Quiero ser como el árbol
después del estío,
desprenderme de todo pasado
Que las penas y dolores
naufraguen en el olvido.
Quedar desnudo
de los harapos despojado,
que tapicen el suelo
dejando al descubierto
las cicatrices por el camino recorrido,
arrugas por el tiempo transcurrido.
Quedando desprotegido,
También vulnerable,
pero liberado de lo que
que no sirve, de lo caducado.
Agradeciendo los frutos,
los resultados cosechados.
Permaneciendo de pie
silencioso y callado,
Sereno y tranquilo,
abrazando esperanzado,
los nuevos momentos,
el futuro anhelado.
Por que a pesar
de lo acontecido,
habrá un resurgimiento,
Por eso soltar las hojas,
para recibir lo nuevo.
Durante el otoño
hay desprendimiento,
El árbol con valor afronta,
la llegada del invierno,
Parece indefenso,
se muestra yerto.
Pero el ha perdido,
toda resistencia,
permanence firme
abundante por dentro,
solo espera su hora,
El arribo de ese momento,
Para que broten sus hojas,
Para resurgir de nuevo.
El cambio de follaje,
para recibir con agrado
los futuros retos,
honrando el pasado,
Disfrutando el silencio,
gozar de los colores,
del melodioso viento.
después de todo,
debemos de ser
como árboles,
que pierden el verdor,
mas no la hermosura,
pues el interior,
esta lleno de fuerza,
no es la apariencia,
lo que da la braveza,
para afrontar las
estaciones con
toda firmeza.
Bienvenido, seas otoño
serás recibido con la
plena certeza de renacer.