Hoy deseo iniciar la reflexión trayendo a la memoria Hageo 1:7 “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos”.
En este pasaje se le habla a un pueblo que está pasando por una situación complicada. Dice que Dios quiere que revisen sus acciones pasadas y presentes. Nuestra vida agitada nos impide detenernos y meditar sobre lo que hemos hecho. Es difícil tener un tiempo de paz para cerrar los ojos y ver nuestra vida en retrospectiva como en una película. Creo que sería muy bueno hacerlo. Podemos cerrar los ojos y evocar las imágenes de los eventos que nos han sucedido. Piense por un momento cómo ha sido su camino hasta el día de hoy. Si se evaluaran, ¿Cuál sería el resultado? ¿Cómo definiría su camino hasta este momento? ¿La balanza se inclinaría hacia una vida exitosa con algunos fracasos, una vida fracasada con algunos éxitos o término medio? En Hageo 1:5-6 dice: “Así dice ahora el Señor todo poderoso: Reflexionar sobre vuestro proceder, sembráis mucho y recogéis poco, coméis pero no quedáis satisfechos, bebéis pero no a saciaros, os vestís pero no lográis abrigaros, y al jornalero se le va su salario como en un saco roto”. Muchas personas sienten que trabajan más y su salario alcanza para menos, también sienten que se esfuerzan pero no prosperan y no obtienen los resultados esperados según el empeño que ha puesto. Algunos le han hablado a Dios y piensas que no les responde, pero realmente no es así, nuestro Señor es bueno y quiere bendecirnos. La cuestión es comprender que hay diferencia entre “esforzarse y no alcanzar” y “esforzarse, alcanzar y no tener”. Hay personas que reciben bendición y provisión pero al final parece que la guardaron en saco roto y no tienen nada. Quizá dicen: “Dios me dio esto o lo otro, pero me di cuenta que no era lo que esperaba”. Estas personas buscan pero no encuentran, siembran y no cosechan suficiente, trabajan y no producen lo que esperan. Es como si todo lo echaran en saco roto, pues jamás les es suficiente, o bien, nunca están satisfechas con nada. Nada les es suficiente y por tanto viven vidas desesperadas, afanadas y alejadas del propósito de Dios para sus vidas. Por lo tanto parece que todo lo echan en un saco sin fondo, y nada es suficiente. La pregunta ahora es ¿Qué hacer? La palabra de Dios dice en Mateo 6.33: “Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. El problema es las personas buscan “las añadiduras” primero y dejan para después EL REINO DE DIOS. Buscar el Reino de Dios implica buscar al Rey del reino, encontrarlo, vivir y caminar con Él de acuerdo a su voluntad y su propósito. La fe es la llave que nos conduce a una buena relación con Dios. En Marcos 9:23 nos recuerda: “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible”. La fe viene cuando mantenemos una relación correcta y directa con Dios para recibir instrucciones y obedécelas. Obedecer es detener aquel proyecto en el que estás trabajando porque Dios te dice que no conviene, o al contrario, arriesgarte a emprender aquello, Dios te motiva a hacer aunque humanamente parezca imposible lograr. Obedecer es, en pocas palabras, conocer la voluntad de Dios para su vida y caminar en ello. Es conocer su palabra y caminar en ella. En 1 Samuel 15:22 dice: “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros”. Si cumplimos con esto, estoy convencido que Dios nos verá con agrado y manifestará Su Gloria en nuestras vidas. Así que creo que lo mejor es empezar a caminar en obediencia, viendo únicamente hacia Dios. De esa forma, evitaremos que la provisión caiga en saco roto. Estimado lector, créale a Dios y entrégale su vida, reconcíliese con Él y declárelo como su único Señor y proveedor. En otras palabras, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.