/ miércoles 7 de noviembre de 2018

Ciudadanos del mundo

Los ciudadanos del mundo nacen en una familia, sin importar de qué tipo, raza, religión, educación o lugar sea. Con ella iniciamos con nuestros primeros sentimientos y conocimientos.

Los ciudadanos del mundo nacen en una familia, sin importar de qué tipo, raza, religión, educación o lugar sea. Con ella iniciamos con nuestros primeros sentimientos y conocimientos. Aquí conocemos acerca del amor y actuar con amor, nos brinda virtudes de muchos tipos como la constancia y disciplina; y la constancia y disciplina nos abren oportunidades; las oportunidades bien aprovechadas nos permiten desarrollarnos como personas y servir a la sociedad. Servir a la sociedad nos hace ciudadanos del mundo. Un ciudadano del mundo protege y respeta la cadena que sostiene la vida en su planeta, porque sabe la importancia de preservar su especie y la de todos los seres vivos. Esta conciencia da paz y esta paz da felicidad, y esta se proyecta en el entorno que nos rodea. A los ciudadanos del mundo, las empresas los buscan para contratarlos o ellos pueden crear empresas, o si se lo proponen, pueden conquistar el mundo. Lo que necesitan para su supervivencia les llega por añadidura.

Un ciudadano del mundo nace de una familia, que no es perfecta, pero sabe amar. Ni somos perfectos ni tenemos la familia perfecta, pero actuar con amor nos permite despertar nuestro lado espiritual. La familia es el lugar idóneo para crear armonía en las propias relaciones. Inspirarnos de entusiasmo y confianza de los que nos rodean. En la familia crece mi propia estima y mi habilidad para hacer que las cosas marchen bien. Para tener la firmeza de una roca para los demás, necesito pisar un suelo tan firme como el que las relaciones familiares sólidas pueden brindar. Ahí en familia, puedo saber quién soy y qué tengo para dar a los demás. En el amor de familia se recargan las baterías espirituales cada día. Crecemos en el amor y es el que nos hace posible asistir a los demás en sus momentos de necesidad. Es con el amor que se aprende a gozar del momento presente y dar lo mejor de si mismo en cualquier situación. Cuando mi energía empieza a agotarse, basta recordar el amor a mi familia y verterlo en lo que necesite para sentirme otra vez lleno de energía.

Quien quiera ser un ciudadano del mundo empiece en su familia aquí está un secreto revelado: Fortalece este núcleo, donde el poder del amor es muy fuerte y surgen las semillas de mejores seres humanos que enfrenten las adversidades con coraje y optimismo. Cuidemos nuestras familias porque, aunque no sean perfectas de sus errores y aciertos, nos vamos construyendo. Impulsemos a nuestra pareja, a nuestros hijos y también extendamos nuestros brazos a nuestros abuelos, padres, hermanos, sobrinos, tíos, primos, vecinos. La familia, como célula de la sociedad, significa mucho más que palabras bonitas, es trabajo y esfuerzo, errores reconocidos y superados. Porque seguramente, con más tiempo para nuestras familias, disminuirían considerablemente nuestros problemas de secuestros, asesinatos, niños abusados, embarazos adolescentes y más destrucción, causada principalmente por personas que carecieron del amor de su familia, perdieron su alma y vagan destruyendo el mundo.


Los ciudadanos del mundo nacen en una familia, sin importar de qué tipo, raza, religión, educación o lugar sea. Con ella iniciamos con nuestros primeros sentimientos y conocimientos.

Los ciudadanos del mundo nacen en una familia, sin importar de qué tipo, raza, religión, educación o lugar sea. Con ella iniciamos con nuestros primeros sentimientos y conocimientos. Aquí conocemos acerca del amor y actuar con amor, nos brinda virtudes de muchos tipos como la constancia y disciplina; y la constancia y disciplina nos abren oportunidades; las oportunidades bien aprovechadas nos permiten desarrollarnos como personas y servir a la sociedad. Servir a la sociedad nos hace ciudadanos del mundo. Un ciudadano del mundo protege y respeta la cadena que sostiene la vida en su planeta, porque sabe la importancia de preservar su especie y la de todos los seres vivos. Esta conciencia da paz y esta paz da felicidad, y esta se proyecta en el entorno que nos rodea. A los ciudadanos del mundo, las empresas los buscan para contratarlos o ellos pueden crear empresas, o si se lo proponen, pueden conquistar el mundo. Lo que necesitan para su supervivencia les llega por añadidura.

Un ciudadano del mundo nace de una familia, que no es perfecta, pero sabe amar. Ni somos perfectos ni tenemos la familia perfecta, pero actuar con amor nos permite despertar nuestro lado espiritual. La familia es el lugar idóneo para crear armonía en las propias relaciones. Inspirarnos de entusiasmo y confianza de los que nos rodean. En la familia crece mi propia estima y mi habilidad para hacer que las cosas marchen bien. Para tener la firmeza de una roca para los demás, necesito pisar un suelo tan firme como el que las relaciones familiares sólidas pueden brindar. Ahí en familia, puedo saber quién soy y qué tengo para dar a los demás. En el amor de familia se recargan las baterías espirituales cada día. Crecemos en el amor y es el que nos hace posible asistir a los demás en sus momentos de necesidad. Es con el amor que se aprende a gozar del momento presente y dar lo mejor de si mismo en cualquier situación. Cuando mi energía empieza a agotarse, basta recordar el amor a mi familia y verterlo en lo que necesite para sentirme otra vez lleno de energía.

Quien quiera ser un ciudadano del mundo empiece en su familia aquí está un secreto revelado: Fortalece este núcleo, donde el poder del amor es muy fuerte y surgen las semillas de mejores seres humanos que enfrenten las adversidades con coraje y optimismo. Cuidemos nuestras familias porque, aunque no sean perfectas de sus errores y aciertos, nos vamos construyendo. Impulsemos a nuestra pareja, a nuestros hijos y también extendamos nuestros brazos a nuestros abuelos, padres, hermanos, sobrinos, tíos, primos, vecinos. La familia, como célula de la sociedad, significa mucho más que palabras bonitas, es trabajo y esfuerzo, errores reconocidos y superados. Porque seguramente, con más tiempo para nuestras familias, disminuirían considerablemente nuestros problemas de secuestros, asesinatos, niños abusados, embarazos adolescentes y más destrucción, causada principalmente por personas que carecieron del amor de su familia, perdieron su alma y vagan destruyendo el mundo.


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