/ martes 2 de agosto de 2022

Idealismo en una Realidad | Morena es el antiguo PRI

Al igual que en los tiempos del hegemónico Pri, en los procedimientos vistos el domingo pasado, para nombrar a los consejeros de Morena, prevaleció el acarreo, la compra de votos, las movilizaciones forzadas de ciudadanos, donde hasta nuestros hermanos indígenas, que no sabían a qué eran conducidos, fueron traídos desde la madrugada, por diferentes medios, desde lugares lejanos y obligados a votar por personas que ni conocían, por todo lo cual hicieron un gran despliegue de recursos humanos y económicos, para con ello ir conformando una estructura de organización que ni siquiera poseen, pues es Morena un partido político desposeído además de doctrina ideológica y estatutos claros, que nació al amparo de un populista.

Morena como partido político llegó al poder por un acuerdo de su mesías con el Pri, convenido con el entonces Presidente Enrique Peña Nieto, que negoció con AMLO los votos del Pri para ayudarlo a llegar a la Presidencia de la República, a cambio de impunidad y de que se respetara su figura y eximirlo de cualquier acusación por corrupción y malas acciones de gobierno y de no iniciarle alguna investigación, quedando en entredicho el propio Amlo, ya que desde un inicio de su candidatura había anunciado que iría tras de quienes saquearon y destruyeron a México y que lo pagarían con cárcel, cosa que hasta este momento no ha sucedido.

Regresó el pasado. Regresó el viejo sistema-pri, porque los que está sucediendo en Morena, con sus burdas prácticas disfrazadas de democracia, es la evidencia clara de esto; donde su máximo líder ha venido dilapidando los recursos del país en muchos programas asistencialistas, para con ello seguir fortaleciendo su populismo a través de la repartición de recursos que le permita, ya no sólo mantenerse en el poder, sino para seguir decidiendo el rumbo del país con sus ideas regresivas, autoritarias y con la gran ignorancia y falta de capacidad que lo caracterizan.

La corrupción en Morena y en sus gobiernos continúa. Como el gran ejemplo se tienen las obras que por capricho ha emprendido Amlo y que han resultado un fracaso, como el aeropuerto Felipe Ángeles, con su gran falta de funcionalidad, la Refinería Dos Bocas, de la que sólo fueron inauguradas las oficinas y sigue sin iniciar operaciones, y la más grande terquedad con la obra del Tren Maya, que ha afectado parte de la Selva Maya, la cual forma parte del mayor continuo del bosque tropical húmedo de Mesoamérica y cuya contribución a la estabilidad del clima es fundamental, así como los acuíferos subterráneos en el estado de Yucatán.

La falta de principios sólidos y universales y de estatutos firmes, inamovibles, porque los acomodan a su antojo para sacar los procesos que quieren y como los quieren, llevan a Morena por un rumbo indefinido, sin una visión clara de país, sin una verdadera democracia interna y con muchas tribus que se acomodan y se pelean por obtener los privilegios del poder.

Lamentable que esta agrupación, que dirige un político sin escrúpulos, sin visión de estadista, sin elevados valores en su actuar, antidemocrático y con la mentalidad de los líderes populistas de América del Sur, siga siendo una agrupación de miembros de diferentes ideologías que van y vienen, con intereses muy particulares que queriendo hacer política, terminan haciendo un circo donde predomina la lucha del poder por el poder mismo.

Por todo esto, Morena es el antiguo PRI.


José Félix Bueno | Político, Activista social

Al igual que en los tiempos del hegemónico Pri, en los procedimientos vistos el domingo pasado, para nombrar a los consejeros de Morena, prevaleció el acarreo, la compra de votos, las movilizaciones forzadas de ciudadanos, donde hasta nuestros hermanos indígenas, que no sabían a qué eran conducidos, fueron traídos desde la madrugada, por diferentes medios, desde lugares lejanos y obligados a votar por personas que ni conocían, por todo lo cual hicieron un gran despliegue de recursos humanos y económicos, para con ello ir conformando una estructura de organización que ni siquiera poseen, pues es Morena un partido político desposeído además de doctrina ideológica y estatutos claros, que nació al amparo de un populista.

Morena como partido político llegó al poder por un acuerdo de su mesías con el Pri, convenido con el entonces Presidente Enrique Peña Nieto, que negoció con AMLO los votos del Pri para ayudarlo a llegar a la Presidencia de la República, a cambio de impunidad y de que se respetara su figura y eximirlo de cualquier acusación por corrupción y malas acciones de gobierno y de no iniciarle alguna investigación, quedando en entredicho el propio Amlo, ya que desde un inicio de su candidatura había anunciado que iría tras de quienes saquearon y destruyeron a México y que lo pagarían con cárcel, cosa que hasta este momento no ha sucedido.

Regresó el pasado. Regresó el viejo sistema-pri, porque los que está sucediendo en Morena, con sus burdas prácticas disfrazadas de democracia, es la evidencia clara de esto; donde su máximo líder ha venido dilapidando los recursos del país en muchos programas asistencialistas, para con ello seguir fortaleciendo su populismo a través de la repartición de recursos que le permita, ya no sólo mantenerse en el poder, sino para seguir decidiendo el rumbo del país con sus ideas regresivas, autoritarias y con la gran ignorancia y falta de capacidad que lo caracterizan.

La corrupción en Morena y en sus gobiernos continúa. Como el gran ejemplo se tienen las obras que por capricho ha emprendido Amlo y que han resultado un fracaso, como el aeropuerto Felipe Ángeles, con su gran falta de funcionalidad, la Refinería Dos Bocas, de la que sólo fueron inauguradas las oficinas y sigue sin iniciar operaciones, y la más grande terquedad con la obra del Tren Maya, que ha afectado parte de la Selva Maya, la cual forma parte del mayor continuo del bosque tropical húmedo de Mesoamérica y cuya contribución a la estabilidad del clima es fundamental, así como los acuíferos subterráneos en el estado de Yucatán.

La falta de principios sólidos y universales y de estatutos firmes, inamovibles, porque los acomodan a su antojo para sacar los procesos que quieren y como los quieren, llevan a Morena por un rumbo indefinido, sin una visión clara de país, sin una verdadera democracia interna y con muchas tribus que se acomodan y se pelean por obtener los privilegios del poder.

Lamentable que esta agrupación, que dirige un político sin escrúpulos, sin visión de estadista, sin elevados valores en su actuar, antidemocrático y con la mentalidad de los líderes populistas de América del Sur, siga siendo una agrupación de miembros de diferentes ideologías que van y vienen, con intereses muy particulares que queriendo hacer política, terminan haciendo un circo donde predomina la lucha del poder por el poder mismo.

Por todo esto, Morena es el antiguo PRI.


José Félix Bueno | Político, Activista social