/ sábado 20 de junio de 2020

El mal en nuestro ejército

El ángel guardián y custodio de la Patria Mexicana; de su bienestar, conquistas y logros sociales; del progreso general, tradiciones, leyes y su avance, democracia, dignidad y hasta de la gallardía nacional mexicana, es nada más y nada menos que competencia y obligación de la Institución más respetable de México “La Secretaría de la Defensa Nacional”.

Los ciudadanos hacemos el aporte económico necesario para su existencia y su sostén, para que sigan mejorando en el ámbito estructural y profesional y así cumplir adecuadamente con el gran encargo y reto que tienen de ser el garante patrio sirviendo al pueblo mexicano dignamente y a la altura que éste mereció.

Los malos gobiernos que hemos tenido prosperaron gracias a la incompetencia y complacencia de la milicia nacional. Ambos dejan que México caiga en los índices más bajos de la existencia global. Ahora es una vergüenza ver como un grupo golpista en el poder que cumple con agendas extranjeras de muerte y anti desarrollo del ser humano, les den revés a su dignidad y los lleve al desprestigio total. El presidente les dijo primero que para él “era mejor que no existieran”; luego que le den besos y abrazos a sus acérrimos enemigos narcotraficantes, sicarios y delincuentes; después los degradó sometiéndolos a la Guardia bolivariana y no nacional. Finalmente los mandó a nivel de constructores de obras inviables. Dejaron que les quitaran su base militar de Santa lucía y hasta los están sobornando con adjudicarles las gananciales del mismo aeropuerto internacional. Como corolario les dirán que encarcelen y disparen a la cabeza a todos los patriotas tal como lo hace Maduro en Venezuela ya.

Con el debido respeto que se merece nuestro glorioso Ejército Nacional, les hacemos saber que están incurriendo en una gran falta al espíritu que los creó. Están cayendo en delitos de omisión y eficiencia en procuración y administración de la Justicia militar; se están dejando corromper y permiten que el presidente López Obrador los envuelva en complicidad en delitos contra la Salud Física y Mental; en violaciones a derechos humanos y civiles, traición a la Patria, delincuencia organizada, fraudes democráticos y macroeconómicos, corrupción lacerante e impunidad plena.

¿Qué más criterios necesitan nuestros militares para cumplir con su mística labor y reglamentos? ¿Acaso no deben enjuiciar ya en un tribunal de su competencia al supuesto comandante supremo de las fuerzas armadas Sr. López Obrador y toda su camarilla socialista? Esperar a que desmiembren el País, instituciones, progreso, crecimiento, trabajos, cultura, religión etc, es una gran cobardía, pero también una clarísima traición a la Patria mexicana. Llegó el momento que decidan si continuar con los brazos cruzados o cumplir con la responsabilidad que es de su llana competencia.

El ángel guardián y custodio de la Patria Mexicana; de su bienestar, conquistas y logros sociales; del progreso general, tradiciones, leyes y su avance, democracia, dignidad y hasta de la gallardía nacional mexicana, es nada más y nada menos que competencia y obligación de la Institución más respetable de México “La Secretaría de la Defensa Nacional”.

Los ciudadanos hacemos el aporte económico necesario para su existencia y su sostén, para que sigan mejorando en el ámbito estructural y profesional y así cumplir adecuadamente con el gran encargo y reto que tienen de ser el garante patrio sirviendo al pueblo mexicano dignamente y a la altura que éste mereció.

Los malos gobiernos que hemos tenido prosperaron gracias a la incompetencia y complacencia de la milicia nacional. Ambos dejan que México caiga en los índices más bajos de la existencia global. Ahora es una vergüenza ver como un grupo golpista en el poder que cumple con agendas extranjeras de muerte y anti desarrollo del ser humano, les den revés a su dignidad y los lleve al desprestigio total. El presidente les dijo primero que para él “era mejor que no existieran”; luego que le den besos y abrazos a sus acérrimos enemigos narcotraficantes, sicarios y delincuentes; después los degradó sometiéndolos a la Guardia bolivariana y no nacional. Finalmente los mandó a nivel de constructores de obras inviables. Dejaron que les quitaran su base militar de Santa lucía y hasta los están sobornando con adjudicarles las gananciales del mismo aeropuerto internacional. Como corolario les dirán que encarcelen y disparen a la cabeza a todos los patriotas tal como lo hace Maduro en Venezuela ya.

Con el debido respeto que se merece nuestro glorioso Ejército Nacional, les hacemos saber que están incurriendo en una gran falta al espíritu que los creó. Están cayendo en delitos de omisión y eficiencia en procuración y administración de la Justicia militar; se están dejando corromper y permiten que el presidente López Obrador los envuelva en complicidad en delitos contra la Salud Física y Mental; en violaciones a derechos humanos y civiles, traición a la Patria, delincuencia organizada, fraudes democráticos y macroeconómicos, corrupción lacerante e impunidad plena.

¿Qué más criterios necesitan nuestros militares para cumplir con su mística labor y reglamentos? ¿Acaso no deben enjuiciar ya en un tribunal de su competencia al supuesto comandante supremo de las fuerzas armadas Sr. López Obrador y toda su camarilla socialista? Esperar a que desmiembren el País, instituciones, progreso, crecimiento, trabajos, cultura, religión etc, es una gran cobardía, pero también una clarísima traición a la Patria mexicana. Llegó el momento que decidan si continuar con los brazos cruzados o cumplir con la responsabilidad que es de su llana competencia.