/ viernes 16 de febrero de 2024

Curanderos... | La sensación de leer un periódico impreso nos rejuvenece…

Amanecí nostálgico cuando me percate que se cumplió el plazo comentado por mi repartidor de periódico, en esa plática donde me informaba que ya no se iba a imprimir a diario y sólo saldría cada 8 días e iba a buscar otra opción de empleo, agradeció que fuera uno de los pocos que adquirí con él mi periódico casi todos los días para la sala de espera del consultorio (después de darle su respectiva hojeada).

Pensé que me tocaba presenciar otro cambio histórico en mi ciudad: Hidalgo del Parral, uno de los últimos bastiones de lectura impresa se veía tambaleante ante el avance acelerado de la tecnología, mi casa editora que lleva el nombre del astro más grande de nuestro sistema solar ligado al apelativo de esta ciudad, esa urbe de la que fue cronista durante tantos años, parecía que hoy no lo podía mantener activo; similar al hijo que antepone los compromisos de la madurez al cuidado de sus padres; pero veo un periódico que no está abandonado, está en una metamorfosis donde nos sigue ofreciendo una lectura amena, mientras el mundo evoluciona vamos adaptándonos a su impresión semanal, yo no veo al padre abandonado por la descendencia, aprecio a un periodico con carácter y maduro que se adapta a los cambios.

Cuando era niño, el periódico se relacionaba a estatus alto, donde los hombres de negocios o que se consideraban importantes eran quienes traían un periódico bajo el brazo, de pronto se generalizó porque todo mundo quería saber los sucesos relevantes de la época, haciendo testigo de sus noticias a muchos lectores, desde asesinatos, devaluaciones, ofertas de empleo, hasta festividades, sazonado con análisis u opiniones como es esta esquela.

El tocar un objeto que nos refresque la memoria, nos lleva momentáneamente a viajar en el tiempo, pero el tener un periódico entre las manos nos ofrecía un instante de paz, que daba el hecho de leer donde nos olvidábamos un momento de los problemas alrededor, significaba que podíamos tomarnos una pausa en nuestra vida para disfrutar la lectura quizá acompañado de un rico café en algún restaurante de nuestra bella ciudad, en la peluquería o mientras nos boleaban los zapatos.

Hoy somos testigos de un hecho histórico, un diario se convierte en semanario, seguirá siendo cronista electrónico y una vez a la semana deleitará nuestros sentidos, Dios mediante podamos tener ese momento de paz para darle lectura cada vez que se imprima y permanezca mucho tiempo en circulación por lo menos para los que disfrutamos el aroma del papel impreso.

Los sentidos son nuestra ventana al mundo, mientras más sensibilizados estén, cada vez que reciben estímulos agradables se liberan sustancias químicas en nuestro organismo que nos ayudan a reducir el estrés celular y hacer el proceso de envejecimiento más lento, el envejecer va ligado al tiempo, pero no es el único factor que afecta a nuestro organismo, también influye que mantenimiento le demos, nuestros hábitos y estímulos externos.

Por eso leer en formato impreso nos genera cierto placer.

Dr. Odín Isaac Gerónimo Cid / Médico Cirujano Militar

Amanecí nostálgico cuando me percate que se cumplió el plazo comentado por mi repartidor de periódico, en esa plática donde me informaba que ya no se iba a imprimir a diario y sólo saldría cada 8 días e iba a buscar otra opción de empleo, agradeció que fuera uno de los pocos que adquirí con él mi periódico casi todos los días para la sala de espera del consultorio (después de darle su respectiva hojeada).

Pensé que me tocaba presenciar otro cambio histórico en mi ciudad: Hidalgo del Parral, uno de los últimos bastiones de lectura impresa se veía tambaleante ante el avance acelerado de la tecnología, mi casa editora que lleva el nombre del astro más grande de nuestro sistema solar ligado al apelativo de esta ciudad, esa urbe de la que fue cronista durante tantos años, parecía que hoy no lo podía mantener activo; similar al hijo que antepone los compromisos de la madurez al cuidado de sus padres; pero veo un periódico que no está abandonado, está en una metamorfosis donde nos sigue ofreciendo una lectura amena, mientras el mundo evoluciona vamos adaptándonos a su impresión semanal, yo no veo al padre abandonado por la descendencia, aprecio a un periodico con carácter y maduro que se adapta a los cambios.

Cuando era niño, el periódico se relacionaba a estatus alto, donde los hombres de negocios o que se consideraban importantes eran quienes traían un periódico bajo el brazo, de pronto se generalizó porque todo mundo quería saber los sucesos relevantes de la época, haciendo testigo de sus noticias a muchos lectores, desde asesinatos, devaluaciones, ofertas de empleo, hasta festividades, sazonado con análisis u opiniones como es esta esquela.

El tocar un objeto que nos refresque la memoria, nos lleva momentáneamente a viajar en el tiempo, pero el tener un periódico entre las manos nos ofrecía un instante de paz, que daba el hecho de leer donde nos olvidábamos un momento de los problemas alrededor, significaba que podíamos tomarnos una pausa en nuestra vida para disfrutar la lectura quizá acompañado de un rico café en algún restaurante de nuestra bella ciudad, en la peluquería o mientras nos boleaban los zapatos.

Hoy somos testigos de un hecho histórico, un diario se convierte en semanario, seguirá siendo cronista electrónico y una vez a la semana deleitará nuestros sentidos, Dios mediante podamos tener ese momento de paz para darle lectura cada vez que se imprima y permanezca mucho tiempo en circulación por lo menos para los que disfrutamos el aroma del papel impreso.

Los sentidos son nuestra ventana al mundo, mientras más sensibilizados estén, cada vez que reciben estímulos agradables se liberan sustancias químicas en nuestro organismo que nos ayudan a reducir el estrés celular y hacer el proceso de envejecimiento más lento, el envejecer va ligado al tiempo, pero no es el único factor que afecta a nuestro organismo, también influye que mantenimiento le demos, nuestros hábitos y estímulos externos.

Por eso leer en formato impreso nos genera cierto placer.

Dr. Odín Isaac Gerónimo Cid / Médico Cirujano Militar