El hombre más pobre no se separaría de su salud a cambio de dinero, pero el hombre más rico daría con gusto toda su fortuna a cambio de la salud.
Charles Caleb Colton
Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido. Este dicho es bien cierto, cuando nos percatamos de que la salud es un hilo muy delgado que se puede romper. Todo nuestro cuerpo funciona de mil maravillas, está diseñado tan perfectamente, que los órganos, las estructuras, los sistemas, aparatos, forman un conjunto de maquinaria perfecta que nos permite disfrutar de la vida, trabajar, descansar, en fin.
Si buscamos en el diccionario la definición de salud, se dice que es: Estado en que un ser u organismo vivo no tiene ninguna lesión ni padece ninguna enfermedad y ejerce con normalidad todas sus funciones.
"La Organización Mundial de la Salud dice que la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social".
Es decir, la salud va más allá de sentirnos bien físicamente, sino mantener un equilibrio entre la mente, el cuerpo, el espíritu y las relaciones interpersonales.
No es de extrañarnos, que cuando sentimos cualquier malestar por mínimo que sea, nos percatamos de inmediato que algo nos incomoda, y que por lo tanto anteriormente todo funcionaba a la perfección.
Al mismo tiempo podemos distinguir que las enfermedades que nos atacan, pueden ser como la escala musical, todas son notas musicales, pero existe una gran diferencia entre ellas.
Y que va de la salud mental, cuando vivimos en la era en la que la depresión, la ansiedad y los trastornos psicológicos, son el pan nuestro de cada día.
Es entonces, que la salud, trastoca dimensiones insospechadas, ya no solo nos atacan la gripe y el resfrió, en temporada invernal, El estrés por las compras decembrinas, la presión por la cena de navidad y la ansiedad por no cubrir las expectativas sociales de la temporada, en fin; como sociedad nos hemos vuelto más vulnerables. Y aun cuando existen, vacunas para la neumonía, y padecimientos respiratorios, las inmunizaciones para prevenir la ansiedad, las taquicardias y los ataques de pánico, aún no se encuentran en el mercado.
En fin, disfrutar de la temporada Navideña, hoy más que nunca se convierte en un reto. Disfrute de las posadas, sin caer en los excesos. Ya que cualquier desajuste en la salud, repercute directamente en el bolsillo, y luego la salud financiera también debe ser considerada.
Vigilar la sanidad de las cuentas por pagar, en los meses venideros no nos caerá mal. Ya que la cuesta de enero, es un fenómeno recurrente, el cual experimentamos, ya que con el nuevo año, nos solo llegan los propósitos y los buenos deseos, también se presentan los aumentos en los precios de los artículos de uso común.
Por lo tanto, buscar la forma de cuidar de nuestra salud, nos permitirá disfrutar no solo de las fiestas venideras, sino de la vida.
Los invito a que me escriban a mi correo electrónico y soliciten algún tema que les gustaría que fuese tratado en este espacio, el cual es para compartir ideas y alimentar nuestras almas y mentes; en estos días en que las malas noticias abundan, y las tragedias son tema recurrente, ni que hablar de política y los eternos dimes y diretes. Siéntase con libertad de estrechar comunicación con sus servidoras.
Un abrazo
Ana Verónica Torres Licon
torres_anav@hotmail.com
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