/ sábado 23 de febrero de 2019

Fe y Obediencia

Hoy deseo iniciar la reflexión trayendo a la memoria Hageo 1:7 “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos”.

En este pasaje se le habla a un pue­blo que está pasando por una si­tuación complicada. Dice que Dios quiere que revisen sus accio­nes pasadas y presentes. Nuestra vida agitada nos impide detener­nos y meditar sobre lo que hemos hecho. Es difícil tener un tiempo de paz para cerrar los ojos y ver nuestra vida en retrospectiva como en una película. Creo que sería muy bueno ha­cerlo. Podemos cerrar los ojos y evocar las imágenes de los eventos que nos han sucedido. Piense por un momento cómo ha sido su ca­mino hasta el día de hoy. Si se evaluaran, ¿Cuál sería el resultado? ¿Cómo definiría su camino hasta este momento? ¿La balanza se inclinaría hacia una vida exitosa con algunos fracasos, una vida fracasada con algunos éxitos o térmi­no medio? En Hageo 1:5-6 dice: “Así dice ahora el Señor todo poderoso: Reflexionar sobre vues­tro proceder, sembráis mucho y recogéis poco, coméis pero no quedáis satisfechos, bebéis pero no a saciaros, os vestís pero no lográis abrigaros, y al jornalero se le va su salario como en un saco roto”. Muchas personas sienten que trabajan más y su salario alcanza para menos, también sienten que se esfuerzan pero no prosperan y no obtienen los resultados esperados según el empeño que ha puesto. Algunos le han hablado a Dios y piensas que no les responde, pero real­mente no es así, nuestro Señor es bueno y quie­re bendecirnos. La cuestión es comprender que hay diferencia entre “esforzarse y no alcanzar” y “esforzarse, alcanzar y no tener”. Hay perso­nas que reciben bendición y provisión pero al final parece que la guardaron en saco roto y no tienen nada. Quizá dicen: “Dios me dio esto o lo otro, pero me di cuenta que no era lo que es­peraba”. Estas personas buscan pero no en­cuentran, siembran y no cosechan suficiente, trabajan y no producen lo que esperan. Es como si todo lo echaran en saco roto, pues jamás les es suficiente, o bien, nunca están satisfechas con nada. Nada les es suficiente y por tanto vi­ven vidas desesperadas, afanadas y alejadas del propósito de Dios para sus vidas. Por lo tanto parece que todo lo echan en un saco sin fondo, y nada es suficiente. La pregunta ahora es ¿Qué hacer? La palabra de Dios dice en Mateo 6.33: “Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadi­das”. El problema es las personas buscan “las añadiduras” primero y dejan para después EL REINO DE DIOS. Buscar el Reino de Dios im­plica buscar al Rey del reino, encontrarlo, vivir y caminar con Él de acuerdo a su voluntad y su propósito. La fe es la llave que nos conduce a una buena relación con Dios. En Marcos 9:23 nos recuerda: “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible”. La fe viene cuando mantenemos una relación correcta y directa con Dios para recibir instrucciones y obedéce­las. Obedecer es detener aquel proyecto en el que estás trabajando porque Dios te dice que no conviene, o al contrario, arriesgarte a em­prender aquello, Dios te motiva a hacer aunque humanamente parezca imposible lograr. Obe­decer es, en pocas palabras, conocer la voluntad de Dios para su vida y caminar en ello. Es co­nocer su palabra y caminar en ella. En 1 Samuel 15:22 dice: “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Cier­tamente el obedecer es mejor que los sacrifi­cios, y el prestar atención que la grosura de los carneros”. Si cumplimos con esto, estoy con­vencido que Dios nos verá con agrado y mani­festará Su Gloria en nuestras vidas. Así que creo que lo mejor es empezar a caminar en obedien­cia, viendo únicamente hacia Dios. De esa for­ma, evitaremos que la provisión caiga en saco roto. Estimado lector, créale a Dios y entrégale su vida, reconcíliese con Él y declárelo como su único Señor y proveedor. En otras palabras, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.

Hoy deseo iniciar la reflexión trayendo a la memoria Hageo 1:7 “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos”.

En este pasaje se le habla a un pue­blo que está pasando por una si­tuación complicada. Dice que Dios quiere que revisen sus accio­nes pasadas y presentes. Nuestra vida agitada nos impide detener­nos y meditar sobre lo que hemos hecho. Es difícil tener un tiempo de paz para cerrar los ojos y ver nuestra vida en retrospectiva como en una película. Creo que sería muy bueno ha­cerlo. Podemos cerrar los ojos y evocar las imágenes de los eventos que nos han sucedido. Piense por un momento cómo ha sido su ca­mino hasta el día de hoy. Si se evaluaran, ¿Cuál sería el resultado? ¿Cómo definiría su camino hasta este momento? ¿La balanza se inclinaría hacia una vida exitosa con algunos fracasos, una vida fracasada con algunos éxitos o térmi­no medio? En Hageo 1:5-6 dice: “Así dice ahora el Señor todo poderoso: Reflexionar sobre vues­tro proceder, sembráis mucho y recogéis poco, coméis pero no quedáis satisfechos, bebéis pero no a saciaros, os vestís pero no lográis abrigaros, y al jornalero se le va su salario como en un saco roto”. Muchas personas sienten que trabajan más y su salario alcanza para menos, también sienten que se esfuerzan pero no prosperan y no obtienen los resultados esperados según el empeño que ha puesto. Algunos le han hablado a Dios y piensas que no les responde, pero real­mente no es así, nuestro Señor es bueno y quie­re bendecirnos. La cuestión es comprender que hay diferencia entre “esforzarse y no alcanzar” y “esforzarse, alcanzar y no tener”. Hay perso­nas que reciben bendición y provisión pero al final parece que la guardaron en saco roto y no tienen nada. Quizá dicen: “Dios me dio esto o lo otro, pero me di cuenta que no era lo que es­peraba”. Estas personas buscan pero no en­cuentran, siembran y no cosechan suficiente, trabajan y no producen lo que esperan. Es como si todo lo echaran en saco roto, pues jamás les es suficiente, o bien, nunca están satisfechas con nada. Nada les es suficiente y por tanto vi­ven vidas desesperadas, afanadas y alejadas del propósito de Dios para sus vidas. Por lo tanto parece que todo lo echan en un saco sin fondo, y nada es suficiente. La pregunta ahora es ¿Qué hacer? La palabra de Dios dice en Mateo 6.33: “Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadi­das”. El problema es las personas buscan “las añadiduras” primero y dejan para después EL REINO DE DIOS. Buscar el Reino de Dios im­plica buscar al Rey del reino, encontrarlo, vivir y caminar con Él de acuerdo a su voluntad y su propósito. La fe es la llave que nos conduce a una buena relación con Dios. En Marcos 9:23 nos recuerda: “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible”. La fe viene cuando mantenemos una relación correcta y directa con Dios para recibir instrucciones y obedéce­las. Obedecer es detener aquel proyecto en el que estás trabajando porque Dios te dice que no conviene, o al contrario, arriesgarte a em­prender aquello, Dios te motiva a hacer aunque humanamente parezca imposible lograr. Obe­decer es, en pocas palabras, conocer la voluntad de Dios para su vida y caminar en ello. Es co­nocer su palabra y caminar en ella. En 1 Samuel 15:22 dice: “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Cier­tamente el obedecer es mejor que los sacrifi­cios, y el prestar atención que la grosura de los carneros”. Si cumplimos con esto, estoy con­vencido que Dios nos verá con agrado y mani­festará Su Gloria en nuestras vidas. Así que creo que lo mejor es empezar a caminar en obedien­cia, viendo únicamente hacia Dios. De esa for­ma, evitaremos que la provisión caiga en saco roto. Estimado lector, créale a Dios y entrégale su vida, reconcíliese con Él y declárelo como su único Señor y proveedor. En otras palabras, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.