/ viernes 7 de junio de 2024

Degustando la vida / Practiquemos el acto de ayudar

Ayudar a los demás es fundamental para construir una sociedad más justa, solidaria y compasiva. La importancia de la ayuda radica no solo en el beneficio inmediato que se brinda a quienes la reciben, sino también en el impacto positivo que tiene en nuestras propias vidas y en la comunidad en general, cuando extendemos una mano amiga, estamos promoviendo valores como la empatía, el respeto y la solidaridad. Estos actos, aunque a veces pequeños, tienen el poder de transformar vidas y generar un efecto multiplicador de bondad y cooperación.


La ayuda puede tomar muchas formas: desde una simple muestra de amabilidad, como escuchar a alguien que necesita hablar, hasta acciones más significativas como el voluntariado en organizaciones comunitarias o la contribución económica a causas nobles, es importante saber cuándo de verdad puedes ayudar o no, primero tiene que ser un sentimiento sincero, salirte del corazón; no se ayuda por obligación sino por devoción, en ese instante tu das lo mejor de ti y no importa si recibes al mismo momento, no existe la necesidad de que te agradezcan; tú ya recibes porque sientes el gozo de tu ser interior vibrando por la alegría de ser, lo más increíble que me resulta es que aunque puedas prestar la misma ayuda a la misma persona, o a otras, la sensación siempre es diferente y además se incrementa, es como si te enganchara el ayudar a otras personas, algunas personas que incluso te quieren, pueden no entender porque te entregas y das a los demás, incluso pueden llamarte iluso o necio pero no solamente no eres un tonto, sino que muy inteligente diría yo; has descubierto la manera más fácil, corta y sencilla de ser feliz, y es poniendo tu granito de arena para hacer más felices a otros.

Además, ayudar a otros nos beneficia personalmente. Nos permite crecer como individuos, desarrollando habilidades emocionales y sociales que son cruciales para nuestra propia felicidad y bienestar. Al ayudar, nos sentimos útiles y conectados con los demás, lo que puede reducir sentimientos de soledad y aumentar nuestro sentido de propósito y satisfacción en la vida, en el ámbito comunitario, la ayuda mutua fomenta un entorno donde todos tienen la oportunidad de prosperar. Las sociedades que valoran y practican la ayuda mutua son más resilientes ante desafíos y crisis. La cooperación y el apoyo comunitario crean redes de seguridad que pueden ayudar a superar momentos difíciles, fortaleciendo la cohesión social y promoviendo un desarrollo más equitativo, ayudar es esencial porque refuerza la conexión humana y contribuye a crear un mundo más solidario y equitativo. Nos recuerda que, aunque todos enfrentamos desafíos, podemos hacer una diferencia positiva en la vida de los demás. Al ayudar, no solo mejoramos las vidas de quienes nos rodean, sino que también enriquecemos la nuestra, construyendo un legado de bondad y compasión que trasciende generaciones. El acto de ayudar también fomenta un sentido de conexión y solidaridad. Al contribuir al bienestar de los demás, construimos relaciones más fuertes y comunidades más unidas. La cooperación y el apoyo mutuo nos hacen más resilientes frente a los desafíos y las adversidades, creando un entorno donde todos tienen la oportunidad de prosperar.

Te invito a que hagas una acción positiva por cualquier persona, quizás algo tan simple como dar el asiento en el camión o regalar una sonrisa a alguien que lo necesita pruébalo y verás cómo te sientes realmente después de hacerlo.

Steve Sánchez Ribota


Ayudar a los demás es fundamental para construir una sociedad más justa, solidaria y compasiva. La importancia de la ayuda radica no solo en el beneficio inmediato que se brinda a quienes la reciben, sino también en el impacto positivo que tiene en nuestras propias vidas y en la comunidad en general, cuando extendemos una mano amiga, estamos promoviendo valores como la empatía, el respeto y la solidaridad. Estos actos, aunque a veces pequeños, tienen el poder de transformar vidas y generar un efecto multiplicador de bondad y cooperación.


La ayuda puede tomar muchas formas: desde una simple muestra de amabilidad, como escuchar a alguien que necesita hablar, hasta acciones más significativas como el voluntariado en organizaciones comunitarias o la contribución económica a causas nobles, es importante saber cuándo de verdad puedes ayudar o no, primero tiene que ser un sentimiento sincero, salirte del corazón; no se ayuda por obligación sino por devoción, en ese instante tu das lo mejor de ti y no importa si recibes al mismo momento, no existe la necesidad de que te agradezcan; tú ya recibes porque sientes el gozo de tu ser interior vibrando por la alegría de ser, lo más increíble que me resulta es que aunque puedas prestar la misma ayuda a la misma persona, o a otras, la sensación siempre es diferente y además se incrementa, es como si te enganchara el ayudar a otras personas, algunas personas que incluso te quieren, pueden no entender porque te entregas y das a los demás, incluso pueden llamarte iluso o necio pero no solamente no eres un tonto, sino que muy inteligente diría yo; has descubierto la manera más fácil, corta y sencilla de ser feliz, y es poniendo tu granito de arena para hacer más felices a otros.

Además, ayudar a otros nos beneficia personalmente. Nos permite crecer como individuos, desarrollando habilidades emocionales y sociales que son cruciales para nuestra propia felicidad y bienestar. Al ayudar, nos sentimos útiles y conectados con los demás, lo que puede reducir sentimientos de soledad y aumentar nuestro sentido de propósito y satisfacción en la vida, en el ámbito comunitario, la ayuda mutua fomenta un entorno donde todos tienen la oportunidad de prosperar. Las sociedades que valoran y practican la ayuda mutua son más resilientes ante desafíos y crisis. La cooperación y el apoyo comunitario crean redes de seguridad que pueden ayudar a superar momentos difíciles, fortaleciendo la cohesión social y promoviendo un desarrollo más equitativo, ayudar es esencial porque refuerza la conexión humana y contribuye a crear un mundo más solidario y equitativo. Nos recuerda que, aunque todos enfrentamos desafíos, podemos hacer una diferencia positiva en la vida de los demás. Al ayudar, no solo mejoramos las vidas de quienes nos rodean, sino que también enriquecemos la nuestra, construyendo un legado de bondad y compasión que trasciende generaciones. El acto de ayudar también fomenta un sentido de conexión y solidaridad. Al contribuir al bienestar de los demás, construimos relaciones más fuertes y comunidades más unidas. La cooperación y el apoyo mutuo nos hacen más resilientes frente a los desafíos y las adversidades, creando un entorno donde todos tienen la oportunidad de prosperar.

Te invito a que hagas una acción positiva por cualquier persona, quizás algo tan simple como dar el asiento en el camión o regalar una sonrisa a alguien que lo necesita pruébalo y verás cómo te sientes realmente después de hacerlo.

Steve Sánchez Ribota