/ miércoles 2 de agosto de 2023

Idealismo en una Realidad | La Magia y los encantos de Parral

Parte II

Continuando con la magia y los encantos de los edificios coloniales de nuestro querido Parral, un edificio emblemático que data de principios del siglo XX, localizado a la entrada de la Colonia Talleres, por el rumbo de la calle Ojinaga, y que actualmente luce abandonado y sucio, se le identifica como Cuartel de Villa; de acuerdo a la historia sabemos que originalmente albergó una fábrica de calzado propiedad de comerciantes españoles llegados a esta región, y que en la época de la Revolución Mexicana fue tomada por el Gral. Villa como cuartel de heridos tras la histórica toma de Torreón. Si alguna autoridad en el futuro se decidiera a su restauración, podría ser utilizado como museo de mina o centro cultural.

Otros dos hermosos edificios, edificados como templos y ahora considerados capellanías, son el Templo de San Juan de Dios y Templo de San Nicolás. La primera de éstas, es una de las edificaciones más antiguas de nuestra ciudad, que data del año de 1687, que contiene en su altar una joya de retablo y que alberga además en su interior un museo sacro de importante valor.

Por su parte, el templo de San Nicolás, muy bien cuidado también por tener la atención de los templos mayores a los que pertenece, representa una hermosa joya que contribuye a la imagen colonial que aún perdura en nuestra ciudad y que contribuye a este entorno mágico.

Destaca también otra pequeña edificación, como capilla dedicada a la Virgen de Fátima de Portugal, localizada en el barrio del mismo nombre, cuya construcción fue dirigida por el Padre Agustín Pelayo, tratándose de una construcción religiosa con un estilo rústico único, a base de piedra caliza y que en su interior contiene material de piedra tosca y troncos de encino. Sus muros contienen piedritas de las minas y los candelabros hechos de troncos de encino cuelgan de sogas. Su construcción coincide en época con otro emblemático edificio religioso, como lo es el original Santuario de Guadalupe, hoy transformada en monumental edificación y erigida como Catedral de la Diócesis de Parral.

Nuestra hermosa Catedral, que consta de dos torres simétricas que arropan la imagen de la Virgen de Guadalupe y su histórica aparición en territorio mexicano, hoy representa uno de los principales símbolos de nuestra ciudad. Fue inicialmente construida en 1680 como una capilla de uso particular de Francisco Montaño de la Cueva, que al pasar por varios herederos, en el año de 1717 fue vendida al presbítero Manuel de Neura, quien se desempeñó por décadas como procurador de su levantamiento como Santuario para el fervor Guadalupano.

Con el paso del tiempo, para el año de 1902, se tomó la decisión de construir una nueva edificación, derribando gran parte de su construcción original, manteniendo su orientación hacia la hoy Plazuela Guadalupe Victoria y auspiciada, según la historia, por el benefactor Pedro de Alvarado. Posteriormente, para el año de 1937 se le da la categoría de Parroquia debido al crecimiento de la población, y se toma la decisión de dar inicio a una nueva construcción, también dirigida por el Padre Agustín Pelayo B., principal ejecutor de esta nueva obra, y que fue concluida, de acuerdo a los archivos históricos, en el año de 1959. Desde entonces seguimos disfrutando su hermoso e imponente diseño exterior, así como sus detalles interiores adornados con hermosos vitrales guadalupanos y algunos otros que cuentan la historia del descubrimiento de América y la conquista de México.

Parral, testigo de una historia rica en historia y joyas arquitectónicas, nuestro orgullo.

José Félix Bueno | Político y Activista social

Parte II

Continuando con la magia y los encantos de los edificios coloniales de nuestro querido Parral, un edificio emblemático que data de principios del siglo XX, localizado a la entrada de la Colonia Talleres, por el rumbo de la calle Ojinaga, y que actualmente luce abandonado y sucio, se le identifica como Cuartel de Villa; de acuerdo a la historia sabemos que originalmente albergó una fábrica de calzado propiedad de comerciantes españoles llegados a esta región, y que en la época de la Revolución Mexicana fue tomada por el Gral. Villa como cuartel de heridos tras la histórica toma de Torreón. Si alguna autoridad en el futuro se decidiera a su restauración, podría ser utilizado como museo de mina o centro cultural.

Otros dos hermosos edificios, edificados como templos y ahora considerados capellanías, son el Templo de San Juan de Dios y Templo de San Nicolás. La primera de éstas, es una de las edificaciones más antiguas de nuestra ciudad, que data del año de 1687, que contiene en su altar una joya de retablo y que alberga además en su interior un museo sacro de importante valor.

Por su parte, el templo de San Nicolás, muy bien cuidado también por tener la atención de los templos mayores a los que pertenece, representa una hermosa joya que contribuye a la imagen colonial que aún perdura en nuestra ciudad y que contribuye a este entorno mágico.

Destaca también otra pequeña edificación, como capilla dedicada a la Virgen de Fátima de Portugal, localizada en el barrio del mismo nombre, cuya construcción fue dirigida por el Padre Agustín Pelayo, tratándose de una construcción religiosa con un estilo rústico único, a base de piedra caliza y que en su interior contiene material de piedra tosca y troncos de encino. Sus muros contienen piedritas de las minas y los candelabros hechos de troncos de encino cuelgan de sogas. Su construcción coincide en época con otro emblemático edificio religioso, como lo es el original Santuario de Guadalupe, hoy transformada en monumental edificación y erigida como Catedral de la Diócesis de Parral.

Nuestra hermosa Catedral, que consta de dos torres simétricas que arropan la imagen de la Virgen de Guadalupe y su histórica aparición en territorio mexicano, hoy representa uno de los principales símbolos de nuestra ciudad. Fue inicialmente construida en 1680 como una capilla de uso particular de Francisco Montaño de la Cueva, que al pasar por varios herederos, en el año de 1717 fue vendida al presbítero Manuel de Neura, quien se desempeñó por décadas como procurador de su levantamiento como Santuario para el fervor Guadalupano.

Con el paso del tiempo, para el año de 1902, se tomó la decisión de construir una nueva edificación, derribando gran parte de su construcción original, manteniendo su orientación hacia la hoy Plazuela Guadalupe Victoria y auspiciada, según la historia, por el benefactor Pedro de Alvarado. Posteriormente, para el año de 1937 se le da la categoría de Parroquia debido al crecimiento de la población, y se toma la decisión de dar inicio a una nueva construcción, también dirigida por el Padre Agustín Pelayo B., principal ejecutor de esta nueva obra, y que fue concluida, de acuerdo a los archivos históricos, en el año de 1959. Desde entonces seguimos disfrutando su hermoso e imponente diseño exterior, así como sus detalles interiores adornados con hermosos vitrales guadalupanos y algunos otros que cuentan la historia del descubrimiento de América y la conquista de México.

Parral, testigo de una historia rica en historia y joyas arquitectónicas, nuestro orgullo.

José Félix Bueno | Político y Activista social