/ jueves 4 de abril de 2019

Tecnocracias vs. filocracias

La cuarta transformación del país conserva e incluso promueve uno de los grandes vicios de nuestra sociedad

El nepotismo y la colocación de perfiles sin preparación en puestos que requieren habilidades y conocimientos específicos para su correcto desempeño. Hemos visto vendedoras de catálogo propuestas para ocupar altas direcciones de CONACYT, ya vimos personas sin ninguna experiencia listas para ocupar espacios regulatorios de energéticos, y vemos personas que sencillamente no tienen mayor logro que haber participado de manera oportuna en una campaña.

Vemos como poco a poco se configura una filocracia, donde no importa que sabes ni que has hecho en el pasado, sino simplemente a quién conoces o de quién eres amigo. No adjudicaré esa práctica al poder en turno, pues es un vicio con el que hemos venido caminando desde mucho tiempo atrás. Se privilegian las relaciones y apoyos políticos antes que las habilidades y conocimientos, cosa que genera un atraso muy claro en los destinos del país.

Existen posiciones en las que cualquier persona de buena voluntad podría desempeñarse con un mínimo de conocimientos. Pero sencillamente existen otras posiciones donde invariablemente el discurso de las oportunidades para todos no aplica.

El gobierno de Obrador ha iniciado entonces con un esquema viejo filocracia o compadrazgo, armando estructuras políticas antes que estructuras de gobierno. De otra forma no habría manera de explicar las propuestas tan desacomodadas en los diferentes órdenes de la administración pública.

Sin duda el trabajo de los expertos, de la gente con experiencia y formación será más efectivo y rápido que los improvisados que deben aprender y cuya curva de aprendizaje sin duda traerá grandes yerros con ellos.

En México debemos plantearnos el tema de la tecnocracia o la administración de los expertos con mayor seriedad y llevar a la política a un orden de mayor exigencia y no al espacio tan socorrido de la confianza y la promoción de los votos.

Debemos entender que los espacios administrativos requieren habilidades técnicas y los espacios políticos habilidades y conocimientos políticos. Seguir improvisando es el garante perfecto para mantener una inercia que obstaculiza el desarrollo, de igual manera hay que quitarnos ya de la mente ese discurso de los buenos y los malos, pues no existen diferencias reales entre los individuos de un partido en términos de bondad y maldad. Se deben generar los resguardos y los garantes necesarios para atender el gobierno de manera honesta pero también productiva.

Debemos tomar en cuenta que la ineficiencia o aceptar un puesto para el que no se está mínimamente capacitado también es una manifestación de la corrupción y con ello se generan obstáculos sociales y políticos.

La cuarta transformación del país conserva e incluso promueve uno de los grandes vicios de nuestra sociedad

El nepotismo y la colocación de perfiles sin preparación en puestos que requieren habilidades y conocimientos específicos para su correcto desempeño. Hemos visto vendedoras de catálogo propuestas para ocupar altas direcciones de CONACYT, ya vimos personas sin ninguna experiencia listas para ocupar espacios regulatorios de energéticos, y vemos personas que sencillamente no tienen mayor logro que haber participado de manera oportuna en una campaña.

Vemos como poco a poco se configura una filocracia, donde no importa que sabes ni que has hecho en el pasado, sino simplemente a quién conoces o de quién eres amigo. No adjudicaré esa práctica al poder en turno, pues es un vicio con el que hemos venido caminando desde mucho tiempo atrás. Se privilegian las relaciones y apoyos políticos antes que las habilidades y conocimientos, cosa que genera un atraso muy claro en los destinos del país.

Existen posiciones en las que cualquier persona de buena voluntad podría desempeñarse con un mínimo de conocimientos. Pero sencillamente existen otras posiciones donde invariablemente el discurso de las oportunidades para todos no aplica.

El gobierno de Obrador ha iniciado entonces con un esquema viejo filocracia o compadrazgo, armando estructuras políticas antes que estructuras de gobierno. De otra forma no habría manera de explicar las propuestas tan desacomodadas en los diferentes órdenes de la administración pública.

Sin duda el trabajo de los expertos, de la gente con experiencia y formación será más efectivo y rápido que los improvisados que deben aprender y cuya curva de aprendizaje sin duda traerá grandes yerros con ellos.

En México debemos plantearnos el tema de la tecnocracia o la administración de los expertos con mayor seriedad y llevar a la política a un orden de mayor exigencia y no al espacio tan socorrido de la confianza y la promoción de los votos.

Debemos entender que los espacios administrativos requieren habilidades técnicas y los espacios políticos habilidades y conocimientos políticos. Seguir improvisando es el garante perfecto para mantener una inercia que obstaculiza el desarrollo, de igual manera hay que quitarnos ya de la mente ese discurso de los buenos y los malos, pues no existen diferencias reales entre los individuos de un partido en términos de bondad y maldad. Se deben generar los resguardos y los garantes necesarios para atender el gobierno de manera honesta pero también productiva.

Debemos tomar en cuenta que la ineficiencia o aceptar un puesto para el que no se está mínimamente capacitado también es una manifestación de la corrupción y con ello se generan obstáculos sociales y políticos.