/ domingo 7 de noviembre de 2021

Desde la capital | Historia de amor apache I

De sobra documentado por actores políticos que conformaron el juego. El panismo operó en dos carriles. Por un lado, mantuvo la campaña de Josefina Vásquez Mota con mínimo esfuerzo; por otro, desde el gobierno, para que EPN llegará al poder con mínimo esfuerzo. Sus medios tradicionales no lo pensaron 2 veces; al unísono, sin distracciones apoyaron al PRI. Desde la presidencia de Calderón se tendió el tapete para rescatar al partido que por 80 años retuvo el Poder y al cual había jurado destruir. A nadie inmuta ni sorprende que el PAN, la élite intelectual, los medios y periodistas intenten rescatar al PRI desde 1988.

Fue cuando Salinas asumió la presidencia en medio de gritos de fraude; pero pronto presumió fotos de panistas y medios renombrados junto a él; así cerró el paso a la ingobernabilidad. El 1° de noviembre del 89 Rufo Appel panista asumió el gobierno de Baja california; el 3 de noviembre del 91 Medina Plascencia inauguró en Guanajuato la nueva forma de amarrar concesiones simulando elecciones y gobernar desde las cúpulas del poder. Los siguientes años pri/pan tuvieron y lograron tantas coincidencias y favores hasta ser uno sólo. Intelectuales, medios, periodistas y empresarios supieron que, sin importar quien llegara al poder panistas o priistas, respetarán los acuerdos. Aprobaron el fobaproa y cargaron deudas de ricos y sus empresas al pueblo. No traumó a nadie que Fox, uno entre ellos ganara la presidencia en 2000.

Los gobiernos panistas no sólo respetaron a los priistas; sentaron a los líderes sindicales y les dieron viabilidad; les ayudaron a cruzar la nueva realidad del país, en presumible normalidad democrática. Empresa, sindicatos, sus gobiernos y partidos iniciaron en 1988 el camino a su prosperidad; el pensamiento único floreció; dijeron Rolando Cordera y Carlos Tello de México; la disputa por la nación cito textual: el capital halló respaldo para lograr sus objetivos en “tintans” bien financiados e instituciones académicas poderosas de prestigio. En México a inicios de la década de los 80s tuvieron un crecimiento vertiginoso las universidades privadas que ofrecían carreras de economía, derecho y administración de empresas, También en esos años inició una campaña de desprestigio a la universidad pública que desde luego fue más allá de la crítica a su desempeño académico o las reservas que el activismo en ellas les provocaba. Armados con el bagaje neoliberal casi todas las formas de solidaridad serían disueltas y reemplazadas por el individualismo, la propiedad privada, la responsabilidad personal y los valores de la familia.

Pero las mayorías nunca fueron invitadas; el salario del obrero perdió su valor, mientras nacía la casta de multimillonarios hábiles en hincharse con concesiones del estado; la desigualdad se acentuó; florecieron las fábricas que alimentaban un comercio cada vez más fluido y vaciaban los campos de obreros generando millones de migrantes; del mismo cucharón neoliberal que revolvía el caldo de la pobreza. Inició la guerra de Calderón contra las drogas que pronto cubrió de sangre y cuerpos las calles. Esto y más sucedió al tiempo que pan y pri concluían su fusión en una sola fuerza con una misma ideología. Fox y Calderón entregaron tierras y agua en concesión como nunca antes en la historia; en los barrios crecían los hijos de la maquiladora, sin tutela del estado, que pronto engrosarían las filas del crimen organizado. La corrupción de las élites alcanzó niveles de descaro, hasta volverse modelo de negocio de grandes y medianos.

(CONTINUARÁ).

Julio Morales Quiñones | Jubilado de Telecom / Activista Social

De sobra documentado por actores políticos que conformaron el juego. El panismo operó en dos carriles. Por un lado, mantuvo la campaña de Josefina Vásquez Mota con mínimo esfuerzo; por otro, desde el gobierno, para que EPN llegará al poder con mínimo esfuerzo. Sus medios tradicionales no lo pensaron 2 veces; al unísono, sin distracciones apoyaron al PRI. Desde la presidencia de Calderón se tendió el tapete para rescatar al partido que por 80 años retuvo el Poder y al cual había jurado destruir. A nadie inmuta ni sorprende que el PAN, la élite intelectual, los medios y periodistas intenten rescatar al PRI desde 1988.

Fue cuando Salinas asumió la presidencia en medio de gritos de fraude; pero pronto presumió fotos de panistas y medios renombrados junto a él; así cerró el paso a la ingobernabilidad. El 1° de noviembre del 89 Rufo Appel panista asumió el gobierno de Baja california; el 3 de noviembre del 91 Medina Plascencia inauguró en Guanajuato la nueva forma de amarrar concesiones simulando elecciones y gobernar desde las cúpulas del poder. Los siguientes años pri/pan tuvieron y lograron tantas coincidencias y favores hasta ser uno sólo. Intelectuales, medios, periodistas y empresarios supieron que, sin importar quien llegara al poder panistas o priistas, respetarán los acuerdos. Aprobaron el fobaproa y cargaron deudas de ricos y sus empresas al pueblo. No traumó a nadie que Fox, uno entre ellos ganara la presidencia en 2000.

Los gobiernos panistas no sólo respetaron a los priistas; sentaron a los líderes sindicales y les dieron viabilidad; les ayudaron a cruzar la nueva realidad del país, en presumible normalidad democrática. Empresa, sindicatos, sus gobiernos y partidos iniciaron en 1988 el camino a su prosperidad; el pensamiento único floreció; dijeron Rolando Cordera y Carlos Tello de México; la disputa por la nación cito textual: el capital halló respaldo para lograr sus objetivos en “tintans” bien financiados e instituciones académicas poderosas de prestigio. En México a inicios de la década de los 80s tuvieron un crecimiento vertiginoso las universidades privadas que ofrecían carreras de economía, derecho y administración de empresas, También en esos años inició una campaña de desprestigio a la universidad pública que desde luego fue más allá de la crítica a su desempeño académico o las reservas que el activismo en ellas les provocaba. Armados con el bagaje neoliberal casi todas las formas de solidaridad serían disueltas y reemplazadas por el individualismo, la propiedad privada, la responsabilidad personal y los valores de la familia.

Pero las mayorías nunca fueron invitadas; el salario del obrero perdió su valor, mientras nacía la casta de multimillonarios hábiles en hincharse con concesiones del estado; la desigualdad se acentuó; florecieron las fábricas que alimentaban un comercio cada vez más fluido y vaciaban los campos de obreros generando millones de migrantes; del mismo cucharón neoliberal que revolvía el caldo de la pobreza. Inició la guerra de Calderón contra las drogas que pronto cubrió de sangre y cuerpos las calles. Esto y más sucedió al tiempo que pan y pri concluían su fusión en una sola fuerza con una misma ideología. Fox y Calderón entregaron tierras y agua en concesión como nunca antes en la historia; en los barrios crecían los hijos de la maquiladora, sin tutela del estado, que pronto engrosarían las filas del crimen organizado. La corrupción de las élites alcanzó niveles de descaro, hasta volverse modelo de negocio de grandes y medianos.

(CONTINUARÁ).

Julio Morales Quiñones | Jubilado de Telecom / Activista Social