/ sábado 1 de diciembre de 2018

Nuevo Gobierno

Ha llegado al fin el momento en que se concrete en los hechos, la legítima voluntad expresada en las urnas de más de 30 millones de mexicanos el pasado 1 de julio.

Efectivamente, hoy a las 10:00 de la mañana, en un acto sin duda histórico, Andrés Manuel López Obrador tomará posesión como el primer Presidente de la República en México surgido de la izquierda política, poniendo así término a la irrebatiblemente más degradante era vivida en este país en los tiempos modernos o sea el nauseabundo periodo neoliberal, iniciado en 1988 con el muy sui-generis y desafortunado arribo al poder del turbio sexenio de Carlos Salinas de Gortari y su pútrida “camarilla” dando inicio con este, a la llegada al Gobierno de la República de los subsiguientes nefandos presidentes tecnócratas de la derecha del PRI y el PAN (Zedillo, Fox; Calderón y Peña Nieto).

Siendo pues este trascendental cambio político en México resultado indudable del pleno conocimiento y profundo agravio de millones de ciudadanos de este país, quienes han vivido y constatado día a día durante los últimos años como su calidad de vida y la de la nación misma se ha degradado de acelerada e irrefutable forma, envuelta en un terrible caos de repugnante corrupción, violencia, inseguridad, cínica impunidad, inmensa pobreza, ínfimos salarios, falta de oportunidades reales de desarrollo…Envilecida situación está, la que sin miramiento alguno le ha sido impuesta cruelmente (cual “camisa de fuerza”) a la sociedad mexicana por los señalados regímenes de gobierno emanados de esa conocida “asociación” (delictuosa?) del PRIAN y su devastadora política neoliberalista, bajo la cual sin mínimo escrúpulo pusieron a México a expensas de un brutal saqueo de los bienes nacionales y de una enorme explotación de trabajadores de este país, a manos de los rapaces obscuros intereses de poderosos consorcios trasnacionales y de la corruptisima “selecta” élite de poder político-económico del país. Constituyendo esto incuestionablemente la más negra época que se tenga memoria en México desde el nefasto “Porfiriato” en cuanto se refiere al impune saqueo de recursos y riquezas nacionales, abuso laboral de mexicanos y endémica pobreza del país; Agregándole todavía a lo anterior la grandiosa crisis de desatada criminalidad y corrupción actual en el país. Aun ante esto sinceramente no creo en las mediáticas “cacerías de brujas”…Creo si, en cambio en el frío e impasible ejercicio y peso de la justicia, dentro del cual las nuevas autoridades en México tienen el irrenunciable deber, en concordancia con la impulsada democracia participativa de dar a conocer puntualmente a la ciudadanía del país toda fehaciente información sobre la exacta dimensión y alcance de los delincuenciales actos de corrupción e impunidad perpetrados por políticos de los gobiernos anteriores, para que la sociedad mexicana pueda así normar un certero criterio en su visión y participación político-electoral futura, basada verdaderamente en las experiencias y hechos reales que tan alto costo y daño han cobrado a esta nación. Representando esa citada información ya en la sociedad, sin duda alguna las últimas “carretadas de tierra” sobre el féretro del putrefacto “cadáver político” del PRANISMO (y sus fieles incondicionales)

Antes de comenzar a hacer sus trasnochados señalamientos, infantiloides reclamos e insulsas acusaciones al nuevo gobierno, creo que la oposición hoy debe concientizar perfectamente que detrás de los muchísimos millones de votos a favor de López Obrador, de Morena, PT y PES, está la férrea convicción y voluntad de una mayoría de la ciudadanía mexicana de terminar YA con el corruptisimo sistema político(del cual, ellos la oposición es parte esencial) que indignantemente ha convertido a México en el asqueable “basurero” que hasta ahora es.

¡Muera pues el mal gobierno!

P. D: Bienvenido el Nuevo Gobierno de la Republica.

La ardua lucha apenas empieza…Y solo el que lucha avanza.

Ha llegado al fin el momento en que se concrete en los hechos, la legítima voluntad expresada en las urnas de más de 30 millones de mexicanos el pasado 1 de julio.

Efectivamente, hoy a las 10:00 de la mañana, en un acto sin duda histórico, Andrés Manuel López Obrador tomará posesión como el primer Presidente de la República en México surgido de la izquierda política, poniendo así término a la irrebatiblemente más degradante era vivida en este país en los tiempos modernos o sea el nauseabundo periodo neoliberal, iniciado en 1988 con el muy sui-generis y desafortunado arribo al poder del turbio sexenio de Carlos Salinas de Gortari y su pútrida “camarilla” dando inicio con este, a la llegada al Gobierno de la República de los subsiguientes nefandos presidentes tecnócratas de la derecha del PRI y el PAN (Zedillo, Fox; Calderón y Peña Nieto).

Siendo pues este trascendental cambio político en México resultado indudable del pleno conocimiento y profundo agravio de millones de ciudadanos de este país, quienes han vivido y constatado día a día durante los últimos años como su calidad de vida y la de la nación misma se ha degradado de acelerada e irrefutable forma, envuelta en un terrible caos de repugnante corrupción, violencia, inseguridad, cínica impunidad, inmensa pobreza, ínfimos salarios, falta de oportunidades reales de desarrollo…Envilecida situación está, la que sin miramiento alguno le ha sido impuesta cruelmente (cual “camisa de fuerza”) a la sociedad mexicana por los señalados regímenes de gobierno emanados de esa conocida “asociación” (delictuosa?) del PRIAN y su devastadora política neoliberalista, bajo la cual sin mínimo escrúpulo pusieron a México a expensas de un brutal saqueo de los bienes nacionales y de una enorme explotación de trabajadores de este país, a manos de los rapaces obscuros intereses de poderosos consorcios trasnacionales y de la corruptisima “selecta” élite de poder político-económico del país. Constituyendo esto incuestionablemente la más negra época que se tenga memoria en México desde el nefasto “Porfiriato” en cuanto se refiere al impune saqueo de recursos y riquezas nacionales, abuso laboral de mexicanos y endémica pobreza del país; Agregándole todavía a lo anterior la grandiosa crisis de desatada criminalidad y corrupción actual en el país. Aun ante esto sinceramente no creo en las mediáticas “cacerías de brujas”…Creo si, en cambio en el frío e impasible ejercicio y peso de la justicia, dentro del cual las nuevas autoridades en México tienen el irrenunciable deber, en concordancia con la impulsada democracia participativa de dar a conocer puntualmente a la ciudadanía del país toda fehaciente información sobre la exacta dimensión y alcance de los delincuenciales actos de corrupción e impunidad perpetrados por políticos de los gobiernos anteriores, para que la sociedad mexicana pueda así normar un certero criterio en su visión y participación político-electoral futura, basada verdaderamente en las experiencias y hechos reales que tan alto costo y daño han cobrado a esta nación. Representando esa citada información ya en la sociedad, sin duda alguna las últimas “carretadas de tierra” sobre el féretro del putrefacto “cadáver político” del PRANISMO (y sus fieles incondicionales)

Antes de comenzar a hacer sus trasnochados señalamientos, infantiloides reclamos e insulsas acusaciones al nuevo gobierno, creo que la oposición hoy debe concientizar perfectamente que detrás de los muchísimos millones de votos a favor de López Obrador, de Morena, PT y PES, está la férrea convicción y voluntad de una mayoría de la ciudadanía mexicana de terminar YA con el corruptisimo sistema político(del cual, ellos la oposición es parte esencial) que indignantemente ha convertido a México en el asqueable “basurero” que hasta ahora es.

¡Muera pues el mal gobierno!

P. D: Bienvenido el Nuevo Gobierno de la Republica.

La ardua lucha apenas empieza…Y solo el que lucha avanza.