El pasado 25 de mayo se giró orden de medida cautelar a la Secretaría de Educación Pública (SEP) y a la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) en que se concedió la suspensión definitiva a Unión Nacional de Padres de Familia, asociación civil.
Con ello se condicionó la impresión y distribución de los Libros de Texto Gratuitos y ordenó que la SEP y Conaliteg verificaran que concuerden los planes de estudio y garantizaran la intervención de los gobiernos estatales y de los especialistas. En ese entonces cuando se concedió la suspensión definitiva, se señaló que si no se revisan los programas educativos y se verifica el contenido de los libros, se frena la impresión para garantizar el interés superior de la infancia.
Dentro de la Ley General de Educación se indica que para que queden aprobados los contenidos de los libros de texto gratuitos, así como sus modificaciones, los planes y programas de estudio del siguiente ciclo escolar deben ser publicados en el Diario Oficial de la Federación y en el órgano informativo de cada entidad federativa además; previo a su aplicación, se deberá capacitar a las maestras y los maestros respecto de su contenido y métodos, así como generar espacios para el análisis y la comprensión de los referidos cambios.
Y ¿qué creen? estimados lectores, pues con tal desfachatez, la SEP incumplió con la Ley General de Educación, y mandó a imprimir los libros sin haber sometido a consulta los planes y programas de estudio ni los propios tomos, como establece la norma.
Y no termina ahí, el Gobierno Federal hizo oídos sordos y pese al amparo concedido a la UNPF en mayo, la SEP y la Conaliteg iniciaron la distribución de libros de texto en julio.
En Acción Nacional nos sumamos para exigir al presidente López Obrador, que detenga la distribución de libros de texto de primaria y secundaria del ciclo escolar 2023-2024 y acate la orden judicial que se le dio a la SEP.
Respaldo la decisión de la Gobernadora Maru Campos Galván al girar orden a la Secretaría de Educación y Deporte del estado, para detener la entrega y distribución de libros de texto en nuestro estado bajo la figura del amparo, a la que han recurrido otros estados como Guanajuato, Jalisco y Morelos
Como integrante de la Comisión de Educación, en la Cámara de Diputados, considero que México está viviendo una de las mayores tragedias de su historia en la educación básica, y ésta es provocada por un gobierno que odia la ciencia y la cultura y que no quiere un pueblo preparado, pero sí adoctrinado para poderlo manipular.
Como Maestra estoy convencida que la educación es el verdadero motor para lograr un cambio positivo y la vía para romper el círculo de la miseria en nuestro país. Lamento que el Gobierno Federal no quiera que los estudiantes aprendan cosas que necesitan para superarse en su vida profesional.
Es inconcebible que el gobierno de Morena deseche materias como matemáticas, ciencias y busque que las escuelas se conviertan en un campo de adoctrinamiento y “en templos de adoración de López Obrador y su visión política”. Es reprobable que en la elaboración de los libros de texto no se haya tomado en cuenta la opinión de las madres y padres de familia y que se pretenda imponer una visión sobre la sexualidad de la infancia, ¡y que descaradamente el gobierno decrete como reservada hasta 2028 la información referente a su redacción!
Recordemos que en periodos en los que gobernó el PAN se realizaron políticas públicas en materia de educación y que incentivaron la educación de calidad con programas como las escuelas de tiempo completo, mismos que ahora son criticados en los propios libros de texto.
Asimismo, los procesos de evaluación como PISA y el Plan Nacional de Evaluación del Aprendizaje, que no fueron aplicados el año pasado y que son fundamentales para evaluar la calidad educativa.
Exhorto a los expertos, maestros, así como a las madres y padres de familia a evitar este atropello en contra del interés superior de la niñez mexicana.
