Febrero, el mes que nos recuerda que el tiempo avanza rápidamente y que cada día es una oportunidad para crecer y aprender. En este corto mes, donde los días pueden parecer fugaces, es esencial detenerse y reflexionar sobre nuestro viaje. Es un momento para revisar las metas que establecimos a principios de año y evaluar nuestro progreso. ¿Hemos avanzado hacia nuestros objetivos? ¿Qué ajustes necesitamos hacer para seguir adelante? Febrero nos brinda la oportunidad de reajustar nuestro rumbo y renovar nuestro compromiso con nuestras aspiraciones.
Además, este mes está marcado por el Día de San Valentín, un recordatorio de la importancia del amor y la conexión en nuestras vidas. No solo se trata de las relaciones románticas, sino también de apreciar y cultivar los lazos con amigos, familiares y, lo más importante, con uno mismo. El amor propio es la base para construir relaciones sólidas y significativas con los demás. Febrero también nos invita a apreciar la belleza en las pequeñas cosas: la calidez de un abrazo, la risa compartida, la serenidad de un momento tranquilo. En medio de nuestras ocupadas vidas, recordemos pausar y encontrar la gratitud en los detalles cotidianos que a menudo pasamos por alto. Así que, en este mes de febrero, tomemos un momento para reflexionar sobre nuestro progreso, renovar nuestras metas y apreciar el amor y la belleza que nos rodea. Que este mes nos inspire a vivir con intención, gratitud y amor.
Además de la amistad, celebramos al amor ese gran sentimiento que origina sucesos extraordinarios en nuestra vida y que además se presenta en cada aspecto de la vida: entre un padre e hijo, entre hermanos; con esto quiero decir que efectivamente, el amor está presente en cada instante de la vida y que por lo tanto no es exclusivo de celebrarse un solo día del año, sino que somos nosotros los que hemos decidido exclusivamente un día del calendario para festejarlos.
El amor de pareja es un bello sentimiento, un bello sentimiento que en algunas ocasiones causa dolor y debido a eso solemos rehuirle con el pretexto de que estamos mejor solos o necesitamos un tiempo adecuado para reencontrarnos; lo cual por supuesto es válido en ciertas situaciones de nuestra vida en las que hemos sido lastimados y necesitamos primero sanar las heridas para sentirnos preparados de nuevo antes de embarcarnos en una relación amorosa.
Sólo cuando se reconoce que el amor es la fuente de felicidad es cuando desaparecen los temores y sin pensarlo, ahí está: sucede sin explicarlo, sin darte cuenta de nuevo te observas al lado de la persona que jamás pensaste conocer y que da a tu vida cierto ingrediente que hacía falta y que te permite disfrutar de detalles que antes pasaban desapercibidos. Cuando crees haber experimentado lo que deseabas o necesitabas, simplemente te das cuenta de que aún hay mucho por conocer; cada día te sorprende con algo bello y simplemente te inspira a sonreír.
En este mes de febrero, apto para expresar el significado del amor y la amistad, en el que se observan los aparadores llenos de corazones, en el que solemos regalar detalles a nuestros amigos y pareja, creo que es necesario analizar el por qué lo hacemos, por qué necesariamente debemos enfocarnos en un solo día, por qué decirle al amigo cuánto lo estimamos y valoramos su amistad hasta el catorce de febrero; y por qué se regala algún detalle a nuestra pareja para demostrarle cuánto lo amamos; será acaso que nos dejamos llevar por el ambiente y es ya una tradición celebrarlo regalando tarjetas, paletas de corazón, rosas, chocolates; y lo hemos convertido en una celebración material más que sentimental.
