/ lunes 28 de junio de 2021

Intrigas | Maestros de la manipulación

PRIMITIVO: ¡Ya se me hizo ir al supermercado!

SOLEDAD: Si. Ya dejan entrar a los niños.

PRIMITIVO: Me gusta ir al mandado con mis papas porque me compran muchas cosas. Íbamos por una sola cosa, y salimos con el carrito lleno.

PROFESOR PUEBLITO: Todos estamos siendo manipulados por los supermercados. Los compradores van en busca de 1 o 2 artículos y salen con un montón de cosas que ni siquiera planeaban comprar. Los supermercados son maestros en la manipulación.

LUPITA: ¡Que exagerado!

PROFESOR PUEBLINO: Desde la estructura de los pasillos, hasta la forma en que los productos están etiquetados. Todo está diseñado para obtener la mayor cantidad de dinero posible de los compradores. Cada característica de los supermercados está diseñada para atraernos, mantenernos ahí, y seducirnos para que gastemos dinero.

SOLEDAD: ¡Qué trágico!

PROFESOR PUEBLINO: Una vez que atraviesas la puerta, no puedes volver a salir; tienes que atravesar todo el edificio de vuelta para llegar a la puerta de salida…. En el camino te topas con un montón de alimentos llamativos, frutas y verduras frescas y otras cosas que te darán hambre… Lo que uno más necesita, como productos lácteos y alimentos congelados, suelen estar en la parte trasera de la tienda obligándole a atravesar pasillos y pasillos de tentaciones, hasta llegar a lo que realmente fuiste a buscar… La panadería suele estar a un costado, donde si o si, hueles aroma de galletas y pan, lo cual te hace sentirte aún más hambriento…

MORAIMA: ¡Ya me dio hambre!

PROFESOR PUEBLINO: Una de las maneras en que los supermercados te mantienen de aquí para allá es mediante el encantador olor de los productos horneados.

MANUELITO: ¡Huy! ¡Qué rico!

PANCRACIO: Y ahí mismo lo cocinan ¿Verdad?

PROFESOR PUEBLINO: Es difícil identificar qué productos son hechos de cero y cuáles no. La gran mayoría de los artículos de la panadería del supermercado vienen congelados o provienen de una mezcla en polvo. Los bollos artesanales, bagels, baguettes, daneses, strules, pastel de manzana, coissants, galletas tiramisú, y muchas de esas delicias son entregadas a la tienda en un camión congelador. A veces se calientan para terminar de hornearlas, y luego se ponen en el mostrador para que emanen ese olor encantador a recién horneado. La mayoría de las tortas, pasteles natilla, tortas de maíz, y magdalenas, vienen en una mezcla preparada… Todo es una farsa.

TODOS: ¡Aahaa!

INDALECIO: Yo por eso compro todo “orgánico”.

PROFESOR PUEBLINO: Tal vez la mayor estafa de todas es etiquetar los productos y artículos como “orgánicos” y “de granja”. Lamento decirte que esta etiqueta es a menudo una mentira. Y ciertamente, no vale la pena el precio extra que pagas por ellos. La gente quiere artículos orgánicos porque están libres de pesticidas y químicos dañinos, pero no hay manera de saber si algo es realmente orgánico o no con sólo mirarlo. Es extremadamente difícil saber si los artículos son verdaderamente orgánicos sin un examen científico. Y las posibilidades de que nos estén engañando son altas.

INDALECIO: Ni una mejor salud, ni un mayor respeto por el medio ambiente.

MORAIMA: Ya no podemos confiar en nada ¡Malaya!

PROFESOR PUEBLINO: Para ser un consumidor inteligente debes estar cociente de tu entorno y el hecho de que los mismísimos estantes pueden estar manipulándote. Incluso, los clientes más obstinados se dejan llevar por el mal camino y terminan pagando más de lo que habían planeado.

TODOS: Porque son ¡Los maestros de la manipulación!

PRIMITIVO: ¡Ya se me hizo ir al supermercado!

SOLEDAD: Si. Ya dejan entrar a los niños.

PRIMITIVO: Me gusta ir al mandado con mis papas porque me compran muchas cosas. Íbamos por una sola cosa, y salimos con el carrito lleno.

PROFESOR PUEBLITO: Todos estamos siendo manipulados por los supermercados. Los compradores van en busca de 1 o 2 artículos y salen con un montón de cosas que ni siquiera planeaban comprar. Los supermercados son maestros en la manipulación.

LUPITA: ¡Que exagerado!

PROFESOR PUEBLINO: Desde la estructura de los pasillos, hasta la forma en que los productos están etiquetados. Todo está diseñado para obtener la mayor cantidad de dinero posible de los compradores. Cada característica de los supermercados está diseñada para atraernos, mantenernos ahí, y seducirnos para que gastemos dinero.

SOLEDAD: ¡Qué trágico!

PROFESOR PUEBLINO: Una vez que atraviesas la puerta, no puedes volver a salir; tienes que atravesar todo el edificio de vuelta para llegar a la puerta de salida…. En el camino te topas con un montón de alimentos llamativos, frutas y verduras frescas y otras cosas que te darán hambre… Lo que uno más necesita, como productos lácteos y alimentos congelados, suelen estar en la parte trasera de la tienda obligándole a atravesar pasillos y pasillos de tentaciones, hasta llegar a lo que realmente fuiste a buscar… La panadería suele estar a un costado, donde si o si, hueles aroma de galletas y pan, lo cual te hace sentirte aún más hambriento…

MORAIMA: ¡Ya me dio hambre!

PROFESOR PUEBLINO: Una de las maneras en que los supermercados te mantienen de aquí para allá es mediante el encantador olor de los productos horneados.

MANUELITO: ¡Huy! ¡Qué rico!

PANCRACIO: Y ahí mismo lo cocinan ¿Verdad?

PROFESOR PUEBLINO: Es difícil identificar qué productos son hechos de cero y cuáles no. La gran mayoría de los artículos de la panadería del supermercado vienen congelados o provienen de una mezcla en polvo. Los bollos artesanales, bagels, baguettes, daneses, strules, pastel de manzana, coissants, galletas tiramisú, y muchas de esas delicias son entregadas a la tienda en un camión congelador. A veces se calientan para terminar de hornearlas, y luego se ponen en el mostrador para que emanen ese olor encantador a recién horneado. La mayoría de las tortas, pasteles natilla, tortas de maíz, y magdalenas, vienen en una mezcla preparada… Todo es una farsa.

TODOS: ¡Aahaa!

INDALECIO: Yo por eso compro todo “orgánico”.

PROFESOR PUEBLINO: Tal vez la mayor estafa de todas es etiquetar los productos y artículos como “orgánicos” y “de granja”. Lamento decirte que esta etiqueta es a menudo una mentira. Y ciertamente, no vale la pena el precio extra que pagas por ellos. La gente quiere artículos orgánicos porque están libres de pesticidas y químicos dañinos, pero no hay manera de saber si algo es realmente orgánico o no con sólo mirarlo. Es extremadamente difícil saber si los artículos son verdaderamente orgánicos sin un examen científico. Y las posibilidades de que nos estén engañando son altas.

INDALECIO: Ni una mejor salud, ni un mayor respeto por el medio ambiente.

MORAIMA: Ya no podemos confiar en nada ¡Malaya!

PROFESOR PUEBLINO: Para ser un consumidor inteligente debes estar cociente de tu entorno y el hecho de que los mismísimos estantes pueden estar manipulándote. Incluso, los clientes más obstinados se dejan llevar por el mal camino y terminan pagando más de lo que habían planeado.

TODOS: Porque son ¡Los maestros de la manipulación!