/ martes 14 de mayo de 2019

Café Classroom

“Cuando yo tenía ocho años de edad, pasó algo, lo cual cambió toda mi vida. Nuestro maestro anunciaba que, un gran científico había fallecido. Todavía recuerdo el periódico vespertino; ellos publicaron una imagen del escritorio, al pie de foto decía: - Este es el manuscrito inconcluso del más grande científico de nuestro tiempo-.

Así es que, fui a la biblioteca, descubriendo que ese grandioso científico tenía un nombre: Albert Einstein. Y ese libro, el libro que tenía sobre su escritorio el día que él murió, contenía su manuscrito inconcluso llamado Teoría del Campo Unificado, “La teoría del todo”. Él, quería una ecuación no más grande de una pulgada, quizás. Eso le permitiría explicar; leer la mente de Dios.

Entonces me dije a mí mismo:- Yo quiero ser parte de ese gran trabajo. Yo quiero ser parte de esa gran búsqueda para concluir “The theory of everthing”. Así que inicié mi carrera. Quise trabajar en algo más grande, y eso, es acerca de la creación del universo. Vemos hoy que tenemos esa teoría. “La teoría del todo”, así se llama una película de Hollywood acerca de del gran físico Stephen Hawking.

Si ustedes la ven se darán cuenta que no te dicen el nombre de su teoría (sonríe). El nombre de ésta, es llamada “String Theory” (Teoría de las cuerdas), y yo, soy uno de sus creadores.” - concluye el doctor Michio kaku. Sus alumnos aumentan su admiración por él, y de esa amena charla, saboreando un rico café.

Él, es un físico teórico estadounidense, nacido en 1947, de ascendencia japonesa. Además, es futurólogo, divulgador científico, anfitrión de dos programas de radio, aparece frecuentemente en programas televisivos sobre física y ciencia en general, y es autor de varios best-sellers. En la feria nacional de ciencias en Albuquerque, Nuevo México, Michio llamó la atención del físico Edward Teller, quien tomó a Kaku como su protegido, y lo premió con una beca.

“Para mi proyecto de ciencias en el instituto, monté un colisionador de un transformador. Durante las navidades bobiné 35 km de cable de cobre en el campo de fútbol del instituto. Finalmente construí un betatrón de 2,5 millones de electrones-voltio que consumía 6 KW (toda la potencia eléctrica de mi casa) y generaba un campo magnético 20 000 veces mayor que el campo magnético de la Tierra. El objetivo era generar un haz de rayos gamma suficientemente potente para crear antimateria.”

Apadrinado por Teller, Kaku se formó en la Universidad de Harvard, donde recibió un reconocimiento de Ciencia en 1968, y fue el mejor alumno en física. Después, asistió al Laboratorio Nacional, en la Universidad de California, Berkeley, donde recibió el doctorado en física en 1972. En 1973, trabajó como profesor en la Universidad de Princeton - al igual Einstein -.

Estas y algunas otras charlas abordamos en clase de ciencias, saboreando un rico capuccino para sentirnos alumnos de Michio kaku. Con una peluca puesta, emulando la blanca y abundante cabellera de Einstein, les comentaba con “acento alemán” a nuestros alumnos, para atraer su atención, cómo, la actitud negativa hacia el estudio que tenía uno de mis tutorados, cambió completamente al ver la película que hace mención el doc´ Michio, acerca de la vida de Hawking.

El gran parecido físico de nuestro alumno con este último en mención, fue motivante para que aceptara personificar al “genio”, en silla de ruedas. La atracción fue inevitable en esa Feria de Ciencias de nuestra secundaria; todos sus compañeros querían la “selfie” a su lado. ¡Santo remedio! Nuestro alumno estaba “curado”, concluyó satisfactoriamente su época de secundaria que, estuvo a punto de irse a la basura. – “ Oiga mi profe, entonces en Princeton dio clases Einstein ... ¿Usted lo conoció? ”.

A manera de broma, respondí: - Nací ocho años después del fallecimiento de Albert Einstein; y es que, nuestro planeta Tierra… ¡No podía quedarse sin genios!. Un tsunami con sonido en tono de “buuuuuuuu” me caía encima, y después, las risitas de nuestros hijos académicos saliendo de ese Cofee Classroom, motivados. Suficiente, para olvidar sesiones que en ocasiones se transforman en “tragedia”.

¡FELÍZ DÍA DEL MAESTRO!

“Cuando yo tenía ocho años de edad, pasó algo, lo cual cambió toda mi vida. Nuestro maestro anunciaba que, un gran científico había fallecido. Todavía recuerdo el periódico vespertino; ellos publicaron una imagen del escritorio, al pie de foto decía: - Este es el manuscrito inconcluso del más grande científico de nuestro tiempo-.

Así es que, fui a la biblioteca, descubriendo que ese grandioso científico tenía un nombre: Albert Einstein. Y ese libro, el libro que tenía sobre su escritorio el día que él murió, contenía su manuscrito inconcluso llamado Teoría del Campo Unificado, “La teoría del todo”. Él, quería una ecuación no más grande de una pulgada, quizás. Eso le permitiría explicar; leer la mente de Dios.

Entonces me dije a mí mismo:- Yo quiero ser parte de ese gran trabajo. Yo quiero ser parte de esa gran búsqueda para concluir “The theory of everthing”. Así que inicié mi carrera. Quise trabajar en algo más grande, y eso, es acerca de la creación del universo. Vemos hoy que tenemos esa teoría. “La teoría del todo”, así se llama una película de Hollywood acerca de del gran físico Stephen Hawking.

Si ustedes la ven se darán cuenta que no te dicen el nombre de su teoría (sonríe). El nombre de ésta, es llamada “String Theory” (Teoría de las cuerdas), y yo, soy uno de sus creadores.” - concluye el doctor Michio kaku. Sus alumnos aumentan su admiración por él, y de esa amena charla, saboreando un rico café.

Él, es un físico teórico estadounidense, nacido en 1947, de ascendencia japonesa. Además, es futurólogo, divulgador científico, anfitrión de dos programas de radio, aparece frecuentemente en programas televisivos sobre física y ciencia en general, y es autor de varios best-sellers. En la feria nacional de ciencias en Albuquerque, Nuevo México, Michio llamó la atención del físico Edward Teller, quien tomó a Kaku como su protegido, y lo premió con una beca.

“Para mi proyecto de ciencias en el instituto, monté un colisionador de un transformador. Durante las navidades bobiné 35 km de cable de cobre en el campo de fútbol del instituto. Finalmente construí un betatrón de 2,5 millones de electrones-voltio que consumía 6 KW (toda la potencia eléctrica de mi casa) y generaba un campo magnético 20 000 veces mayor que el campo magnético de la Tierra. El objetivo era generar un haz de rayos gamma suficientemente potente para crear antimateria.”

Apadrinado por Teller, Kaku se formó en la Universidad de Harvard, donde recibió un reconocimiento de Ciencia en 1968, y fue el mejor alumno en física. Después, asistió al Laboratorio Nacional, en la Universidad de California, Berkeley, donde recibió el doctorado en física en 1972. En 1973, trabajó como profesor en la Universidad de Princeton - al igual Einstein -.

Estas y algunas otras charlas abordamos en clase de ciencias, saboreando un rico capuccino para sentirnos alumnos de Michio kaku. Con una peluca puesta, emulando la blanca y abundante cabellera de Einstein, les comentaba con “acento alemán” a nuestros alumnos, para atraer su atención, cómo, la actitud negativa hacia el estudio que tenía uno de mis tutorados, cambió completamente al ver la película que hace mención el doc´ Michio, acerca de la vida de Hawking.

El gran parecido físico de nuestro alumno con este último en mención, fue motivante para que aceptara personificar al “genio”, en silla de ruedas. La atracción fue inevitable en esa Feria de Ciencias de nuestra secundaria; todos sus compañeros querían la “selfie” a su lado. ¡Santo remedio! Nuestro alumno estaba “curado”, concluyó satisfactoriamente su época de secundaria que, estuvo a punto de irse a la basura. – “ Oiga mi profe, entonces en Princeton dio clases Einstein ... ¿Usted lo conoció? ”.

A manera de broma, respondí: - Nací ocho años después del fallecimiento de Albert Einstein; y es que, nuestro planeta Tierra… ¡No podía quedarse sin genios!. Un tsunami con sonido en tono de “buuuuuuuu” me caía encima, y después, las risitas de nuestros hijos académicos saliendo de ese Cofee Classroom, motivados. Suficiente, para olvidar sesiones que en ocasiones se transforman en “tragedia”.

¡FELÍZ DÍA DEL MAESTRO!