciudadanos con la reforma energética, que no se ven por ningún lado, si usted tampoco lo ve, ¿cree que sea nuestro derecho demandar que se corrijan las malas decisiones? Si se pudo modificar la ley una vez, no lo podremos volver a hacer? ¿Conoce a algún funcionario que sólo buscó ser puesto donde hay qué se pueda robar?

“Yo no pido que me den, sino que me pongan donde hay”. En el último año hemos presenciado una gran cantidad de sucesos que nos dan fe de la cruda realidad y escasa ética de muchos de nuestros servidores públicos. Recientemente, el saqueo desmedido de Pemex, empresa de todos los mexicanos, esto nos debería de hacer entender cómo nuestros gobiernos nos juegan el dedo en la boca una y otra vez.

López Obrador y su gobierno decidieron hacer algo para mejorar este atropello, solapado por los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, desde los altos y primeros niveles. Hay que prestar atención como se pretenden defender los involucrados en esta otra gran estafa maestra, haciendo literalmente pleito ratero, pretendiendo lucrar hasta con la escasez de combustible, manipulando a la misma población para presionar al actual gobierno federal, para que no se le mueva a este tema.

Me surgen varias preguntas: ¿Cómo justificar que la ley proteja y permita a Peña Nieto reservar 30 expedientes de huachicoleo por cinco años? ¿Cómo comunidades enteras han logrado vivir del saqueo o robo de combustible, sabrá por cuánto tiempo? ¿Cómo explican los altos ejecutivos de Pemex no conocer esta situación? ¿Dónde estaban o qué hacían las autoridades que fiscalizan? Si existen denuncias, ¿qué hizo nuestro Poder Judicial? ¿Los anteriores presidentes de la República fueron omisos por ser parte de este desfalco a la nación? ¿Qué papel juega Profepa y Semarnat ante los daños ecológicos y al medio ambiente? ¿En qué cuentas han parado tantos miles de millones de pesos robados? ¿Cómo es qué ante tal escasez de gasolina los precios no se disparan al alza si las condiciones de ese mercado se suponen cambiaron? ¿Por qué nuestras autoridades tratan con tanta lentitud y silencio estos temas y no se les demanda a los funcionarios de primer nivel?

Esperamos que en esta Administración pueda desaparecer el fuero a los servidores públicos de cualquier nivel, ya que esto les ha permitido abusar del poder y robar a manos llenas a presidentes, gobernadores, senadores, diputados, jueces, magistrados, entre muchos otros.

Sólo hay que encontrar la manera de enderezar la visión de instituciones como la suprema corte de justicia y otras que se niegan a aceptar que la patria es primero. Es evidente que el sistema político mexicano se encuentra en una severa crisis, la pregunta obligada es si meterán realmente a la cárcel a todos los involucrados en el robo de combustible, y si meterían a los que más robaron. Esperamos que los ahorros de López Obrador, su mayor eficacia del gasto del gobierno y la recuperación de recursos de PEMEX, se traduzcan en mejores y mayores proyectos que mejoren la competitividad de este noble país.

Ojalá que todo este cuento de “buenos y malos”, no termine de privatizar el sector energético, ya que poco se ha hablado de revertir la reforma energética y la liberación del precio de los combustibles, donde los gasolineros han incrementado considerablemente sus márgenes de ganancia. Esperemos se logren revertir contratos que privilegian intereses privados nacionales y extranjeros en una actividad económica que se presume beneficia a los mexicanos. Recuerdo como los diputados del distrito se cansaron de promover beneficios para los ciudadanos con la reforma energética, que no se ven por ningún lado, si usted tampoco lo ve, ¿cree que sea nuestro derecho demandar que se corrijan las malas decisiones? Si se pudo modificar la ley una vez, no lo podremos volver a hacer? ¿Conoce a algún funcionario que sólo buscó ser puesto donde hay qué se pueda robar?

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