/ viernes 26 de abril de 2019

La empatía a la hora de ayudar a quien lo necesita

La vida nos da muchísimas oportunidades para ayudar al prójimo todos los días, dentro de nuestras posibilidades esta la oportunidad de ser generosos, porque si se nos presentan estas experiencias, es seguro que las generamos nosotros para sentirnos bien viviéndolas, es importante saber cuándo de verdad puedes ayudar o no, primero tiene que ser un sentimiento sincero, salirte del corazón, no se ayuda por obligación sino por devoción, en ese instante tu das lo mejor de ti y no importa si recibes al mismo momento, no necesitas que te den las gracias, tú ya recibes, porque sientes el gozo de tu ser interior vibrando por la alegría de ser, lo más increíble que me resulta es que aunque puedas prestar la misma ayuda a la misma persona, o a otras, la sensación siempre es diferente y además se incremente, algunas personas que incluso te quieren pueden no entender porque te entregas y das a los demás, incluso pueden llamarte iluso o necio, pero no solamente no eres un tonto, sino que muy inteligente diría yo, has descubierto la manera más fácil, corta y sencilla de ser felicidad, y es poniendo tu granito de arena para hacer más felices a otros.

En verdad puede ser momento de ayudar aunque sea con poquito, no estoy diciendo que dones todo tu dinero o que te quedes sin una casa por darlo todo, da conforme a la medida de tu corazón, con eso será suficiente, y ten por seguro, que el día en que tú llegues a necesitar algo, dios te bendecirá por haber dado sin escatimar, por haber dado con el corazón porque con la medida que des, así recibirás.

Desde este punto de vista, tener el don de poder ayudar es un privilegio, que el universo provea esas circunstancias tan concretas para desarrollar ese don, es un milagro, y lo mejor de todo es que ese milagro ocurre todos los días, e incluso varias veces al día. ¿Qué más se puede pedir?, si crees que las personas quieren aprovecharse de ti, ves que hay mucha gente que solicita tu ayuda, y tienes dudas de esta ayuda sea justificada, posiblemente es el universo que te está poniendo a prueba, es tu mente la que analiza en términos de dar y recibir y de que puedes perder en este intercambio, eso es imposible, nunca puedes perder cuando das con el corazón, si se te generan estas experiencias frecuentemente, quizás sea el don tuyo el de dar y quizás están poniéndote las oportunidades que necesitas para darte cuenta, plantéate probar a dar, generosamente, sinceramente por lo menos a modo de prueba y a ver cómo te sientes, quizás sea este el verdadero propósito de tu vida, me alegro por ti, goza de la sensación de ser útil a los demás, como siempre he dicho: si uno no da el ejemplo, nadie hace algo por sí mismos, este mundo está tan acostumbrado a solo recibir y recibir, pero nadie nos enseña a dar sin escatimar, seamos diferentes, ya basta de quedarnos mirando como si los demás no valieran lo mismo que nosotros, ya basta de hacer a un lado a la gente que nos necesita, si el día de hoy no supimos ayudar a nuestro prójimo, mañana nadie nos dará una mano que nos ayude a levantarnos, en verdad es muy triste ver a la gente ignorar a personas que están en las calles tratando de buscar algo para comer, o pidiendo una moneda; se nos hace más fácil mirar hacia otro lado antes que mirarlos a ellos y tan siquiera regalarles una sonrisa, en lugar de ponerles malas caras.

La vida nos da muchísimas oportunidades para ayudar al prójimo todos los días, dentro de nuestras posibilidades esta la oportunidad de ser generosos, porque si se nos presentan estas experiencias, es seguro que las generamos nosotros para sentirnos bien viviéndolas, es importante saber cuándo de verdad puedes ayudar o no, primero tiene que ser un sentimiento sincero, salirte del corazón, no se ayuda por obligación sino por devoción, en ese instante tu das lo mejor de ti y no importa si recibes al mismo momento, no necesitas que te den las gracias, tú ya recibes, porque sientes el gozo de tu ser interior vibrando por la alegría de ser, lo más increíble que me resulta es que aunque puedas prestar la misma ayuda a la misma persona, o a otras, la sensación siempre es diferente y además se incremente, algunas personas que incluso te quieren pueden no entender porque te entregas y das a los demás, incluso pueden llamarte iluso o necio, pero no solamente no eres un tonto, sino que muy inteligente diría yo, has descubierto la manera más fácil, corta y sencilla de ser felicidad, y es poniendo tu granito de arena para hacer más felices a otros.

En verdad puede ser momento de ayudar aunque sea con poquito, no estoy diciendo que dones todo tu dinero o que te quedes sin una casa por darlo todo, da conforme a la medida de tu corazón, con eso será suficiente, y ten por seguro, que el día en que tú llegues a necesitar algo, dios te bendecirá por haber dado sin escatimar, por haber dado con el corazón porque con la medida que des, así recibirás.

Desde este punto de vista, tener el don de poder ayudar es un privilegio, que el universo provea esas circunstancias tan concretas para desarrollar ese don, es un milagro, y lo mejor de todo es que ese milagro ocurre todos los días, e incluso varias veces al día. ¿Qué más se puede pedir?, si crees que las personas quieren aprovecharse de ti, ves que hay mucha gente que solicita tu ayuda, y tienes dudas de esta ayuda sea justificada, posiblemente es el universo que te está poniendo a prueba, es tu mente la que analiza en términos de dar y recibir y de que puedes perder en este intercambio, eso es imposible, nunca puedes perder cuando das con el corazón, si se te generan estas experiencias frecuentemente, quizás sea el don tuyo el de dar y quizás están poniéndote las oportunidades que necesitas para darte cuenta, plantéate probar a dar, generosamente, sinceramente por lo menos a modo de prueba y a ver cómo te sientes, quizás sea este el verdadero propósito de tu vida, me alegro por ti, goza de la sensación de ser útil a los demás, como siempre he dicho: si uno no da el ejemplo, nadie hace algo por sí mismos, este mundo está tan acostumbrado a solo recibir y recibir, pero nadie nos enseña a dar sin escatimar, seamos diferentes, ya basta de quedarnos mirando como si los demás no valieran lo mismo que nosotros, ya basta de hacer a un lado a la gente que nos necesita, si el día de hoy no supimos ayudar a nuestro prójimo, mañana nadie nos dará una mano que nos ayude a levantarnos, en verdad es muy triste ver a la gente ignorar a personas que están en las calles tratando de buscar algo para comer, o pidiendo una moneda; se nos hace más fácil mirar hacia otro lado antes que mirarlos a ellos y tan siquiera regalarles una sonrisa, en lugar de ponerles malas caras.